Mis Tintas! Les traje nuevo cappítulo y dos nuevas portadas! Quizás ya vieron la portada de Contra todo y ahora también cambiaré la de "Mi Mitad"
Estas portadas son de mi propiedad, literalmente, yo las hice xD así que denle amor.
Espero que les guste y que les guste el capítulo. Gracias por leer y comentar.
Besos, I.
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Romina
Ha pasado un tiempo desde que me encarcelaron en esta celda, no sé cuánto específicamente, la ausencia de luz no me dejaba saber si es de día o de noche, pero realmente me parece que he estado aquí durante una eternidad.
Me dejo caer al suelo cuando siento que he estado mucho tiempo de pie. Miro de izquierda a derecha y me desespera solo poder ver paredes, miro al frente y me siento aún peor al ver rejas. Suspiro.
"¿Cómo fue que me metí en esto?", pensé.
Un nudo en la garganta me dificulta tragar con facilidad, la imagen de mis padres me viene a la mente, siempre pasa cuando estoy en algún momento difícil y es que todo ha sido muy difícil desde que nací, pero se volvió aún más complicado el día que los asesinaron.
-Mamá... ¿Habré hecho bien? -pregunté al aire sabiendo que nadie me contestaría de vuelta- Jack, lo siento.
- ¿Ya estás tan loca que hablas sola? -levanté la vista del suelo y miré a la chica al otro lado de las rejas. No sé su nombre, pero es la única persona que he visto en todo este tiempo, supongo que es la encargada de vigilarme- ¿Lista para hablar o seguirás hablándole a los fantasmas?
Siempre era lo mismo, venía cada cierto tiempo y me preguntaba si ya estaba lista para hablar y confesar mis pecados, para decirles el plan de los cazadores...que estupidez.
Me mantuve en silencio. La chica me mira con tanta frialdad y me habla con tanto desdén que no me dan ganas ni de entreabrir la boca. Suspiró, creo que se está enfadando...bien por mí.
-Estas empezando a hartarme- me advirtió- más te vale empezar a hablar o el Alpha se aburrirá de esperar a que cooperes.
- ¿El Alpha o tú? -contesté de vuelta, mi voz salió rasposa gracias a la poca agua ingerida estos días...semanas...bueno, puede que meses, no lo sé con exactitud.
- ¡Ah, entonces si tienes lengua! -soltó burlona- Si sabes que nunca saldrás de aquí si no coperas ¿Verdad? -se apoyó en las rejas- yo que tu comenzaría a hablar- nuevamente no dije nada- nadie te vendrá a salvar, imagínate, han pasado dos lunas llenas y, aunque hayan venido a atacar la manada, ninguno ha venido por ti- sonrió, esta chiquilla aún piensa que esos comentarios me afectan, pobre- ¿Qué te dice eso?
-Que no saben de mi existencia y por ende soy inocente- se rio.
-Bien, vendré más tarde -se dio media vuelta y tan solo dos pasos después se detuvo y me miró- no seré tan amable la próxima vez, ya tengo el permiso- fue lo último que dijo antes de irse y desaparecer por el pasillo.
Me dejé caer al selo cansada, sostenerle la mirada a esa chica me cuesta trabajo y energía, la cual no tengo de sobra como me gustaría. Respiro hondo tratando de tranquilizarme, mi corazón está acelerado, palpita tan rápido como cuando me capturaron, no sé lo que me pasará y eso es lo que más me agobia, me tiene siempre con la guardia en alto y no me permite descansar.
Lo único bueno de solo ver a esta chica, sin nombre, es sentir su aroma, tan exquisito como el olor a postre recién horneado, es tan parecido que hasta me da hambre de solo recordarlo. Sonreí, que ella traiga ese aroma encima es lo único que me da felicidad y es por lo que ruego día a día (o supongo que es así) que vuelva y consigo, ese aroma.
Mi Mate está allá afuera y aunque me gustaría sentirme aliviada o si quiera feliz, no puedo, no por completo. Él está allá y no ha venido hasta acá, quiero pensar que es porque no tiene ni idea de mí, pero me es algo difícil. Si yo supe su existencia por medio de esa chica, él debería...saberlo ¿No?
Un tiempo después, que me pareció más que largo, las puertas se abrieron en un estruendo, me paré rápidamente del suelo y me acerqué a la reja para poder ver. El pánico me invadió al pensar que podría ser ella.
- ¡Camina! - una voz masculina me advirtió que no era ella y, es más, me di cuenta de que no era yo su principal problema ahora, si no alguien más.
No pude ver de quién se trataba, mi visión se había reducido considerablemente el tiempo en el que he estado aquí, estoy muy débil. Finalmente, cuando abrieron la reja y de un empujón lo metieron adentro pude darme cuenta de que, mi peor pesadilla hasta ahora se estaba cumpliendo.
- ¡Jack! -grité desesperada, en un impulso de idiotez tomé la reja entre mis manos, casi de inmediato las retiré sintiendo la piel quemándose- ¡Jack!
- ¡Cállate! -gritó unos de los guardias golpeando la reja con la culata de su arma haciéndome retroceder. Miré totalmente desesperada a Jack- así que se conocen- lo miré- ¿Otro traidor quizás? -apreté los puños- a la jefa le va a encantar esto- la reja de la celda de Jack se cerró de golpe haciéndome saltar.
-Le agradará saber que ya tiene cómo abrirte la boca- dijo el otro. Me espanté- o, quizás, abrírsela a él- y se fueron dejándome con un amargo sabor de boca.