Mi miedo más Grande (#02 Saga Miller)

14| Aarón y Fabianne

Capítulo 14.

|Fabianne De la Torre|

Portland-Oregón EE.UU/ sábado, 28-11-2015.

Miro mi mano, la mayoría de los cortes ya cicatrizaron y las costras ya se cayeron, cerrar la mano ya no duele, duele más el recuerdo de quien me hizo ese daño, pero prefiero no pensar en eso.

Sonrío al poder toman un pincel, mis ojos se llenan de lágrimas cuando trazo la primera línea y la primera lagrima cae cuando comienzo a pintar, en algún momento siento la presencia de Aarón en mi cuarto, pero no desvío la mirada del cuadro, ni Aarón dice algo, sabe lo importante que es esto para mí.

Saber que estoy pintando como me sentí, como me siento y como me sentiré por mucho tiempo me hace sanar un poco mi alma, pintar me llena el alma.

Trazo las líneas que simulan las pestañas de abajo, dibujo bien el ojo, eligiendo los colores, hago el parpado con un color oscuro, las pestañas, ojeras, todo del mismo color, pero mezclo bien los colores creando contraste, haciendo que se vea una expresión, no sé si pasan horas, pero lo que sí sé es que lloro más al pintar el iris verde, pero no un verde pálido, pinto un verde oscuro, una mirada dolida, cansada, rota, la mirada me devolvía al verme al espejo luego de llorar por horas, mi mirada cuando quienes me debían amar me rompían el corazón al lastimarme tanto.

Me esfuerzo en hacer bien las líneas rojas en el ojo, y hacer la gruesa lagrima, un color blanco, hago un borde de un blanco más fuerte, más vivo, el dolor en la mirada es lo que quiero plasmar.

El dolor es inevitable, es jodido y poder plasmarlo con pinturas y un lienzo es precioso. Cuando algo te duele tu mirada es lo que más lo demuestra, la forma en la que tu ojo se entrecierra cuando estás cansado emocionalmente, tu mirada cansada, las líneas rojas que aparecen ante el cansancio, la forma en la que tu mirada se vuelve fría y oscura, la hinchazón si lloraste. Los ojos son los más expresivos ante el dolor y eso es jodidamente doloroso, pero también es preciosa la capacidad de expresión que tienen nuestros ojos. Son la ventana del alma.

Retrocedo para poder admirar mi trabajo, dejo la paleta y el pincel en mi mesa, tomo el pañuelo de mi delantal y me limpio mis manos, una lagrima resbala por mí mejilla.

Tomo aire, respiro hondo sintiendo una calidez expandirse por mi pecho.

—Es tu mejor dibujo —me rodea la cintura con sus brazos y me apoyo en él.

Acomoda su cabeza sobre la mía, es tan alto que lo hace sin problema.

El tacto de Miller es algo a lo que desgraciadamente ya me acostumbré, es raro no tenerlo cerca, casi un mes desde que comenzamos esto y su tacto ya se ha convertido poco a poco en una necesidad, lo quiero tener cerca, siempre y eso es peligroso.

—No puedo creer que volví a pintar —susurro para mí, orgullosa de este logro.

Acaricia mis brazos, cierro mis ojos.

—Estoy tan feliz, Aarón.

—Lo sé, elfo, siento tus lágrimas.

Cuando lo dice me doy cuenta de que sigo llorando, pero no es de tristeza o dolor, es simplemente felicidad, esperé mucho para volver a pintar y es algo que me llena tanto el alma, estoy viviendo.

—Ni cuenta me di que estaba llorando —suspiro —¿Qué haces acá?

—No contestabas tu celular y me preocupé —explica y me abraza con más fuerza, como si quisiera que nunca me fuera de sus brazos —vine y entendí que lo habías apagado cuando te vi pintando.

Asiento recordando que pensé que era lo mejor apagar el celular, desconectar de todo un rato y vivir este momento por que tanto esperé, fue perfecto.

—Pensé mucho si debía hacerlo o no, no deseaba que me doliese la mano, pero no pude evitar desear sostener el pincel, es una sensación inexpiable, la conexión que siento con la pintura...

Una amplia sonrisa bobolica se forma en mis labios.

—Sé cómo se siente —toma aire y siento como apoya su nariz en mi cabello —siento lo mismo cuando leo o sostengo un libro, es la mejor sensación del mundo.

Muerdo mi labio inferior, el calor del cuerpo de Aarón es tan reconfortante, cálido y huele increíblemente bien, hasta aquí siento su perfume, es fascinante.

Giro en sus brazos y alzo la mirada para verlo a los ojos, sus ojos azules se encuentran brillosos y su pequeña sonrisa amenaza con romper mis estribos. ¿Cómo puede ser tan atractivo? Debería ser ilegal que alguien de 17 se vea así, no es normal.

—¿Hasta cuándo vamos a fingir? —pregunto algo que me ha estado rondando por la cabeza.

Su sonrisa se borra, pero la recupera rápidamente, sus mejillas se encienden más y no entiendo por qué.

—Fabianne, vamos menos de un mes, sabes que tienes que ganarte la confianza de mi familia —asiento —solo es por precaución, no hay un tiempo estimado, simplemente es hasta que te ganes su afecto y podamos decir que nos separamos y ellos ya te quieran, hasta que eso suceda debemos seguir, es por tu seguridad.

Asiento y rodeo su cintura con los brazos, pegándome a él, me abraza de vuelta.

—Quiero que todo salga bien.

—Va a salir bien, elfo.

¿?¿?¿?

Miro por la ventana, mi balcón es grande, tiene una hamaca y más cosas que saqué hace un momento, miro la ciudad, las casas de mis vecinos, es increíble ver la luna, las estrellas.

La paz que hay.

Estoy apoyada en una de las puertas del balcón, sentada en el piso y Aarón está en la otra puerta, a centímetros de distancia de mí.

Lo miro de reojo y vuelvo a mirar a las estrellas.

—Las estrellas son un mundo —susurro —es una filosofía mía, siento que cada una es infinita, que cada estrella es una persona que se fue de este mundo y por eso hay miles de ellas, creo que cuando no hay estrellas o no se ven es porque las almas descansar de ser siempre vistas, que cuando solo hay una en el cielo y sientes que solo la vez tú es porque alguien que amaste y se fue te quiere dar un mensaje —tomo aire y ladeo la cabeza, mi cabello se cae hacia al lado, pero poco me importa —las estrellas son almas en el cielo.



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En el texto hay: familia, amor, enemiestolovers

Editado: 08.06.2022

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