Nos fuimos al restaurante y pedimos mojarra, traía además arroz, plátano y ensalada, la cual Manasés no quería comerse.
-Cariño tienes que comer todo, si no acabas no te pido postre.
-Pero no quiero, no me gusta.
-No seas mentiroso que muchas veces te he visto comer la misma ensalada con mucho gusto.
-Hoy no quiero.
-¿Porque no quieres?
-Se les olvidó quitarle la cebolla, ahora todo me sabe a eso.
-Ya veo, está bien, voy a pedir que te la cambien pero luego te la tienes que comer, ¿está bien?
-Si ma.
-Bueno, quieto ahí, ¿a ti se te ofrece algo más Alex?
-No Nat, gracias, así estoy bien.
-¿Seguro?
-Bueno, está bien, te acepto otro vaso de limonada.
-Ok, ya lo traigo.
-Aquí te esperamos.
Ella fue a hablar y yo me quedé con Manasés que por alguna razón estaba increíblemente inquieto.
-Manasés quédate quieto, puedes romper la silla si sigues balanceandote así.
-Estoy aburrido.
-Lo entiendo peque, la espera aburre, pero no por eso puedes jugar así con la silla.
-Mmm, ok. -Empece entonces a jugar con los cubiertos y el pitillo-
-Con eso tampoco Manasés, quédate quieto de una vez o te vas a tiempo fuera.
-No es justo.
-¿Qué no es justo?
-Nada, no era nada.
-Esta bien, mira aquí te traje la ensalada, está vez sin cebolla y tú limonada.
-Gracias.
-Tengo que volver porque también me pedí otra limonada, no me demoro nada, ahora ponte a comer cariño.
-Si ma. -En realidad cuando se fue me puse a jugar con ella en el plato, simplemente no me la quería comer-
-Manasés, tu mamá incluso fue a que te la cambiaran, ahora come.
-No.
-Estas haciendo una rabieta igual que niño pequeño, ahora come lo que hay en tu plato que no te la cambiaron por nada.
-Dije que no.
-¿Quieres comportarte así? Bueno, entonces con mucho gusto te paladeo.
-¿Qué? Nooo.
-Entonces come.
-Ash ok.
-Cariño no has comido nada, ¿ahora que pasa?
-¡Solo no quiero, déjenme en paz!
-Sin gritar Manasés, tienes que comer la ensalada para que sigas creciendo igual de bien y sano como hasta ahora, además es solo zanahoria, lechuga y pepino, nunca le has puesto problema.
-Pero no quiero.
-Bueno, entonces no comes postre.
-Pero yo quiero oblea.
-Si no comes todo entonces no te toca algo dulce.
-Eres mala.
-No, soy muy justa, además hoy ya comiste helado, debes comer balanceado cariño, además es una pequeña porción.
-Esta bien. -Cuando se volteo un poquito yo aproveché para tirar una parte al piso, para mí mala suerte no alcance a subir el plato y se dió cuenta-
-Suficiente Manasés, la comida no se bota, ven aquí.
-Nooo, mami lo siento, por fa no, se me quedarán viendo.
-Haberlo pensado antes Manasés, ahora ven, te sientas mirando hacia la pared en tiempo fuera mientras yo voy y pagó la cuenta, y te comes lo que aún te queda en el plato, y sin peros.
-Ok. -Fuí e hice lo que me dijo, se quedó observandome un rato y ya luego si se fue a pagar, la gente en las mesas contiguas se quedaban mirando y moría de pena, por lo cual cuando se alejó me senté de forma normal mirando hacia la mesa-
-Así no es como te dejaron jovencito.
-Deja de meterte donde no te llaman, yo veré que hago.
-No me respondas de esa forma Manasés.
-Entonces métete en tus asuntos y no me molestes.
-No te voy a aguantar está actitud, ahora mirando la pared que sigues en tiempo fuera.
-¿Si? Obligame entonces. -Me paré con toda la intención de irme, no iría lejos, solo hasta donde estaba mamá haciendo fila-
-¿A dónde crees que vas? No puedes simplemente irte, vuelve aquí ahora.
-No, tu no me mandas, me voy donde mamá.
-Tu mamá te dejo aquí, así que vuelve a sentarte y la esperas.
-No pienso hacerte caso. -Seguí caminando unos pasos hasta que sentí como me agarraba por la muñeca- Suéltame Alex.
-Manasés mi paciencia tiene un límite y la estás pasando, ahora vuelve a tu lugar y deja de retarme. -Dios ¿qué paso con el chico de hace apenas unas horas?-
-No quiero, ahora suéltame.
-Suficiente Manasés, me cansé.
Plas Plas
-BUAAA, me pegaste.
-No, te di una advertencia porque esa actitud tuya está insoportable, no puedes comportarte así.
-Suéltame Alex, no te quiero, déjame.
-No te voy a soltar hasta que hagas caso. -Poco a poco volteó su cabeza hacia mi y tenía los ojos llenos de lágrimas, y esa mirada, no hay otra forma de describirlo, estaba llena de terror, ¿qué rayos hice? No solo incumplí la promesa que le hice a Nat sino que lo asusté- Shh, perdón pequeño, ya pasó.
-Alejate, no quiero nada tuyo, eres malo, tu no debías, MAMI.
-Shh, no hagas un escándalo chiquito, no fue nada, déjame darte un abrazo.
-No quiero, suéltame, alejate.
-Definitivamente, ¿pero que hice? Ahora sí arruiné todo. Solté su muñeca y sin mirarme ni decir nada volvió al lugar donde Nat lo había dejado y lloró desconsolado- Perdóname Manasés.
-Grr, estúpida fila, tengo que ir a ver que pasa, pero si me salgo luego tendré que volver a hacerla- Solo son dos personas más.
-¿Decía algo?
-No, perdón.
Unos minutos después
-Shh, vamos peque, deja de llorar.
-No me toques Alex, vete, vete.
-¿Qué está pasando aquí?
-BUAAA, mami.
-Shh, ya no llores tesoro, ¿cuéntame que paso?
-Es que... Es que... Buaaaa.
-Tranquilo mi niño, estoy aquí, cuéntale a mamá.
-Alex me pegó en mi colita.
-¿Qué hizo qué?, el dijo que lo entendía, prometió que jamás ni lo volvería a insinuar y ¿ahora resulta que lo hace? Lo mire con la mejor mirada asesina que tengo y después de un segundo volví a centrarme en Manasés- ¿Y porque fue eso tesoro?
-Buaaa, te vas a poner de su lado, eres igual que todas.
-Shh, yo no he dicho eso cariño, solo quiero tener todos los hechos.