Previo al castigo

Salí de su oficina y me puse a llorar descontroladamente, y no fue ni siquiera porque me hubiera cachado, estaba llorando por su tono de voz, ahora sí lo descifraba, era la decepción en su voz lo que había escuchado desde antes, y eso me dolía demasiado, no quería mirarme, a lo mejor y tampoco hablarme, hubiera preferido mil veces que me hubiera dado unas nalgadas en vez de esa indiferencia.

-(Todos) ¿Qué pasó Manasés?

-Nada, solo déjenme solo. -Entre al salón, me senté en la banca y seguí llorando, ignorando lo que los demás comenzaban a decir-

-Oye al menos puedes sentarte, entonces no te fue tan mal.

-BUAAAA, me fue peor que mal, no es capaz ni de dirigirme la mirada. BUAAA, la decepcione tanto que a lo mejor está buscando como devolverme, y no la culparía por eso.

-¿Te estás escuchando?, ella nunca haría eso, y si no puede mirarte ahora es porque tiene mucho dolor, pero eso no significa que ya no te quiera o te vaya a regresar.

-Sniff.... ¿Tu crees?

-No lo creo, lo se. Ella te ama demasiado, y por eso le duele tanto lo que hiciste hoy. Algo así se puso mi papá en casa el primer día que viniste, yo lo había decepcionado tanto con mi actitud que me mandó a mi habitación sin decir más, el tampoco era capaz de mirarme en ese momento y necesitaba calmarse antes de poner el castigo. Pero ahora todo está bien, si es cierto que sigo castigado pero nuestra relación volvió a ser la de antes, y estoy seguro que eso pasara contigo y Natasha.

-Pero es que me llamo por mi nombre completo, 2 veces.

-¿Si dijiste la verdad?

-A medias, le conté que yo había cogido las llaves pero dije que había sido una broma, pero ella ya lo sabía, sabía que yo tenía el celular.

-Manasés, ¿pero por qué hiciste eso en vez de ser totalmente sincero?

-No lo se, ¿ok?, solo quería creer que no era tan malo y podía devolverlo sin que lo notará.

-Ya tranquilo, cálmate un poco, ¿cuánto tienes que quedarte aquí?

-Hasta que nos vayamos.

Mientras en la oficina

Había intentado con todas mis fuerzas mantener la calma, pero el hecho de que quisiera seguir tomándome el pelo me enervaba la sangre, le había dado una oportunidad de ser sincero pero prefirió seguir mintiendo y eso me dolía demasiado. Estaba tan decepcionada de tener un hijo tan mentiroso, pero eso lo arreglaría dejándole su traserito bien caliente y colorado, pero primero necesitaba calmarme porque si lo castigaba con esta ira que sentia, solo le haría daño.

-Puse música relajante y empecé a respirar- Inhala, exhala.

-Jefa, perdón por la interrupción, pero llegó un paciente que necesita de su experiencia.

-Ya mismo voy. -Respire profundo otras 5 veces y me dirigí a ver qué pasaba-

Había llegado un armadillo gigante que acababa de ser atropellado y teníamos que actuar rápido si queríamos salvarlo, si bien su caparazón había logrado protegerlo un poco, este armadillo aún estaba en sus primeras etapas de vida y había sido un golpe fuerte por lo que los órganos internos podían estar lastimados. Tardamos más de 3 horas entre la toma de imagenes y los procedimientos quirúrgicos y de puro milagro logramos salvarlo.

-Excelente trabajo equipo, vayan y descansen, yo mañana no podré venir porque tengo algo que solucionar, así que díganle a los chicos que se pueden tomar el día de mañana para descansar y que la revisión la haremos el sábado, y no se preocupen yo me encargo de limpiar.

-Muchas gracias jefa, nos vemos el sábado.

Cada padre paso por sus hijos al salón y fueron saliendo, mientras yo me quedé organizando el lugar, revisando al armadillo que parecía estar estable y aprovechando el tiempo para mantener la calma.

-Entre al salón y Manasés seguía sentado en la banca de castigo, y aunque bajitos podía oír sus sollozos, me acerque y lo tome de la mano- Vamos a casa.

-Yo solo quería darle un abrazo y decirle lo mucho que lo sentía, pero estaba tan apenado que solo me pare y dejé que me guiará-

-Lo lleve hasta el auto, lo dejé dentro y pase a mi oficina por las cosas- Listo tengo todo, bata, portafolio, celular y MP3 decomisados, si está completo.

-Sentí que abrió la puerta y dejaba las cosas en el asiento- Ma yo... -No pude decir palabra cuando note esa mirada por el espejo retrovisor que me aseguraba que era mejor quedarme callado-

Ya en casa

-Adentro, ya te hago la cena.

-Si señora.

Fui a la cocina para hacer unos huevos pero se me seguían quemando, eso demostraba que todavía no estaba lista para hablar con él, por lo cual le serví cereal y dejé que el pusiera la leche porque capaz y con mi ánimo se cortaba, le pique unas salchichas con unos cubitos de queso y me fui a mi oficina sin decir palabra y estaba tan metida en lo mío que incluso se me había pasado el hecho de que ya era más de la hora de dormir de Manasés.

-Por dios, son más de las 10:30, este niño ya debería estar en cama. -Pero para mí sorpresa cuando levanté la mirada hacia la cocina el ya no estaba ahí y la loza estaba lavada- Mmm, donde se habrá metido este niño.

-Habia visto la hora al llegar a casa, el accidente había hecho que saliéramos del hospital mucho más tarde de lo normal, por lo que mi hora de ir a la cama ya había pasado- Voy a lavar esto y acostarme, tal vez y eso hasta me da un punto a favor. -Y eso fue lo que hice, por lo cual ya estaba metido en mi cama cuando la escuché inquieta abajo-

-Voy a ir a revisar. -Salí de mi oficina y subí hasta su habitación, y ahí estaba ya acostado bajo las cobijas, no quise revisar si estaba despierto o dormido, solo fui a su escritorio, tome un pedazo de hoja y dejé una nota- Te amo mucho mi pequeño mentiroso. -Dije mientras cerraba la puerta-

Baje a mi oficina para hacer una segunda revisión de haber enviado los papeles correctos y completos, y afortunadamente si lo había hecho, fue un día largo y lleno de emociones pero mañana habría más, tenía a un pequeño mentiroso y desobediente que tenía que educar, y no sería suave con él, sería reprendido muy seriamente y eso no nos gustaría a ninguno de los dos, pero era necesario y con todos esos pensamientos en la cabeza termine dormida sobre el escritorio.