Mi mejor regalo.

capitulo 7

2 de enero 2018

La puerta de ella entrada se abre y tras ella aparece Sebastian con bolsas de las compras, me sonríe y yo apenas muestro mis dientes. Vuelvo mí mirada al celular y comienzo a subir fotos a instagram, a esa red social lo dejé muy de lado, pero es hora de que vean mí hermosa panza.

—¿Cómo estás Nai?— habla Sebastian mientras va dejando las cosas en su lugar. Respondo secamente un bien y luego sigo con lo mio, siento la vista de el encima mío y murmuro todas las cosas que quiero decirle.

Mane a estado enviándome mensajes, pidiendo hablar conmigo pero no he tenido el valor de responderle, se me hace muy duro saber que tu propia mejor amiga te mienta y salga con tu novio.

—Nai, ¿que dices si vemos una película?— habla mientras sostiene una bolsa con papas y otra con sodas.

—No... Me iré a dormir, estoy muy cansada.— me levanto, y tranquilamente me voy hasta mí habitación para acostarme y pasar el tiempo ahí. Nosé cuánto tiempo lo paso acá hasta que empiezo a escuchar voces en la entrada.

—Déjame entrar, tengo que hablar con ella— escucho los murmullos desde la habitación en la que estoy.

—No, vuelve a casa y...

—¡No! estoy cansada de mentir...— frunzo mis cejas— De mentirle a mí amiga, Naira lo tiene que saber...— camino rápidamente hasta estar en la entrada, sonrío al ver a Mane y la abrazo.

—Amiga... No sabía que vendrías— beso sus mejillas y miro a Sebastian, quien está nervioso— Sebas... ¿Te encuentras bien?— el no responde, sus manos se dirigen a su jean y lo frotan. Miro está vez a Mane, sonriente y con una mano en su espalda la empujó hasta que entra en el departamento.—que bueno que los tengo acá— hablo, mientras seguido por los dos camino hasta mí cocina y me siento cerca de la mesa mirándolos, sonriendo cínicamente.

—Yo... me iré—habla Sebastian, tomando con manos temblorosas sus cosas.

—No Sebastian, quiero que tu también estés aquí— miro sería a Sebastian—vamos tomen asiento.— los dos se sientan frente a mi y yo cruzo los brazos. Me mantengo en silencio, siento la incomodidad de ambos en la pequeña habitación.

—Mane, hay algo que quieras contar— hablo, ella asiente y cuando se digna en hablar, se le adelanta Sebastian.

—No, ella no tiene que contar nada.

—Si Sebastian— habla ella ahora levantándose de la silla.

—Mane no...

—Naira estoy cansada, ya no quiero mentir, mentirte a ti... que has sido como mí hermana en todo el tiempo que te conozco...— comienza Mane— ya no soporto todo esto— Mane me mira a los ojos, los suyos comienzan a cristalizarse—Sebastian está conmigo.

Levanto las cejas y asiento lentamente. Las manos de Sebastian va a su cabeza y toman fuertemente su cabello.

—Perdoname Naira, solo ocurrió, no... no quise hacer eso...—sus manos intentan tocarme y yo exploto.

—NO ME TOQUES— Grito, la miro a ella, a la que alguna vez llame mejor amiga, sus hombros caídos, los ojos rojos por las lágrimas, todo en ella desprende culpa—cuando los vi, no lo podía creer— tapo mí rostro y comienzo a llorar, la mano de Esteban toca mí espalda y de un manotazo lo quito— cuando los vi bajarse de tu puta moto.... confíe en ustedes— froto mí frente y comienzo a caminar de un lado al otro—¡LARGO DE AQUÍ!, NO LOS QUIERO VER MAS EN MI VIDA— grito sin importarme que los vecinos se enteren

—Nai espera no...— hablan Sebastian y Mane a la vez

—QUE SE VAYAN. TODO ESTE MALDITO TIEMPO PENSANDO EN QUE TE HE FALLADO...— siento una punzada en mí vientre y toco— Y ME ENTERO QUE ES A LA QUE LLAMABA MI AMIGA CON LA QUE TÚ ESTABAS.— las punzadas en mí vientre cada vez son más fuerte, gimo despacio y me ordeno tranquilizarme.

—Nai por favor, no grites— me dice Sebastian notando mí mano en mí vientre.

—Váyanse, nos los quiero acá.

—Nai escucha...— comienza hablar Mane, levanto mí mano para que guarde silencio, lo que menos quiero es escucharla hablar.

—No, escúchame tú a mí, por tanto tiempo te he considerado mi mejor amiga, te he contado todos y cada uno de mis miedos, de mis logros, de.. de mis luchas— un nudo se forma en mí garganta —cada problema con Sebastian... todo te lo conté a ti, pero tú, tú me has traicionado, y de la peor manera.

Intenta acercarse, mí mano se dirige a su mejilla izquierda, mis dedos quedan marcada en su pálida piel. Sebastian la toma por los hombros y la saca al pasillo del departamento, los escucho discutir, un momento después aparece Sebastian con los hombros caídos, me mira y se mantiene en silencio. Tiro a sus pies el bolso con el que vino

—Vete Sebastian, no te quiero aquí...— no lo miro.

—Naira, no quería que esto termine así, vendré luego para hablar sobre el bebé y..

—Escúchame, no te quiero aquí, ni ahora, ni nunca, este bebé lo criaré yo, le daré todo yo.

—Pero Naira

—Ya he hablado Sebastian—le corto— ya no quiero verte aquí... nunca más.

—Me quitarás el poder de ser el padre del bebé— dice y me toma por los hombros bruscamente—eso no te lo permitiré.

—Me estás lastimando— digo, el no me suelta—Sebastian sueltame.

Mí mirada se dirije a su espalda, Aidan que se encuentra en el medio del marco de la puerta, se acerca a Sebastian y lo toma por su camisa e instintivamente este me suelta.

—¿Eres lo bastante hombre como para agredir a una mujer de esa forma que encima está embarazada?— habla Aidan tranquilamente sin oponer fuerza— si tienes dos neuronas cuerdas, pídele perdón.

—Aidan, sueltalo— tomo el hombro de este y hago presión para que lo suelte, lo que menos quiero es que peleen, al soltarlo Sebastian me queda mirando.

—Naira discúlpame...

—Esta bien... Sebastian vete a tu casa, después hablaremos bien— no lo miro a los ojos.

Sale en silencio y cierra la puerta detrás de el, miro mí mano, con la cual golpee a Mane, está palpitando y comienza a hincharse.



#25871 en Novela romántica

En el texto hay: corazonroto, embarazos, crecer

Editado: 03.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.