Mi mejor versión

Capítulo: 1

Raquel
Observo a mis hijos mientras desayunan tranquilos, hablan entre ellos y ríen, pero mi mente está en otro lado, las facturas, necesito ya un trabajo, llevo demasiado sin pagar la renta y ya recibí la primera advertencia, primera y única, ya que me aclaró la dueña del apartamento que si no pagaba me echaba

— Mami— levanto la vista de mi plato para mirar a Jacob, mi pequeño bebé de cuatro años— ¿iremos hoy a ver a la tía?

— Por supuesto mi amor y se quedarán un rato con ella mientras mamá hace algo

— ¿Qué harás mamá? — cuestiona Jessica, su hermana mirándome con sus grandes ojos verdes, como los de su padre

— Buscaré trabajo — aclaro con una sonrisa

— Y si te quedas con nosotros y buscas trabajo otro día? — me quedo mirándola, claro, y quizás terminemos los tres bajo un puente pero felices al fin y al cabo

— No puedo mi amor, ya terminen de desayunar que es tarde— me levanto de la mesa recogiendo las cosas

— Mamá— Jessica me sigue hasta la cocina—¿cuándo veremos a papá otra vez? — me tenso al escuchar eso, la última vez que lo vimos fue hace un año y claro, no lo dejé ni siquiera entrar a la casa, el desgraciado sonreía como estúpido hablando de sus derechos como padre, si claro, ¿padre? Padre no se le llama a ese que abandona a sus hijos desde que nacen, a ese que quería que abortara cuando supimos que estaba embarazada y hasta me pegó, fue en ese momento que decidí alejarme de él, estaba casada con un monstruo y no iba a seguir viviendo con este

— No lo sé mi amor, ¿por qué preguntas? — se encoge de hombros

— Es que todas mis amigas tienen mamá y papá— asiento, tus amigas no tienen un monstruo como papá

— Jessica— me pongo a su altura—no todas las familias son iguales y tu papá y yo estamos separados

— Y no nos quiere? ¿Por eso no quiere vernos?

— Él vive lejos— es lo único que se me ocurre decirle y ella solo asiente con la mirada triste— pero no lo necesitamos mi amor— coloco mis manos en su rostro—yo te amo y Jacob también, somos felices los tres solos

— Tienes razón — suspira y sonrío— somos felices— me abraza fuerte y veo a su hermano que nos mira de lejos, le hago una señal y al instante corre y nos abraza también haciéndome caer al suelo.

Llego a la casa de mi hermana y los dejo ahí, me encanta estar con mis hijos, pero salir a buscar trabajo con ellos no es recomendable, paso horas en la calle, aceptaría cualquier trabajo sin importar nada, pero quien contrataría a alguien como yo? Experiencia laboral cero, ¿la razón? Había sido una mantenida toda la vida, mi esposo nunca había querido que trabajara y como me casé demasiado joven, era demasiado tonta aceptando todo lo que él pedía

— Sí que era estúpida — digo con rabia, mi único trabajo luego de que él nos dejó fue de camarera, duré bastante, pero una sola ofensa a un cliente fue suficiente para ser despedida, luego de eso he tenido que vivir con mis ahorros y aunque mi hermana me ha ayudado bastante odio que sepa mi pobre condición

Llego a la casa agotada y me dejo caer en un sofá, ¿qué hago ahora? otro dia más sin conseguir nada, ¡maldición! el timbre suena sacándome de mis pensamientos y camino hacia la puerta con paso lento pensando que debo pronto ir a buscar a los gemelos, mi hermana tiene aguante, pero cuando ellos se lo proponen son insoportable

— Joan— murmuro al ver al hombre frente a mí, mi primer instinto es cerrar la puerta en su rostro, pero este me lo impide

— Debemos hablar

— No hablaré contigo, ¿qué quieres?

— A mis hijos— dice el muy cínico como si nada

— Por Dios! tus hijos? te recuerdo que no querías tenerlos, que casi me haces perderlos y que te fuiste luego del divorcio y me dejaste sola, no apareciste más hasta hace un año Joan, no eres padre y no vengas ahora a querer serlo

— Me equivoqué mucho Raquel, lo admito, fue infantil de mi parte

— ¡Vaya! lo admites luego de cuatro años— río

— Hace un año vine y me echaste, casi no me dejaste verlos Raquel

— Y te fuiste sin más, si es que ni llamas Joan y ahora vienes con eso de ser padre, no seas ridículo

— Sé que no tienes trabajo— comenta con una horrible sonrisa — estás sola y sin poder mantener a dos niños

— Nunca les ha faltado nada ni les faltará

— En dos días si no pagas la renta te van a echar de la casa— lo miro desconcertada ¿cómo sabe eso? — no tienes dinero, ni trabajo Raquel, yo si tengo dinero, soy reconocido en todos lados, ¿sabes lo fácil que sería quitarte la custodia de mis hijos?

— No hablas en serio— musito con un nudo en la garganta — los dejaste Joan, cuatro años, en todo ese tiempo no te importaron nada, una sola visita les hiciste y cuando te dije que te fueras te largaste sin poner resistencia

— Pero ahora los quiero conmigo— sonríe ampliamente — aquí está — me entrega un documento que ni me molesto en mirar— traje yo mismo la demanda por la custodia de mis hijos.

★★★
Alonso
El juego termina y saludo a los jugadores del equipo contrario y equipo perdedor, sonrío, un partido más ganado y de más está decir quien fue la estrella del juego

— Felicidades, Alonso—expresa mi entrenador palmando mi hombro—buen juego

— Como siempre Luis, como siempre— le sonrío y voy hacia las duchas, entre bromas y risas nos duchamos mis compañeros y yo, la mayoría son mis amigos y otros solo me saludan de lejos con respeto y con la envidia bailando en sus ojos, pero no tengo la culpa de ser el mejor jugador de fútbol de mi equipo ni del mundo

— Vamos a beber algo chicos, yo invito— dice Jared feliz pero niego

— Vamos Alonso, celebremos otra victoria más que ya casi estamos en la final

— Disfruten ustedes chicos, yo tengo mejores cosas que hacer— expreso pensando en mi esposa, el amor de mi vida, la cual sé que observaba el partido y cada gol fue dedicado a ella

— Dios! — exclama Mario, otro de mis amigos—te perdimos cuando esa mujer te capturó

— Así es hermano— sonrío— ya soy solo de ella— agrego y salgo de ahí, encuentro a mi esposa esperándome fuera del auto, nos casamos hace apenas dos años, los mejores años de mi vida y no me canso de verla, la amo demasiado

— Amor— dice cuando la envuelvo en mis brazos y la beso

— Te extrañé — murmuro contra sus labios—jugué para ti mi cielo— sonríe y subimos al auto

— Felicidades, fuiste el mejor

— Como siempre mi reina— ella ríe y no dice más nada

— Alonso— la miro cuando me detengo frente a la casa— te amo

— Yo más cielo mío— vuelvo a besarla— vine hasta acá, pero te apetece salir o

— Entremos — dice y me besa— quiero que me hagas el amor— sonrío cerca de su boca

— Yo siempre cumplo tus órdenes mi reina— bajo del auto y abro su puerta, cuando sale la tomo en mis brazos, ella ríe y así entramos a la casa que compartimos desde que nos casamos, a esta hora sé que ya los empleados duermen y me dejo caer en el sofá con ella en mis piernas

— Vayamos a la habitación — comenta, pero la beso y recorro con mis manos su cuerpo

— Lía— digo besando su cuello— solo llevamos dos años juntos, pero— me callo y miro sus ojos que brillan— ¿te gustaría tener hijos conmigo?

— Alonso

— Di que sí, quiero formar mi familia contigo mi amor

— Aún es pronto— sonríe — pero podemos ir buscándolo — sonrío con sus palabras y vuelvo a ponerme de pie

— Me haces muy feliz Lía, te amo— vuelvo a besarla mientras me deshago de la ropa que molesta.

La luz del sol impacta en mi rostro, miro a mi lado y mi esposa esta aún dormida, beso su mejilla

— Déjame dormir, es temprano— se queja ella y río

— Iré a correr un poco mi cielo

— Alonso— murmura cuando salgo de la cama, abre los ojos— ¿me traes de esos dulces que me gustan?

— Ya con antojos? Eso fue rápido — ella me maldice y yo río

— Idiota

— Te los traeré, sigue durmiendo mi reina— salgo de la habitación, saludo a varios empleados que veo por la casa y dejo un beso en la mejilla de mi empleada más vieja, es como mi madre, ella ríe y yo solo le guiño un ojo y salgo de la casa.

Corro durante aproximadamente una hora y luego recuerdo los dulces que pidió mi amada, sonriendo camino hacia la tienda donde los venden, miro el semáforo para cruzar la calle y suspiro cuando ya puedo seguir caminando, mi teléfono suena, lo tomo, veo que es Lía, sonrío, pero entonces un ruido hace que mire a mi derecha, un auto viene descontrolado hacia mí, quedo en shock y lo último que siento es como impacta contra mi cuerpo lanzándome lejos, el dolor se apodera de mi ser y luego ya todo se vuelve oscuridad.




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