Mi mejor regalo.

capitulo 5

10 de diciembre 2017

-Eres un idiota lo sabias- grito a la pantalla, estoy mirando una película de terror mientras como helado y está siendo un verdadero fiasco, el actor acaba de entrar por una puerta demasiado obvia que no tenía que entrar y el asesino lo está persiguiendo. Bufo molesta- No puedo seguir viendo esto- tomo el control remoto y cambio de canal, hasta dar con una serie llamada "sirens".

Suena mí celular nuevamente, como lo ha estado haciendo desde hace días, Sebastian no se da por vencido y quiere saber a todo momento con quién o a donde estoy. Por suerte Mane a los días me mandó mensaje pidiéndome perdón y diciendo que si el volvía a mandarme mensaje no le respondiera y estoy cumpliendo con eso.

"Naila solo responde que estás bien"

"Estoy preocupado, si le pasa algo al bebé dímelo"

"Naila iré a tu casa"

Ruedo por enésima vez los ojos, me tapo con las frazadas y me acurruco más al sillón.

La puerta de entrada suena, no pienso moverme de donde me encuentro, estoy bastante cómoda. El timbre vuelve a sonar y bufo, pesadamente me dirijo a la entrada y al abrir una sonrisa se dibuja en mí rostro.

-Aidan- digo, me abraza y me muestra unas bolsas con papas y gaseosas.

Con Aidan luego de esa escena desastrosa en la que le conté todo el problema con Esteban, hemos pasado más tiempos juntos, nos llevamos muy bien y eso me agrada.

-Mira lo que he traído- froto mis manos y lo invito a entrar.

-No estaba por atender, mira de lo que me hubiera perdido- río y me dirijo a la cocina por una fuente y unos vasos.

-¿Que tal te ha ido?- hoy tenía un show en un bar y sabía que estaba muy nervioso. Lo veo suspirar y rascar su cabeza- Oh-oh, eso no me gusta.

-Habría estado mucho mejor si el idiota del dueño no se hubiera quedado con el noventa por ciento de la paga.- estira sus manos y coge unas de las bolsas con papas para luego votarlas en la fuente

-Hey eso no está bien- lo miro con el entrecejo fruncido.

-No, pero el muy idiota hizo eso- frustrado bebe bruscamente de una de las botella de gaseosa, suspira pesadamente y sonríe un poco- pero bueno, sacando eso... todo salió perfecto, aunque todavía no hemos podido sacar nuestras propias canciones, el cantar temas que algunos ya conozcan y lo disfruten, está más que bien.

Sonrío y asiento, tomo unas de las papas y lo llevo a mí boca, gimo al Sentir su sabor, el mira con una ceja levantada y comienza a reír.

»Tu pareces que tienes orgasmos al comer, es bastante gracioso.

-Ay basta- río y mis mejillas se tornan carmesí. Toma el control remoto y comienza a buscar una película para ver, yo mientras me dedico a detallarlo. Al verlo de costado puedo notar sus pestañas largas, su cabello negro cae sobre su frente, al solo tener veinticinco años su barba de tres días le da un aspecto mucho más varonil...

-Deja de verme- dice y luego me mira, sus ojos oscuros reflejan misterio, sus labios carnosos se mueven. se ve tan apetecible- ¿me estás escuchando?-Parpadeo rápidamente y sonrío con culpa. Diablos que me sucede... Deben ser las malditas hormonas.

-Lo siento- susurro y nuevamente me sonrojo. Niega y sonríe.

-Decía que ¿que sucede contigo? ¿que tanto observas?- su mano se dirije a su barbilla mirándome atentamente.-Yo tambien puedo mirarte así y... Si te cuento un secreto..-asiento mirándolo a los ojos, el se acerca más a mí, lamo mis labios al tenerlo tan cerca- Tu también te ves apetecible.- susurra y se aleja de mí riendo. Mis mejillas toman rápidamente un color carmesí, y río junto a el.

...

Salgo del baño solo en ropa interior, luego de que Aidan se valla me decidí a bañarme. Frente al espejo de mí habitación, comienzo a pasar crema por mí cuerpo hasta que me percató de algo. Mí vientre ya no es más plano, poco a poco comienzo a tener volumen, aunque solamente las personas que conozcan bien mí cuerpo sabría que algo comenzó a cambiar.

Me pongo una remera ancha, que me queda como vestido y me dirijo a cocinar algo, comienzan a golpear la puerta miro el reloj y son las diez y dieciocho de la noche. Con sumo cuidado me acerco a esta, miro por la rendija y encuentro a Sebastian. Bufo y abro.

-¿Que quieres Sebastian?- cruzo los brazos y sus ojos se dirigen a mis piernas. Chasqueo los dedos frente a sus ojos- Aquí están mis ojos

-No... no has respondido a mis mensajes y quería saber si estabas bien- asiento y sonrío con labios apretados

-Ahora que me viste puedes irte.- mí cambio de humor me descoloca, pase de estar feliz a estar enojada en menos de cinco minutos- disculpa, ni se que pasa hoy, estoy con un humor horrible, estoy bien, cualquier cosa que suceda serás el primero en saberlo...-Sonríe un poco y asiente

-Nos veremos luego- dice dándose la vuelta y comenzando a caminar hacia el ascensor.

- Para el veintitrés tenemos turno para la segunda ecografía- digo algo fuerte para que escuche, paso mis manos sudadas por la remera, el asiente, toma su celular y escribe en el.

-Anotado- sonríe y se va.

-Y Sebas...-El gira y me mira fijamente- gracias por preocuparte.

20 de diciembre 2017

Como casi todas mis mañanas, mis despertares son gracias a bebé, y hoy es uno de esos días dónde me encuentro arrodillada frente al váter gracias a los vómitos. Suspiro esto me deja agotada.

-Buenos días a ti también bebé - acaricio mí ya notable vientre, cuento hasta treinta, me levanto, lavo mis dientes y me dirijo a cocinar el desayuno.

Ya vestida con un jeans negro y una remera blanca de tiras, Me dirijo al trabajo, mí celular no deja de sonar, miro y son mensajes de Camille diciendo que voy retrasada unos minutos, he intentado ocultar lo más que podía mí embarazo pero ya no, el quiere ser notado y yo lo dejaré ver.



#29297 en Novela romántica

En el texto hay: corazonroto, embarazos, crecer

Editado: 03.02.2021

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