10 de mayo 2018
Lo veo con su celular en mano recostado en el espaldar de mi cama, me subo a horcajadas de él, mí vientre ya no me deja acercarme demasiado y me frustra, le sonrío con picardía al sorprenderlo.
—Cantame— le pido, sonríe con labios apretados y niega —por favor— suplico el vuelve a negar, hago un puchero y me apoyo en su pecho, voy dejando una línea de besos que van de su pecho a su cuello, lo escucho suspirar y temblar bajo mío, finalmente ríe.
—Bien—se acomoda mejor.
—yei— festejo encima suyo, sus manos van a mí cadera y acaricia lentamente—ya sabes cuál me gusta— parezco niña pequeña suplicando, el ríe y comienza a cantar con su voz melodiosa.
Me muero por robarte un beso
Y porque pierda la razón
Tal vez así me atrevería
Y pierda miedo el corazón
Me muero por amar despacio
La prisa no nos debe apurar
Ya sabes que la vida es un viaje
Y yo lo quiero disfrutar
Si me muero
Si yo me muero
De amor que muera
Y que cuando muera
Que sea de amor por ti
Me muero por cruzar el tiempo
Si el alma no se puede ver
Qué pasa si se va la vida
O tal vez solo un recuerdo es
Por eso si el recuerdo queda
Que quede la memoria llena
La quiero saturar por contemplar
Tus ojos y una luna llena
Si me muero
Si yo me muero
De amor que muera
Y que cuando muera
Que sea de amor por ti
Me muero por vivir contigo
Lo que me queda por andar
Pedirle a Dios que cambie el tiempo
Y que lo vuelta eternidad
Si me muero
Si yo me muero
De amor que muera
Y que cuando muera
Que sea de amor por ti
Y que cuando muera
Sea de amor por ti
Si yo me muero
Muero de amor, por ti
—Bendito internet y sus traducciones...— digo y lo beso— me encanta— susurro, el ríe y gira dejándome bajo suyo, grito por su brusquedad.
Comienza a besarme, mis manos tienen vida propia, ya que comienzan a ser toquetonas, los de el me igualan, se separa de mis labios y me mira a los ojos
—Te quiero
Me despierto con lágrimas en mis ojos, son varias las noches en las que los sueños me asechan y no me dejan dormir. Me levanto cuidadosamente, tratando de no despertar a Neil que se encuentra a mí lado. Mí vista viaja al reloj, las cuatro y cuarenta de la mañana. Salgo de la habitación y veo que dónde duerme Sebastian está la puerta abierta, de puntas de pie sigo mí trayecto hasta la sala. Cuando estoy ella, tomo el teléfono que se encuentra en unas de las paredes,marco su número, necesito saber de el.
Cada noche que sueño con el es lo mismo, marcar su número dudar y volverlo a borrar, Mis ojos se desvían al cuadro de mí bebé y tomo un respiro
Espero unos minutos hasta que atienden.
—Hola...— su voz es somnolienta, mis labios tiemblan quiero hablar pero la voz no me sale— Hola...— corto cobardemente, sin haber podido soltar palabra. Dejo el teléfono en su lugar y tomo mí rostro, quedo apoyada junto a la barra desayunadora unos minutos, hasta que es el potente llanto de mí bebé el que me despabila.
Voy junto a él y lo cargo, su rostro esta colorado a causa de la fuerza que hace para llorar. Beso sus mejillas hasta que se Calma.
—¿Tienes hambre bebé?— pregunto, hace un gesto de sonrisa y yo sonrío saco un pecho y se lo llevo a su boca el comienza a succionar con fuerza, peino su poco cabello mientras comienzo a cantar un tema que Aidan me ha enseñado hace ya un tiempo.
Me devolviste la ilusión,
la emoción de vivir
De volver a soñar despierto
Y sentir que puedo tocar el cielo si estás aquí
Sus pequeños ojos abren y me observan mientras sigue con su succión.
Tú me has dado el valor
De creer en algo sin si quiera verlo
Gracias a ti por existir
Gracias a ti pude seguir
Sus ojos se van cerrando hasta quedar nuevamente dormido, suelta mí pezón y mientras le voy sacando los gases sigo cantando.
Y valió la pena hacerlo.
No me cansaré de decir que te daré
Toda mi vida, toda la vida
Siempre tuve fe aunque a veces lo dudé
Yo lo sabía, sí sabía.
Luego de sacar sus tres típicos gases lo vuelvo a poner en mí cama y lo tapo
—Te amo— susurro y dejo un beso en su cabeza.
16 de mayo 2018
Me levanto de la mesa de McDonald's le doy a sebas el bebé y camino hasta el pequeño baño. Miro mí reflejo en el espejo y sonrío al ver mis ojos con un brillo especial.
Lavo mis manos, saco un pequeño papel para secarlos y lo tiro en el cesto de basura, vuelvo a mirar mí reflejo en el espejo, Mí cuerpo poco a poco vuelve a ser como lo que era. Retoco un poco mi maquillaje, veo entrar a una chica y meterse rápidamente en uno de los cubículos.
Abro la puerta para salir pero siento un tirón en mí pelo que me hace regresar al lugar que estaba anteriormente. Me giro para ver a la persona que está atrás mío y me quedo estática al ver de quién se trata.
-¿Mane?- su rostro no refleja simpatía, su cabellera larga y rubia se encuentra hasta los hombros y de un color negro, sus ojos llevan dos bolsas enormes moradas, esta delgada... Muy delgada, su mano se dirige a mí rostro y por reflejo lo tomo en el aire- ¿Que diablos te sucede?