Ana
Toda mi vida deseé lo que estoy viviendo en este momento.
Una casa, un hogar y una familia.
Por alguna razón me siento feliz y en paz en este lugar.
No voy a negar que al principio tuve mis dudas, la verdad que es difícil confiar en los hombres después de haber vivido lo que viví. Pero Max me ha dado la oportunidad de volver a creer.
Es tan diferente a los hombres que conocí. Al principio lo veía distante, me ponía nerviosa, cada vez que lo miraba tenía sus ojos sobre mí, pero con el tiempo me he acostumbrado y me gusta.
― ¿Qué haces? ―Pregunto a Max y lo veo con una de las muñecas que le ha comprado a Sally peinándola y mirando su móvil.
―Estoy tratando de peinarla, pero es más difícil de lo que pensé.
No entiendo lo que está diciendo y cuando me acerco aprieto los labios al verlo ver un tutorial de peinado para niñas.
― ¿Por qué estás haciendo eso? ― Pregunto divertida.
―Le prometí a Sally que la peinaría la próxima vez y estoy aprendiendo.
¿No puede ser más lindo?
Quiero rodar los ojos y me siento a su lado.
Él y sus promesas hacia Sally, mi hermana lo maneja con el dedo meñique.
―Deberías dejar de prometer cosas―Le digo ocultando la felicidad de que él haga esto por mi hermana.
―No puedo―Dice y al fin sus ojos dan con los míos ―Falta una última promesa y después de eso trataré de no hacer más.
Sí, claro.
Suelto una carcajada y niego con la cabeza.
―Estás loco.
―Loco por ustedes―Veo la seriedad en su mirada y no puedo evitar sentir mariposas en el estómago.
― ¿Te volvemos loco? ―Pregunto con cautela.
―Loco de amor por ustedes dos―Dice y deja la muñeca a un lado ―Falta poco para navidad, ¿Ya le escribiste a Santa lo que quieres para este año? ―Pregunta y trago grueso.
Quiero decirle que lo que pedí el año pasado se hizo realidad, pero no sé por cuánto tiempo podrá disfrutar de todo esto.
Niego con mi cabeza y su mano baja a mi mandíbula y su dedo toca la comisura de mis labios.
―Deberías escribirle, quien quita este año venga con sorpresas.
No entiendo lo que quiere decir y cuando abro la boca para preguntar se acerca y besa mi frente y después se aleja.
Observo la muñeca a mi lado y detallo que hay varias muñecas una al lado de otra. La primera con un peinado fatal, después sigue otra que no fue tan buena y la última tiene una hermosa trenza.
Me levanto y sigo a Max, necesito saber que es lo que realmente quiere de nosotras. Sé que ha prometido darme trabajo y quede en pagarle lo que gastase en mi hermana y en mí, pero no veo que guarde las facturas y no veo que haga sus planes para mi trabajo.
¿Por qué está haciendo todo esto?
Llego hasta su oficina y doy unos toques antes de abrir la puerta. Él está sentado en su trono y me mira con una sonrisa, tiene algo en sus manos y lo guarda en su bolsillo antes de ver lo que es.
― ¿Pasa algo? ―Pregunta.
― ¿Quiero saber qué es lo que realmente quieres de nosotras? ― Pregunto dando unos pasos hacia el interior y cerrando la puerta a mis espaldas.
Me observa un momento como si pensara las palabras que saldrá a continuación, después se levanta y camina hasta ponerse de frente.
― ¿Quieres saber lo que quiero de ustedes? ―Asiento y saca algo de su bolsillo y veo que es una cajita, cuando lo abre, mi boca también lo hace en un gran O ―Quiero que seas mi esposa, quiero darle a Sally un hogar, una familia.
Él lo hace por Sally, no por ti.
―Lo entiendo―Desvío mi mirada y puedo sentir la humedad en mis mejillas.
― ¿Lo entiendes? ―Pregunta tomando mi mentón para que lo mire.
―Sí, sé que quieres que nos casemos para que Sally... tenga un hogar―Mi voz se entrecorta.
Sus ojos se abren y niega.
―No lo hago solo por Sally―Dice y siento como se acerca un poco más hasta que nuestros pechos rozan un poco ―Quiero casarme contigo porque te amo―Dice y siento que he dejado de respirar.
― ¿Qué? ― Trago con fuerza.
―Te amo―Acaricia mi mejilla ―Las amo a las dos, tú y Sally me han dado lo que tanto anhelaba sin saberlo.
― ¿Qué podemos darte si lo tienes todo? ―Sonríe.
―Me dieron la calidez de un hogar―Dice ―Me dieron lo que se siente en tener una familia―Suspira ―Y me dieron el motivo más grande de creer en la navidad.
Siento que me ahogo por el llanto y termino abrazándome a su cuerpo. Lloro como si desahogara y sacara toda la carga que llevo por dentro y al terminar mi cuerpo se siente vacío, como si ya no hubiera tristeza, solo felicidad.
―Sé mi milagro de Navidad―Se inca en una pierna y saca el anillo.
Asiento y observo como desliza el anillo en mi dedo.
Max y yo nos abrazamos llenos de felicidad.
―Ahora necesito que vayas a arreglarte para esta noche.
― ¿Qué pasará esta noche? ―Pregunto limpiando mis lágrimas.
―Tendremos la mejor navidad de todas.
Me siento emocionada y le doy un pequeño beso en los labios antes de salir corriendo de la habitación.
Aún no nos hemos besado como debe ser, pero quiero esperar hasta estar de mejor aspecto y que mi boca no sepa a lágrimas.
Sally y la señora Betty gritan al ver mi anillo y hacen un pequeño baile de celebración, no paro de reír hasta que ella me informa que ha llegado el momento de arreglarnos para esta noche.
Mi hermana y yo nos encerramos en mi habitación, después de la ducha me encuentro con estilistas que están listos para dejarnos a mi hermana y a mí bellas. Nos sentamos por horas, dejándonos maquillar y peinar hasta que me doy cuenta de que ya es de noche.
No he visto a Max desde que acepté casarme con él. Ahora me siento mal por no haberle dado el beso que se merecía.
Me pongo el vestido y frunzo en ceño al verlo rojo y la falda esponjosa. Escote corazón y cuando me observo al espejo parezco una de las princesas de Disney.