24 de enero 2018
Limpio el sudor de mí frente y me vuelvo a sentar en una de las banquetas, toco mí ya abultado vientre y este se encuentra rígido. Hoy a sido un día horrible, entre que hay una tormenta terrible y tuvimos que entrar todas las flores adentro y que me desperté con malestares, no es nada llevadero.
—Nai... ¿te sientes bien?— habla Camille, sonrío y respiran profundamente asiento y muevo la mano restándole importancia.
—Tranquila Cami.... Solo...—vuelvo a secar el sudor de mí frente y sonrío con labios apretados— solo necesito descansar—Ella toca mí espalda y frota lentamente.
Aparece Lorena, mí jefa y llama a Camille, ella se acerca dudante hasta Lorena y se mete a su despacho.
Apoyo las palmas de mis manos en las rodillas y comienzo a respirar lentamente hasta que el dolor de espalda comienza a parar. Luego de unos minutos Camille vuelve a aparecer, su rostro es serio, se acerca lentamente hasta llegar a mí lado, Sus ojos están rojos y eso me asusta.
—Lorena te llama—susurra, la miro con las cejas fruncidas, sin comprender que he hecho. Camino hacia su despacho, un nudo se forma en mí estómago y comienzo a sentir náuseas, paro un momento y respiro profundamente varias veces
» bebé no le hagas esto a mami ahora «
Al sentirme mejor, comienzo a caminar nuevamente. Cuando llego a su despacho entro tocando la puerta. La veo y ella está acomodando unos papeles.
—Naira por favor— señala un asiento— siéntate—Muevo mí cabeza de forma afirmativa , su silencio comienza a incomodarme— Te preguntarás el porqué de mí llamada.. —asiento lentamente y comienzo a sudar nuevamente— bien, primero y principal, felicidades por tú embarazo— comienza— no tuve la oportunidad de felicitarte antes ¿Cuántos meses llevas? — pregunta, su sonrisa quita un poco de mis tenciones.
—Seis meses y medio— respondo, mí voz sale temblorosa
—Me alegro— se pone unos anteojos y toma los papeles— mirá, Naira, verdaderamente estoy muy orgullosa de ti, de todo lo que has aportado todo este tiempo que estuviste aquí...— una corazonada me dice que viene un pero— pero... lastimosamente el trabajo no a estado pasando por sus mejores momentos y... tristemente este último tiempo, no a habido las ventas suficientes como para poder mantener en pie el lugar obligando a cerrar... Para siempre— una de mis manos va hasta mis labios y comienzo a morder una de mis uñas con nerviosismo— quiero pedirte disculpas a ti y a Camille nuevamente.— toma un sobre y me lo tiende— esto cubre todo este mes que has estado aquí.
Trago el nudo de mí garganta y lo tomo con manos temblorosas. ¿Y ahora? ¿Cómo seguiré?
27 de enero 2018
"Nai, hija ven a la casa a cenar"
Releo el mensaje,tiro el celular a la cama, tomo mí cabeza y aprieto. Me levanto y en unos de los cajones del mueble tomo mí laptop y comienzo a mirar lugares de trabajo.
Comienzo a mandar mis datos por vía e-mail siempre recalcando la parte de mí embarazo, bufo al ver el horario y lentamente me pongo de pie para comenzar a vestirme.
Tomo mí mochila, una campera que guardo en ella, mí documento y celular. Ya en la calle camino en dirección hasta la parada de autobús, mí estómago se voltea cada vez imagino cual será la impresión de mí padre, al verme así... Embarazada. Mí celular comienza a vibrar, al sacarlo encuentro mensajes de Sebastian.
"Ey, que dices ¿vamos a almorzar?"
"Hola, no puedo, iré a lo de mis padres"
Me siento en la parada de autobús y espero hasta que llegue, llevo uno de mis dedos a mí boca y comienzo a mordisquear la uña.
"¿Has podido hablar con tus padres?"
"Si, aunque solamente con mí madre... Hoy veré a mí padre"
"Va a salir todo bien Nai"
Me levanto rápidamente cuando veo venir el bus que me deja cerca de la casa de mis padres, subo, pago lo que necesito y me siento en un lugar disponibles.
"Cualquier cosa que suceda, avísame e iré a buscarte Nai"
"No sucederá nada Sebas, estará todo bien"
Bajo a dos cuadras de casa y comienzo a caminar, al divisar la casa de mí madre, un nudo se forma en mí estómago. Toco el timbre, froto mis manos sudadas en mí jean, mis piernas comienzan a temblar.
La puerta se abre y los ojos oscuros de mí padre me miran. Contengo la respiración, sus mirada comienza a detallar me completamente hasta que se detienen en un lugar en específico.
—Hola papá...
Su mano se dirige a sus ojos, comienza a frotarlos , lo oigo gemir, me empuja y quedó entre sus brazos.
Yo automáticamente lo abrazo. Su cuerpo tiembla y eso hace que mis ojos se cristalicen.
—Hijita... hijita mia— besa repetidamente mí coronilla.
—¿Quien es? Roger— habla mí madre de fondo, cuando llega a la puerta sonríe, toca la espalda de mí padre y este se suelta de mi. Mí madre me abraza, besa mis mejillas y me invita a pasar. Ya adentro giro hasta quedar frente a mí padre, tomo su mano y lo llevo hasta mí vientre.
—Felicidades— susurro, una sonrisa mezclada con miedo se instala en mí rostro— serás abuelo.
Mi padre queda callado, sus ojos están fijos en mi... Capaz que no lo tendría que haber soltado tan de golpe pero, está panza ya no se puede ocultar. Ni aunque me ponga una remera grande, siempre sobresale.
Mí madre me acompaña hasta la mesa del comedor y hace que tome asiento. Mí madre me sonríe, mientras toca uno de mis hombro, se acerca a mí padre y le habla al oído, mí padre niega y con hombros caídos sube las escaleras que da a las habitaciones.
No tendría que haber venido... me pasa por ser tan bocaza. Miro mis manos, mí pecho comienza a subir y a bajar rápidamente mientras mis ojos comienzan a picar. Muerdo mí labio inferior y levantándome hablo.