Mi motivo de olvido (spanking parental)

Psicóloga

Al día siguiente me desperté y me encontré con mi pequeño abrazado a mi cintura y totalmente acurrucado a mi lado, se sentía bien y emanaba paz, pero no quería depender de eso, así que ir con mi psicóloga me ayudaría a encontrar herramientas para llevar mejor la situación una próxima vez.

-Buen día peque.

-Mmm, buen día mami.

-¿Me sueltas un momento por favor?

-Esta bien.

-Gracias mi niño, ya vuelvo.

Fui a la sala donde había dejado mis cosas para poder hacer un par de llamadas, y me encontré con que Alex se había quedado ahí dormido en vez de irse a su cuarto e imaginé porque lo había hecho, y aunque lo agradecía no era mi intención incomodar, además de que también lo había preocupado mucho.
Hice las llamadas, una a la clínica para avisar que no iba y dejar a alguien a cargo, al hospital para sacar la cita y le escribí a mis papás que estaba bien y no se preocuparan.

-Alex, despierta.

-Mmmm, ¿estás bien?, ¿pasó algo?, ¿qué necesitas?

-Tranquilo, estoy bien, solo quería decirte que tengo la cita con la psicóloga ahorita a las 10.

-Esta bien, ya voy me alisto.

-¿Alistarte?

-No creerás que te dejare ir sola.

-Pero tienes que quedarte con Manasés.

-Y lo haré, pero estaremos al otro lado de la puerta, con eso estará tu otra parte más tranquila y él también estará más relajado.

-No se si es una buena idea.

-Claro que lo es, creeme.

-Ok, está bien.

-Eso es, me alisto, preparo el desayuno y vamos.

-Yo voy a alistar a Manasés. -Para este punto me alegraba hacer cogido la costumbre de llevar una maleta con ropa para él siempre que es una salida así, eso me ayudaba a preveer muchas situaciones- Peque, levántate y te bañas, te voy a dejar la ropa sobre la cama.

-¿Nos vamos?

-Si, me van a acompañar a mi cita, pero aún si no fueras a salir es importante bañarse jovencito.

-Ya voy.

Me bañé y me cambié, era bueno ver a mamá bien otra vez, y me alegraba que fuéramos a acompañarla, ya me tuvo ayer todo el día fuera y no quería eso otra vez.

-Estoy listo.

-Perfecto peque, ahora ve a la cocina, Alex está haciendo el desayuno, mientras yo me alisto.

-Esta bien. -Me voltee e iba a hacer lo que me pidió, pero mi corazón quería otra cosa, por lo que volví hacia ella y la abracé- No me vuelvas a hacer eso mami, no me dejes fuera, estoy aquí para ti, me preocupaste mucho.

-Ay chiquito lo siento, -lo alcé y se abrazo a mi cuello- te prometo que haré todo lo posible para mejorar esto, solo no supe cómo actuar, tenía miedo de explotar y no controlarme, temía herirte con mis palabras o alguna de mis acciones involuntarias, yo solo quería protegerte y no ví otra forma que dejarte fuera, no me di cuenta ni pensé en la angustia que eso te traería, espero después de hoy tener las herramientas que me ayuden en estas situaciones, además debo dejar de ponerte esa carga de calmarme cuando esté mal, tu no deberías encargarte de eso cariño.

-Yo solo quería ayudar.

-Lo se mi niño, y agradezco eso, pero te lo repito cariño, eso no es tu responsabilidad, está en mi buscar otras maneras, y es justo lo que voy a hacer, ahora ve y acompaña a Alex.

-Ok. -Me bajó y fui a la cocina, Alex estaba haciendo un omelette y me dejó ayudarle-

-¿Te gusta cocinar?

-Me gusta ayudar.

-Eso veo, y si te soy sincero, tu mamá necesitará mucha ayuda, aunque ella no quiera aceptarlo, y no te pido que la enojes al acercarte cuando te pida que no lo hagas o así, pero si en algún momento la vez mal, avísame.

-Te lo prometo.

-Bueno chicos, estoy lista.

-Excelente, pasa y desayuna con nosotros.

-Mmm, se ve delicioso, muchas gracias chicos.

-Ahora a comer que ya se que no te gusta llegar tarde.

-Si que me conoces bien.

Desayunamos y estuvimos listos para salir, pero cuando fuimos a hacerlo los nervios me empezaron a traicionar, sabía que necesitaba ir a esa cita, pero comencé a temblar, querer devolverme y sentirme plenamente asustada.

-Tranquila, todo saldrá bien.

-Si mami, respira.

-Ok, tienen razón, se que puedo con esto. -Inhala y exhala, respire lo más profundo que pude, y aunque seguía nerviosa, era un alivio no tener que hacerlo sola-

A la hora de la cita

-Hola Natasha, tiempo sin verte. -Había tratado a Natasha durante bastante tiempo, pero hace un poco más de año y medio que no habíamos necesitado tener otra cita-

-Mmmm, si, tienes razón, solo que las cosas han cambiado un poco en este tiempo.

-Bueno, cuéntame, ¿qué te trae por aquí nuevamente?, creí que habíamos dejado las herramientas correctas para casos de crisis.

-Si bueno, es justamente de eso de lo que necesito hablar.

-Ok, muy bien, te escucho.

-Necesito unas diferentes, esas funcionaban, cuando estaba yo sola, pero ahora con mi hijo, no he sido capaz de implementarlas.

-¿Hijo? ¿En qué momento paso esto?

-A inicios de este año, como llevaba un año sin venir, necesitar tratamiento o sufrir una recaída, pensé que estaba lista y adopte a un pequeño, pero me equivoqué, tuve una de esas pesadillas y todo despertó otra vez.

-Tranquila, cuéntame con más calma.

-Fuimos de viaje en la semana santa, ahí fue cuando todo empezó a volver, tuve una pesadilla muy fuerte, incluso empecé a hablar dormida, afortunadamente iba con Alex y el me despertó antes de que eso despertara a mi pequeño.
Luego, hace casi dos semanas Manasés salió sin permiso, no le respondía a nadie y eso me preocupo tanto que hizo que esa voz interna, esos demonios volvieran a despertar y tomar más fuerza.
Y por último, ayer mis papás hicieron una reunión familiar, y por alguna razón lo invitaron a él, y el solo oír su voz me desplomó, me escondí en el baño y no me podía controlar.

-Esto ya lo hemos superado antes, pero estas más preocupada que esas veces, ¿qué es lo que te asusta exactamente?



#1370 en Otros

En el texto hay: madre, adolecentes, adopcion

Editado: 20.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.