Valery contó hasta diez mentalmente antes de dar una respuesta hacia él. No quería apresurarse y que su corazón volviera a jugarle una mala pasada con los hombres cómo lo hizo con su esposo. Harry se estaba comportando con ella del mismo modo que lo hizo Zeus en el pasado y las cosas terminaron con que él quería tener el poder que todavía no le había concedido.
Estaba confundida, porque Harry era un buen hombre a sus ojos, alguien con el que podía dar su brazo a torcer de ser necesario en el futuro. Sin embargo, no confiaba en él todavía y menos en los hombres que decían querer darle el mundo y al final del día eran todos iguales a Zeus.
— No puedo darte una respuesta ahora, Harry —susurró—. No confío en nadie en estos momentos y a decir verdad, me siento confundida.
— Fue mi error hacerte ese tipo de pregunta —él prosiguió a seguir conduciendo—. Mi madre se casó con otro hombre, por lo que puede ser un poco chocante —cambió de tema—. Ella te hará preguntas que puedes negarte a responderlas y también puedes ponerle un alto si es lo que quieres.
— Me estás dando miedo —dijo Valery, riendo un poco—. Tu madre no puede ser tan mala como dices. ¿O sí?
— Que conste que te lo advertí —dijo Harry riendo.
— ¿Por qué haces esto por mí, Harry? ¿En verdad tienes sentimientos por mí cómo dices?
— No sé cómo explicarte lo que siento por ti en estos momentos, Valery —susurró—. Me siento bien contigo ahora mismo, me gusta pasar tiempo contigo y ni hablar de que quiero que sepas muchas cosas buenas sobre mí.
— Me pones todo tan difícil que no sé qué hacer —dijo sincera—. Los años que he estado con Zeus han sido espantosos, él imagina que el mundo gira a su alrededor y no me dará el divorcio por más que se lo pida.
— ¿No has pensado en ponerle una trampa para que te lo dé? —preguntó ladeando la cabeza—. Necesitas un momento contigo misma para encontrar tu camino —esas palabras hicieron que su corazón comenzara a latir con algo de fuerza—. De ese modo, te dará lo que tanto has querido durante tanto tiempo.
— Lo he reflexionado, también en decirle que estoy embarazada y no sé de quién es el hijo que espero —susurró mirando por la ventana—. Él no me dejará irme tan fácilmente de su vida, mi padre no adora, quiere tenerlo siempre con él porque es el hijo que siempre ha querido, aunque, si le digo lo que me ha hecho, le dará la espalda.
— ¿No tienes mucho dinero?
— Soy la dueña de todo lo que ves en Zeus —se encogió de hombros—. A mí no me gustan los negocios, soy más de dar clases en las escuelas, mostrarles a los niños que pueden salir de los agujeros que quieran y también de que más allá de esas cuatro paredes en las que vive, hay un mundo hermoso.
— Eres una persona muy buena, sin lugar a dudas —dijo Harry, mientras conducía—. Esos niños te aman y les hará mucha falta cuando te vayas de su lado, piensa bien antes de irte, Valery.
— Ya lo reflexioné y es mejor estar lejos de esta ciudad que seguir creyendo que mi matrimonio tiene arreglo, dónde no es así —sonrió con amargura—. No hay nada que buscar, él ama serme infiel con todas esas mujeres, que ellas vean el buen macho que es en la cama y demás cosas. Supongo que es mi momento de karma.
— Espero que nos encontremos en el futuro, puesto que no te vas a liberar de mí tan fácilmente.
— Tampoco es cómo que desee hacerlo.
Harry sonrió disimuladamente o eso fue lo que supuso haber visto, puesto que él se llevó los dedos a la boca, cómo si estuviera dándose masajes en esa área. Ella arregló mejor su vestido, después se concentraron en hablar sobre los niños y de las posibles clases que debían ponerles.
Llegaron a una casa que se encontraba bien cuidada, luego de largas horas y en dónde había varios niños corriendo por las calles de igual modo. Estaba nerviosa, quería salir huyendo de ahí, sin embargo, un momento lejos del ruido de la ciudad que nunca duerme no sanaba tan mal.
— ¡Harry! —el grito de una mujer mayor, le hizo saltar en su sitio, y sin darse cuenta, abrazó el brazo de su querido amigo—. ¿Por qué no me dijiste que ibas a llegar a esta hora?
— Te dije que iba a venir el día de hoy —dijo Harry la abrazó con su brazo libre—. Te presento a Valery, una compañera de trabajo en la escuela primaria que te había dicho —susurró hacia su madre—. No la asustes.
— Ya se encuentra asustada y todavía no me conoce —la madre de Harry le sonrió—. Mucho gusto, soy Noriely, la madre de Harry, es un placer.
— El gusto es mío, señora —extendió su mano en señal de saludo—. Mi nombre es Valery.
— Vamos, no te comeré y de paso conoces a mi esposo también —Noriely le dio un empujón a su hijo—. Espero que estés cómoda, mi hijo debió decirte muchas cosas extrañas sobre mí.
— Me dijo cosas buenas, aunque no lo crea —puso un mechón de su cabello detrás de la oreja—. Me temo que actualmente tengo algunos problemas y necesito un poco de paz.
— Has venido al sitio correcto —Noriely le abrió la puerta—. Te noto embarazada, ¿cuántos meses tienes?
— Supongo que estoy alrededor de los dos meses —se encogió de hombros—. Su hijo me ayuda, hasta me compró mis antojos cuando no me acuerdo de ellos.
— ¿Mi hijo te embarazó?
— ¿Qué? —preguntaron los dos al mismo tiempo—. No.
— Es que no ha dejado de mirarte —susurró por lo bajo, y le indicó que tomara asiento—. Iré a buscar a mi esposo, luego vendré a prepararles algo de comer, puesto que deben tener mucha hambre.
—Claro, tómese su tiempo.
Noriely salió de la casa y ella se quedó con Harry a solas. No tuvo tiempo de sentarse, puesto que caminó por la habitación, mirando todo a su alrededor y disfrutando el momento de ver las fotos de cuando era pequeño, hasta que algunas llamaron su atención y eran de una chica.
— ¿Ella es tu hermana?
— Sí, murió hace unos años —le quitó la foto con algo de brusquedad y la puso en su sitio—. Se suicidó por un mal hombre.