Mis tintas! resumen de lo que me pasó:
-Mi computador murió, de hecho pedí uno a la universidad para seguir en clases, y resién ahora pude tener una tablet nueva para poder ir a clases y seguir escribiendo.
Me disculpo por la tardanza y creanme que tenía muchas ganas de volver a escrbir, así que a lxs que se quedaron, muchas gracias! y disfruten el capítulo.
Besos.I
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Spencer
—Michaella— dije una vez estando frente a ella. Mica alzó la cabeza partiéndome el alma en el proceso. Tenía un par de lágrimas en sus ojos y me mira con dolor y tristeza en sus hermosos ojos, yo provoqué esto y es horrible— tenemos que hablar.
- ¿De qué? - me preguntó- no hay nada de qué hablar, me quedó más que claro todo.
-Mica- me senté a su lado.
-Spencer…no tienes que decirme nada, no soy estúpida, sé qué es lo que acaba de pasar.
-No es por eso que estoy aquí, sé que lo sabes, pero hay algo que no- me miró luego de secarse las lágrimas.
- ¿A sí?
-Mica, no te voy a mentir, yo me acerqué a ti por el aroma que desprendías- vi un destello de horror en sus ojos, supe inmediatamente sus pensamientos y, técnicamente, no estaba tan equivocada- al parecer el aroma de Romina se te pegó por el tiempo que pasabas con ella, es por eso que lo sentía tan fuerte y pensé que tú generabas ese aroma.
- ¡Ja! – la miré. Michaella apretó los labios y asintió con la cabeza mirando al suelo- o sea que todo este tiempo la única que estuvo sintiendo algo verdadero fui yo.
-No, eso es lo que te quería aclarar- me moví de mi lugar, me hinqué frente a ella y le tomé las manos con fuerza- yo me acerqué a ti por ese motivo, pero no me quedé contigo solo por eso. Nada fue mentira, que yo haya encontrado a mi Mate no significa que dejé de quererte de un momento a otro.
-No te entiendo ¿Cómo fue que pensaste que era yo si aún no cumplo los 16 y yo no lo siento?
-Conoces la historia de mi familia, Mica, para mí, en este momento, cualquier cosa es posible, incluso esto- suspiré- mi plan era esperar hasta tu cumpleaños, no tenía en mente acercarme tanto a ti, pero simplemente no pude evitarlo, tu aroma…digo, el aroma de Romina no me lo permitió.
-A mí me gustas, Spens y yo…-se echó hacia atrás apretando los labios y cerrando los ojos con fuerza. Tragué saliva para que el nudo en mi garganta no me hiciera llorar de culpa. Tiré de sus manos hacia mí y la abracé con fuerza.
-Mica, me gustas de verdad, me gustaste todo es tiempo a pesar de no ser mi Mate- suspiró en mi pecho- pero no me hagas escoger- susurré, arrugué la frente, respiré entrecortado y cerré los ojos con fuerza- por favor, no me hagas escoger, no me obligues a decírtelo en voz alta, no quiero hacerte eso- endurecí mi abrazo- por favor- le rogué.
Las manos de Michaella subieron por mi espalda, agarraron mi camiseta y la apretaron con fuerza al tiempo en el que su llanto se escuchó ahogado por mi pecho.
Yo también lloré, lloré abrazado a ella, lloré por culpa, lloré por haberla hecho sufrir, lloré por ser tan estúpido.
-Perdóname- dije con la garganta apretada- perdóname, Mica- bajé la cabeza y la apreté más cuando su sollozo se escuchó tan fuerte que me partió el alma en mil.
No sé cuánto tiempo estuvimos ahí, pero en cuanto Michaella dejó de llorar yo también dejé de hacerlo. Se separó de mí, limpió su rostro y me miró. Imité cada una de sus acciones.
-Quiero…-respiró hondo- quiero estar sola- la miré por un momento antes de asentir en silencio. Bajé la cabeza, no puedo verla a la cara tan fácilmente, no después de haberla hecho llorar de esa manera.
Sin decir nada se dio media vuelta y se fue.
Me tomé mi tiempo para tranquilizarme antes de ir con Aza para hablar sobre Romina. Ya no me importaba la razón por la que no me dijeron de su existencia, ya no me importaban sus excusas para mantenerla encerrada tanto tiempo, ahora solo quiero sacarla de ese mugroso lugar y tenerla cerca de mí.
Y su hermano, que aún no sé si es su hermano de verdad, tendrá que esperar hasta que no me genere sospecha alguna.
-No te ves nada bien.
-Bueno- me giré- no lo estoy, digamos que…es un día agridulce.
-Agridulce- asintió- yo diría que más agrio que dulce- la miré ladeando la cabeza.
- ¿Y a ti qué te pasó?
-Nada importante- me sonrió.
- ¡Oh, no!- Cassandra me miró sorprendida.
- ¿Qué?
-A ti te pasó algo grande, no por nada me estarías sonriendo de esa manera como tratando de aparentar estar bien.
-Estoy bien.
-Sí, y yo soy Drácula.
- ¿Me llamaron? -mandamos un respingo ante la repentina aparición de Dracul.
- ¿Hace cuánto estás ahí? -pregunté algo asustado de que haya escuchado mi conversación con Michaella.
-Acabo de llegar- respondió para mi tranquilidad.
-No te llamamos- respondió Cassie- aparte, dijo Drácula, no Dracul ¿Cómo te puedes confundir con tu propio nombre?
-Es lo mismo dicho de otra manera- dijo restándole importancia a su notorio error- de todas formas ¿Por qué esas caras largas? ¿Acaso pasó algo?
-Que no pasó querrás decir- respondí.
-A ver…al parecer me perdí de mucho ¡Yo solo fui al baño! ¿¡Cómo puede ocurrir tantas cosas mientras uno va al baño?!- reclamó. Lo miré incrédulo.
- ¿Cuánto tiempo estuviste en el baño?
-Eso no importa, no estamos hablando de mí sino de ustedes.
-De él querrás decir, a mi no me ha pasado nada- nos giramos a verla sin creerle ni una palabra- ¿Qué? Es cierto.
-Sí, díselo a tu cara- respondió Dracul cruzándose de brazos y burlándose con una mueca que se supone imitaba la cara algo demacrada de mi prima.
-Mi cara no es así- reclamó.
-Suficiente, yo quiero saber qué te tiene tan mal- exigí- lo mío lo sabrán en un par de minutos y en otro lugar, pero algo me dice que si no me dices ahora qué pasa no me lo dirás nunca.
- ¿Acaso esto tiene que ver con el Rogue que capturaron hace un par de horas?- miré a Dracul de manera socarrona y luego miré a mi primera esperando ver la misma expresión.
Grande fue mi sorpresa cuando la vi mirarme directamente a los ojos inexpresivamente. Poco a poco mi sonrisa burlona fue remplazada por una línea recta y mi frente se frunció con extrañez.
- ¿Es por él? – pregunté totalmente sorprendido. Finalmente Cassandra bufó derrotada y miró a Dracul totalmente enojada.
- ¿Cómo lo supiste? – Abrí mi boca sin poder creerme la situación. Drac se encogió de hombros inocente.
- ¿Intuición?
-Intuición y una mierda- respondió completamente enojada.
-Cassandra- llamé su atención- ¿Acaso ese hijo de puta te hizo algo? -pregunté tratando de mantenerme en calma para no ir y matar al que supuestamente es el hermano de mi Mate.
- ¡No! – guardó silencio un momento- al menos, no directamente.
-Bueno, ¿Te hizo algo o no? -pregunté algo alterado, hoy definitivamente mi paciencia estaba bien débil.
-Spencer…prométeme que no harás nada.
-Cassandra, hasta a mí me estás colmando la paciencia, si ese maldito te hizo algo dinos ahora y si no te hizo nada aclara de una vez la situación antes de que nuestra imaginación siga divagando- dijo Dracul. Mi prima suspiró y con frustración pasó sus manos por su cabello.
-Está bien, les diré- respiró hondo- él…es…- bufó enojada- Ay, rayos- apretó los labios y cerró los ojos con fuerza. ¿Qué puede ser tan dificil de decir que la pone de esa manera? Jamás había visto a Cassandra tan frustrada, tan derrotada.
- ¿Qué es lo que te pasa? -pregunté completamente asustado y al mismo tiempo sorprendido.
-Es que no quiero decirlo en voz alta…si lo digo se volverá real y… no quiero, tengo miedo, Spens.
Por primera vez en todo este rato Cassandra dejó caer sus muros y nos miró asustada, parecía una niña perdida en un gigantesco mundo y sola. En este punto yo ya estaba completamente asustado y no tenía ni idea de qué hacer, Cassie nunca fue de las que es sentimental, nunca se dejó llevar por sus sentimientos, al menos no de este tipo, desde que es pequeña muy pocas veces la vi asustada o derramar una lágrima, pero…en este momento estaba completamente vulnerable.
-Cassie- le hablé con más delicadeza y posé una mano en su hombro apretando ligeramente- pase lo que pase aquí estamos, no estás sola.
-Lo sé, es solo que…esto tendré que enfrentarlo sola y… es justo lo que he estado evitando todo este tiempo- con ambas manos se refregó la cara con fuerza- no quiero esto- fue lo último que dijo.
-Es tu Mate ¿Cierto? -me atreví a sugerir. Cassandra no me miró, pero asintió con la cabeza en silencio.
Respiré hondo y miré a Dracul quién miraba el suelo sorprendido, supongo que su intuición no supo advertirle de esto.
El cuerpo de Cassie comenzó a tiritar, su rostro aún estaba oculto por sus manos.
-Yo no quería esto, no ahora, nunca ¿Por qué tuvo que aparecer? ¿Por qué? -reclamó sollozando.
Me mantuve en silencio aún con una mano en su hombro, si la abrazaba probablemente me empujaría, se obligaría a retomar la compostura y se guardaría todo.
Comencé a sopesar la situación. Confundí a Michaella con mi Mate todo este tiempo provocando que ella tomara sentimientos hacia mí que, ahora que encontré a mi Mate, no podré corresponder más; mi Mate está encerrada por sospecha de traición; El supuesto hermano de mi Mate está encerrado por irrumpir en una manada sin ser invitado; El mismo chico es Mate de mi prima; Cassie no quiere reconocer a su Mate; Acabo de perder a una buena amiga y no sé si podré sacar a mi Mate de esa situación y menos aún a su hermano.
Y sin contar el hecho de que me ocultaron que tenían a un rehén hace semanas.
Suspiré profundamente y me masajeé las sienes con mi mano libre.
Vaya día de mierda.
-Cassie, escúchame- la tomé por los hombros y la obligué a mirarme- no tengo tiempo para explicar ahora, pero mi intensión es sacar a esa chica de allí- de repente su mirada se tornó dura.
- ¿Qué mierda es lo que estás pensando Spencer? -de removió en su lugar soltándose de mi agarre.
-Ya te dije que no tengo tiempo para explicarlo ahora, lo escucharás dentro de unos minutos, pero primero déjame preguntarte algo. Pelearé por sacar a esa chica de ahí, mi pregunta es ¿Quieres que lo saque de ahí? ¿O no?
- ¿Sa…carlo? -asentí.
Cassandra bajó la cabeza y comenzó a caminar de un lado a otro pensando en su respuesta. Podría decir que estoy sorprendido porque realmente se lo esté pensando y no me diga inmediatamente que quiere sacarlo, pero estaría mintiendo.
Conozco a mi prima, aunque sea solo un poco, sé que su mayor miedo era que apareciera su Mate porque tenía que comenzar a escoger entre su responsabilidad y su corazón, una decisión que no siempre va en conjunto, justo como ahora.
Jack está arrestado y aunque su cargo no es uno muy relevante, seguía siendo un Rogue y estaba en prisión. Mientras tanto ella es la futura Beta de la manada, un puesto tan importante como es el de Alpha.
Básicamente le acabo de pedir a mi prima que escoja entre su deber y su corazón, que por más que trate de negarlo, no va a poder hacerlo a un lado por mucho tiempo.
Dracul se me acercó.
-Supongo que yo también me enteraré de tu explicación en un momento ¿No? -asentí en silencio sin dejar de mirar a Cassandra, quien se paraba de vez en cuando como teniendo una respuesta, pero seguía caminando al cambiar de opinión- una decisión difícil la que le diste- suspiré.
-Lo sé, pero tengo que saberlo ahora, no sabía si ayudarlo o no, pero con esto…la decisión no es completamente mía ahora.
-No me gusta esta situación- admitió, lo miré. Su rostro mostraba disgusto.
- ¿Qué es lo que no te gusta?
-No sé, pero han pasado muchas cosas en poco tiempo, algo no me gusta- asentí.
Finalmente, nuestra conversación fue interrumpida por la presencia de mi prima, quien se acercó y nos miró afligida, se mordió el labio inquieta y finalmente respiró hondo.
-Bien…-carraspeó- fue bastante difícil, pero ya tomé una decisión- asentimos en silencio- Spencer, quiero verlo- me enderecé sorprendido y ladeé la cabeza.
- ¿Qué? ¿Ahora?
-Sí, quiero verlo, necesito verlo, quiero hablar con él, quiero aclarar mi cabeza y luego tomaré una decisión.
Suspiré y apreté los labios. Esto me cambiaba todos los planes, ya no podría sacar a Romina de ese mugroso lugar con la velocidad que quería, pero por otro lado tengo que pensar en Cassandra, este es un momento difícil para ella, lo que estuvo evitando por todo este tiempo le acaba de chocar directamente en la cara y lo menos que puedo hacer por ella es darle esta petición.
-Está bien, vamos. Drac, ¿Podrías ir con los demás y decirles que habrá una reunión extraordinaria en media hora? -asintió- gracias. ¿Lista? -apretó sus labios y posteriormente levantó su cabeza y me miró decidida.
-Sí, vamos.