Mi mejor versión

Capítulo: 5

Raquel
Camino hacia la casa maldiciendo mil veces a Joan y a toda su familia, por su causa no tengo trabajo, en un mes es el juicio y mis hijos me odian, entro a la casa escuchando nada, frunzo el ceño, todo está en silencio, camino por la casa para encontrarme a los gemelos durmiendo, ¿a esta hora?, eso es un milagro y entonces escucho a Silvia hablar por teléfono

—¿Y eso que duermen? — cuestiono cuando ella cuelga— los drogaste acaso?

— No digas tonterías Raquel— rueda los ojos y me siento frente a ella, los gemelos nunca se habían dormido sin antes verme a mi

— Lo jodí todo ayer ¿verdad? — mi hermana asiente empeorando mi estado

— No puedes explotar así hermana, son niños que solo quieren a su padre cerca, solo quieren una familia normal, como todas

— Joan es un canalla que me está demandado para quitármelos  y no sé el por qué, sé que no los quiere Silvia, no entiendo por qué luego de tantos años hace esto

— Ganarás ese juicio, ningún Juez te quitará la custodia completa para dársela a alguien que nunca ha estado presente en la vida de sus hijos

— Ya, pero estoy segura de que Joan hará cualquier cosa, él no juega limpio y su familia tiene amigos por todos lados, Silvia, viví años con esas personas, hacían fiestas donde iban gobernadores, abogados y jueces, tienen amigos por todos lados, en fin, tienen el dinero que yo no tengo

— Haremos algo, pero dime, por qué estás a estas horas aquí Raquel? — suspiro y miro mis manos

— Joan compró la librería y me despidieron — mi hermana ahoga una exclamación más que asombrada — ya te dije, tienen mucho dinero

— Hijo de

—y no sé si en un mes conseguiré otro trabajo, estoy acabada

— Me tienes a mí — Silvia coloca una mano sobre la mía — y a Miguel también

— A donde fue ese?

— Dijo que tenía algo que hacer, debe estar al venir

— Sabes si está trabajando? — Silvia niega— y entonces? de donde saca el dinero? les hizo regalos caros a los niños y me ayudó con la renta

— Dice que fue un trabajo en el que le fue bien

— Solo espero que no ande en malos pasos— Silvia se encoge de hombros, luego mira su teléfono cuando suena

— Debo irme hermana, Ángelo llega hoy

— Está todo bien con él?

— Perfecto — responde, pero por qué me parece que no?, mi hermana se va dejándome sola y yo comienzo a prepararles galletas a los gemelos, debo ganármelos de alguna forma

— ¡Hasta que despiertan! — exclamo cuando ambos entran a la cocina, seguro el olor los ha despertado, ambos se sientan sin mirarme— ¿Quieren galletas? — niegan— están recién horneadas y son de chocolate y fresa

— No queremos nada— responden a la vez

— Mis amores discúlpenme — me acerco a ellos que cambian la mirada para no verme— cometí un error, soy humana y merezco perdón, como cuando ustedes rompen algo y yo los perdono

— Echaste a papá — dice Jessica aún sin mirarme

— Rompiste los regalos— aclara su hermano

— Tiraste su pastel— me recuerda Jessica otra vez

— Me equivoqué — admito y tomo sus manos, ambos me miran— pero los amo y no quiero que estén enfadados conmigo

— ¿Por qué odias a papá? — cuestiona Jacob y no me esperaba esa pregunta de un niño de cinco años

— No lo odio, pero él hizo algo malo en el pasado

— Pero dices que debemos perdonar mamá — alega mi hija, ruedo los ojos

— Y al parecer soy tan mala perdonando como ustedes — ambos sonríen

— ¿Volveremos a verle?

— Quieren verlo? — ambos se miran entre sí

— Solo queremos conocerle — dice Jacob al fin

— Ok— asiento, no les puedo quitar eso a pesar de lo ocurrido en el pasado, ellos tienen el derecho a conocer más a Joan, aunque yo odie eso— hablaré con vuestro padre

— Ahora danos galletas — murmura Jessica y sonrío

— Todas son de ustedes

***
— Gracias por aceptar verme — es lo primero que le digo a Joan una vez nos sentamos, ambos estamos en una cafetería cerca de la casa, hablar ayer con mis hijos me hizo ver mi error y perder mi trabajo también fue bueno para darme cuenta de que debo llegar a un acuerdo con Joan, él tiene poder y dinero

— Es siempre un placer verte

— Quiero llegar a un acuerdo Joan, no quiero ir a un juicio— el hombre frente a mí ríe

— Ahora quieres? Qué pasó? fue por perder el trabajo? — alza una ceja, se está burlando y solo me apetece romperle la cara

— Joan por favor

— Qué quieres Raquel?

— Quiero mantener la custodia, podrás verlos siempre que quieras— él niega

— Yo tengo una oferta mejor, mantienes sí, la custodia y podré verlos siempre que quiera, además de eso podré pasar dos días de la semana con ellos

— No me puedo alejar de ellos ni ellos de mi

— Lo aceptas o lo dejas Raquel, es mi última oferta

— Dime por qué? por qué ahora luego de tanto tiempo Joan? No los quieres

— Quiero ser mejor persona Raquel y si te estoy dando una oferta para llegar a un trato es porque quiero que veas que he cambiado, podría quitártelos y lo sabes, pero quiero— coloca una mano sobre la mía — que te des cuenta de que quiero ser mejor para ti y para ellos

— Nuestra relación no va a cambiar — retiro mi mano

— Tiempo al tiempo bella dama— sonríe y se pone de pie — ¿aceptas o no?

— Acepto Joan

Luego de dos días de esa conversación aquí estoy, leyendo las últimas noticias y ahora comprendo todo, entiendo ahora la razón de Joan de querer ser "mejor persona" así es como quiere que lo vean, como un buen padre que quiere hacer las paces con su exesposa y de paso seguro no quiere que yo hable todo lo que en verdad pasó en el pasado, ahora comprendo que su juego de la demanda fue como una advertencia, dices algo del pasado y te quito a tus hijos, él no los quiere, él solo es uno de los candidatos para ser el próximo gobernador y quiere que todos piensen que es un hombre perfecto porque quiere ese puesto. 

★★★
Alonso
Comienzo a cenar, solo, en una enorme mesa, bueno no tan solo

— Aurora tengo un payaso en la frente? — miro a la empleada, más que empleada la quiero como a una madre

— No, es solo que no entiendo por qué aislarte así del mundo mi niño y además, tu mamá ha estado llamando

— Ya veo que te dio las quejas

— Le prohibiste la entrada a la casa Alonso— suspiro

— Ella también me mira con lástima — murmuro y me muevo para salir del comedor

— Esta casa es muy grande para dos, necesitamos más empleados

— Dijiste que traerías a otra chica

— Y de nada sirve si la echas

— No he despedido a nadie Aurora— la miro por encima del hombro

— No necesitas hacerlo mi niño, esto parece la casa embrujada y por la forma en que las tratas todas creen que eres un psicópata que las va a matar y enterrar en el jardín, bueno, lo que queda del jardín — suelto una carcajada

— Y no le has dicho que es muy difícil en mi estado matar, cavar un hoyo y enterrar a alguien? — cuestiono aún riendo y ella solo bufa

— Necesitas salir de esta casa

— Si, si, hasta mañana Aurora, descansa— cierro la puerta de mi habitación al entrar en ella y busco mi lapto, cada día hago lo mismo, buscarla a ella, fotos de Lía, fotos que me ponen cada vez peor, ella parece tan feliz en todas esas fotos, rodeada de personas, sonriendo siempre y en fiestas, aún no recibo su demanda de divorcio y lo único que espero es que vuelva, una foto llama mi atención, es Lía, pero no está sola, detrás de ella hay alguien besando su cuello rodeándola por la cintura con los brazos, la sangre me hierve y reconozco al sujeto, es Jared, uno de mis mejores amigos, lanzo la lapto contra la pared haciéndola añicos.




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