20 de julio 2023
De la mano de mí hijo, camino por las pobladas calles de Seattle, mí celular tiembla, es un mensaje de Sebastian.
"A la noche pasaré a buscar a Neil"
Respondo con un simple Ok y sigo.
Mí relación con Sebastian luego de dos años imtentandolo termino en nada. Nos dimos cuenta que fue mala idea volver, nada fue igual, nuestros celos reiterados, nuestras desconfianza, lentamente nos estaba matando. Terminamos como tenía que ser, el siendo el padre de Neil, nada más.
Miro a Neil. El ya a sus casi 5 años, está en su etapa de preguntar por todo y repetir todo lo que escucha. Mientras tararea una canción que le enseñé, juega con su oso azul.
-¿Mami, que es eso?-señala con su pequeño dedo un cesto para los cigarrillos.
-Eso amor, es para las personas que fuman, para que no tiren los cigarrillos al suelo-respondo y luego me inclino hasta estar a su altura- y bebé, no se señala, eso es de mala educación-respondo y beso su mano
-Si mami-responde mientras asiente efusivamente-¿Mami, me compias un auto?-me mira con sus ojitos azules y hace un tierno puchero, yo río y asiento.
-si, bebé después...-digo y miro una panadería bastante conocida- ¿compramos algo dulce?- el asiente repetidas veces y me lleva arrastras hasta dentro del local. Mientras nos ponemos en la fila mí celular suena
-¿quien?- respondo mientras comienzo a mirar a mis costados viendo que puedo llevar.
-hija, quería saber si hoy a la noche vendrás a casa con Neil- La voz de mí madre es la que se escucha asiento y me golpeo mentalmente sabiendo que no me puede ver.
-Si mamá- hablo arrastrando las palabras -Neil no irá, hoy irá con Sebastián.
-Bueno hija...- sigue hablando pero ya no escucho nada, frente mis ojos se haya una persona de espaldas frente a mí, su tono de voz hace que todo en mí interior tiemble se pone de perfil y sonrío. Aidan.
-Mamá luego te llamo- no espero a que responda, corto rápidamente.
Lo vuelvo a mirar, el lleva su mano atrás de su cabeza y rasca su nuca con vergüenza, ríe y comienza a mirar todos los estantes con nerviosismo, como si no supiera que llevar. Niego y me acerco más a él para poder decir en voz baja.
-Una vez alguien me dijo que los brawnies eran la mejor opción.... Que no defraudarian-guiño un ojo apenas gira, el me mira su rostro es de asombro, sus mejillas se enrojecen y luego una débil sonrisa aparece. Sus ojos brillan, levanto mis hombros y de la mano de mí hijo lentamente nos ponemos detrás de una línea para esperar nuestro turno.
Cuando ya tenemos comprado unas galletas azucaradas, salimos, me topo con sus ojos negros, tiene la misma intensidad de hace unos años y que me siguen encantando.
-Nai- susurra, sus labios están en una fina línea y en sus manos lleva muchas bolsas de compras.
-Hola- susurro yo esta vez, mis piernas tiemblan y hago una débil sonrisa. Neil me abraza las piernas con vergüenza. Aidan lo mirá y sonríe.
-Neil- agarro su manito libre y el me suelta la pierna- el es Aidan, un... un amigo de mami-esto último lo susurro. Sus cejas fruncidas da a entender que no confía mucho en el.
Por un momento nos quedamos mirando en silencio, mí celular vuelve a sonar sacándonos de nuestro globo, veo y vuelve hacer una respuesta de Sebastian.
"Te avisaré cuando esté por llegar"
-¿Quieres tomar algo?-pregunto sonriendo, guardando nuevamente el celular en mí bolso.
Sentados en una mesa de cafetería hablamos de lo que fue nuestras vidas en estos años, mí niño, no deja de mirarlo con sus cejas fruncidas y yo río.
-Tiene una mirada bastante intimidante-suelta.
-Lo se, lo sacó del padre...-Un silencio bastante incómodo se instala en el lugar.
-Neil, no lo mires así hijo-le riño, el me ve y me sonríe.-¿y tu?-pregunto está vez mirando a Aidan-¿Como has estado con la banda?
Sus ojos me miran y lo que veo en ellos es melancolía.-En estos años he estado trabajando duro y... La banda... La banda se separó hace 2 años...-sus ojos se dirigen al oso con el que Neil juega- aún lo tienes-sonrío y asiento, sus ojos brillan-y tú... Sigues con...
-No- respondo luego de un silencio- hace un tiempo que nos separamos...
Sube sus manos a la mesa, y mis ojos se dirigen a su dedo anular, un anillo de casado adorna este. El nota mí mirada y se da cuenta donde se encuentra.
Me acuerdo que una vez me contó que no le gustaban los casamientos y que el nunca se iba a casar.
-Es lo más hermoso que puede haber- digo sentándome en sus piernas el ríe y deja un beso en mí cuello
-los casamientos, para mí, es como ponerse una soga al cuello-lo miro con cejas fruncidas, el me apreta mas cerca y me besa.
-Te has casado- una sonrisa se instala en mí rostro.
-Si.. hace unos meses-mis ojos comienzan a cristalizarse, parpadeo rápido para no soltar las lágrimas, miro a mí hijo y acaricio su cabello .
-Me alegro por ti-por el rabillo del ojo veo como intenta tocar mí mano pero se retracta y solo observa. Tomo mí celular y veo la hora, las seis y media, dentro de poco Sebastian pasará a buscar a Neil. Pido la cuenta, Aidan intenta pagar, pero niego y lo hago yo-me gustó volver a hablar contigo- susurro,beso su mejilla y sonrío con labios apretados. Mí niño mueve la mano para saludar, Aidan hace lo mismo.
-Y a mí-lo escucho susurrar.
Caminamos, alejándonos de alguien al cual alguna vez amé,giro atrás y miro nuevamente a Aidan, el se va alejando una lágrima se desliza por mí mejilla y no es por tristeza... el ya es feliz, se lo merece.
La vida, me pudo haber alejado de personas que no eran para mí, me pudo haber hecho acercarme a otras o me pudo haber hecho conocer las verdaderas caras de las personas, pero siempre estuvo esa personita que, sin siquiera conocer, estuvo conmigo, y que yo estaré para el, que me amó y me amará por siempre. Estoy agradecida con la Vida por dejarme estar en la vida de el... De mí mejor regalo