Mi mejor versión

Capítulo: 12

Raquel
— Que me encanta verte reír Raquel, me fascina—expresa y me pierdo en sus ojos, siento el rubor llenar mis mejillas y entonces él comienza a reírse

— Eres un idiota Alonso— espeto molesta y avergonzada

— Y te lo creíste loca? — sigue riendo— de ti lo único que me gusta es cuando te vea salir de mi casa y no volver

— Imbécil

— No te enfades— comienzo a caminar, él me sigue— sé que es muy difícil que yo no te guste, es normal que estés babeando por mi

— No seas tonto— mascullo sin mirarle—no eres mi tipo

— A claro, y por eso te ruborizas así y me miras como me miras— me volteo y lo asesino con la mirada

— Y como cree que le miro?

— Cuando no me mira como ahora, como loca homicida pues me mira con ganas de comerme— sonríe de lado y hago una mueca

— No como basura señor Black— me giro y subo las escaleras corriendo, sé que acá no podrá seguirme.

El día de volver a ver a mis hijos llega y aunque los he llamado Joan no quiso que hablara con ellos, infeliz, sé que solo han pasado 24 horas, pero para mí han sido como meses sin verlos y por esa razón cuando los veo entrar por el portón salgo corriendo a su encuentro

— Mis amores— los envuelvo a ambos en mis brazos

— Mamá te extrañamos mucho— suelta Jessica y sonrío, me alegra tanto escuchar eso

— Te tenemos que contar un montón de cosas mami— dice un feliz Jacob — pero ahora tenemos hambre — sonrío y los suelto luego de volver a besarlos

— vayan que Aurora estaba preparando un pastel— ambos exclaman felices y salen corriendo, me pongo de pie y miro a Joan que no me ha quitado la mirada de encima

— Estás guapa— dice en forma de saludo y ruedo los ojos

— Gracias por traerlos a la hora que debías, ya puedes irte Joan

— Para la próxima desearía que estuvieras ahí tu también Raquel— comenta acercándose a mí— me haces falta

— Trabajo, eso no será posible

— Si vuelves conmigo no tienes que seguir trabajando Raquel, serás mi reina

— Sé que todo esto con los niños fue por la campaña Joan y nada más — él sonríe, cínico

— No solo por eso mi amor, también te quiero recuperar a ti

— Luego de tantos años?

— Sigo amándote, me di cuenta cuando te vi, Raquel hay cosas que tienes que saber, no soy el monstruo que crees

— No claro que no, si me quedó claro el día que me mandaste a un hospital— él suspira frustrado

— Fue un error, había bebido y me cegué, pero luego de eso me pediste el divorcio Raquel y, solo te lo di porque estaba avergonzado contigo

— y luego te fuiste, ni siquiera quisiste conocer a tus hijos

— Las cosas no son como crees Raquel, yo me fui del país cuando nos divorciamos y

— Ya basta Joan, no te quiero escuchar más — me doy la vuelta, pero Joan agarra mi brazo y hace que le mire, quedamos demasiado cerca el uno del otro

— Mi madre me dijo que habías perdido a los bebés — comenta mirando mis ojos y la verdad, no sé si miente—pensé que no era padre Raquel, luego fue que te busqué y lo supe, fue cuando fui a tu casa

— Aunque eso sea cierto luego pasaste un año sin llamar ni volver

— Tenía asuntos de trabajo, estaba en problemas y todo se me complicó, pero nunca dejé de velar por ti ni por ellos, debes creerme— se acerca más a mi

— No te creo nada Joan, ahora suéltame— me suelto de su agarre y camino a paso apresurado hacia la casa, al entrar debo sentarme un momento al sentir mis piernas débiles, no puede ser verdad, de seguro miente, claro que sí, debe estar mintiendo además si no miente de todas formas eso no quita las cosas malas que hizo

— Mamá la casa de papá es enorme— suelta mi hijo cuando entro a la cocina donde están ambos con Aurora

— Y tiene un cuarto lleno de juguetes para nosotros— comenta Jessica— hay un castillo en este mamá lleno de princesas

— Y fuimos a varias tiendas, luego papá nos va a mandar los juguetes— sonrío escuchándolos, pero solo quiero llorar y así pasan mis hijos horas y horas hasta que se duermen hablando del bueno de su padre, de su casa enorme y de todo lo que este les compró, mis hijos quedaron encantados y claro Joan usó su dinero para atraerlos, maldición! tenía miedo a esto, ellos ya le quieren.

¿Y si luego lo quieren más que a mí?

— Bebiendo sola? — cuestiona Aurora que se sienta a mi lado fuera de la casa— es tarde ya

— Necesitaba un trago— le paso la botella de vino, ella sonríe

— Es uno de los más caros y de los favoritos de Alonso

— Por eso mismo la escogí— digo y ambas reímos

— Qué te pasa Raquel?

— Mis hijos aman a su padre— suelto y bebo un trago— lo adoran

— Mi niña, es normal, es su padre

— Y si luego le quieren más que a mí?

— Eso no pasará — coloca una mano en mi hombro— ellos te aman Raquel, es solo que ahora fue que conocieron a su padre, querrán pasar tiempo con él, son niños y no sabían lo que era tener un padre y ahora lo tienen

— Tu crees?

— Qué fue lo primero que te dijeron al llegar? — sonrío

— Que me habían extrañado— Aurora asiente sonriendo

— Mañana Irán a la casa de los padres de Alonso por fin?

— Así es, aunque él no lo sabe, querrá matarme

— Ya quiere matarte— ambas reímos y continúo bebiendo mirando las estrellas

★★★
Alonso
Despierto gracias a un enorme ruido y quedo sentado en la cama mirando a la chica que anda por toda mi habitación como si fuera de ella

— Qué haces? — pregunto intentando parecer calmado

— Buenos días señor Black— dice sonriendo— solo quería despertarlo

— Y por qué no hacerlo como las personas normales? — cuestiono alzando una ceja— Raquel casi me matas de un susto

— Tan miedoso es? — se ríe ella caminando hacia mí— no responda, no hace falta, ya sé la respuesta

— Eres graciosa

— Gracias

— No era un halago— mascullo mirando sus ojos— qué hace aquí?

— Ya le dije, despertarlo, acaso olvidó que íbamos a ver a unos amigos?

— Es temprano

— Pasaremos el día

— No dijo eso Raquel

— No hacia falta— se encoge de hombros como si nada, maldita, solo quiere fastidiarme todo el tiempo— lo espero en el comedor señor Black, debe desayunar— me guiña un ojo y sale de la habitación, bien, el comedor, jugaré un poco con ella.

Al llegar al comedor Raquel está ahí, a sus enanos hijos no los veo y tampoco los siento

— Y los mocoso— me callo cuando me fulmina con la mirada— los enanos?

— En el colegio

— Ya van al colegio? — me río — pero si son enanos

— Deje de joder Alonso, son niños normales, solo son pequeños pero

— Enanos como su madre— deja un plato frente a mí y jugo, en la mesa ya hay varias cosas, miro todo

— Coma antes de que se lo lance por la cabeza

— ¿Y si me das de comer? — sonrío viendo sus ojos desconcertados — no puede negarse— ella suspira y se sienta frente a mi

— Vamos abra la boca que ahí va el avioncito— juega con la cuchara como si en verdad yo fuera un bebé, detengo su mano

— Pruébalo usted primero, no vaya a ser que quiera envenenarme— rueda los ojos y obedece

— Ves? está rico

— Déjeme probarlo— me acerco más a ella—de su boca— sus ojos buscan los míos, sé que ya la he puesto nerviosa

— ¿Qué hace Alonso? — murmura cuando paso un dedo por sus labios

— ¿Puedo besarla Raquel? — digo acercando mi boca a la suya— sé que le gusto, la pongo nerviosa— continúo acariciando el contorno de sus labios con mis dedos, ella suspira— ¿Le gustaría que la besara?— rozo sus labios con los míos

— Alonso— dice y sonrío

— Ya quisiera ser besada por mí— digo alejándome de su boca, pero sí, casi caigo y la beso joder— pero no haré tal cosa, no me apetece — me mira estupefacta — eres como todas las pobretonas que le encantaría seducir a un millonario, pero yo no beso a cualquiera — espeto y solo soy consiente de la bofetada que me da marcando todos sus dedos en mi mejilla, se levanta furiosa de la silla

— Si quisiera un millonario volvería con mi ex— masculla mirando como llevo una mano a mi mejilla, se atrevió a golpearme—él está loco detrás de mí— achico mis ojos, quiere él volver con ella? querrá ella también?

— No vuelva a golpearme Raquel — sujeto su mano cuando se iba y mira mis ojos

— Y usted no vuelva a acercarse a mí y al que si le gustaría ser besado por mí es a usted— me carcajeo mirando esos ojos que parecen querer echar fuego

— Le puedo asegurar — suelto su mano— que usted acabará basándome Raquel — agrego seguro— dará el primer paso cuando ya no aguante más y quiera lanzarse a mis brazos

— Y yo le puedo asegurar— ella se acerca a mí— que el día en que yo le bese usted me va a rogar que vayamos a una cama— alzo una ceja por la seguridad con la que habla

— Tan buena te crees mujer?

— No me creo nada, soy buena en todo lo que hago y mire, no por gusto tengo a más de uno obsesionado conmigo, crea en mis palabras, terminará rogando si yo le beso así que mejor aléjese de mí, no necesito a otro hombre detrás




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