Llego el 31 y me desperté muy temprano para organizar un poco la casa antes de que llegaran mis papás, pero grande fue mi sorpresa cuando al bajar ellos ya estaban a punto de tocar la puerta.
-Wow, llegan muy temprano.
-Ay, perdona cielo, pero estábamos muy ansiosos y madrugamos.
-Ya lo veo, yo me acabo de despertar y Manasés y Alex siguen dormidos.
-Ven, déjanos ayudar.
-Gracias mamá, pero no es necesario.
-Hija, no vinimos para no hacer nada.
-Ya se papá, esta bien, pero se supone que yo soy la anfitriona hoy.
-Si, pero nunca está demás dejarse ayudar.
-Tienen razón, gracias.
-Bien, voy a ir a hacer el desayuno.
-Gracias mamá.
-Y yo te voy a ayudar a organizar, me imagino que a eso bajabas.
-Si, así es papá.
-Entonces pongámonos manos a la obra.
-Esta bien.
Nos pusimos a limpiar y organizar algunas de las cosas que había traído Alex para hacer de actividades, dejamos las hojas para escribir los propósitos y agradecimientos, además de algunas otras preguntas que habían como de plantilla, además quería hacer una pequeña búsqueda del tesoro, aunque para eso necesitaría que salieran por un rato, y estaba pensando en eso cuando escuche a mi niño un poco desesperado.
-MAMI, MAMI, ¿DÓNDE ESTAS? BUAAA. -Me desperte y mamá no estaba a mi lado, me había despertado muy mimoso y no sabía porque, solo se que quería a mi mami-
-Apenas oí su llanto subí lo más rápido posible, entre a mi cuarto y me encontré a mi niño escondido bajo las cobijas, parecía mucho más pequeño, algo de lo que también me había percatado desde su llamado- Shh, ¿qué le pasa a mi niño? ¿Porque no sales de ahí mi tesoro?
-BUAAA, MAMI. -Me destape y empecé a mover mis manos queriendo que me alzara, abría y cerraba mis manos como todo un niño pequeño, y era muy consciente de eso, pero no me importaba-
-¿Qué le pasa a mi nene? Ven aquí mi peque.
-Me acerque casi que gateando sobre la cama hasta llegar a sus brazos, me estaba comportando como un completo bebé, pero a decir verdad no me sentía mal con eso, la mirada de mamá solo era de ternura y preocupación lo que me hacia sentir seguro y tranquilo para seguir comportandome así- Mami no te vayas, no me despertaste.
-Aww corazón, ya te lo he dicho, no me iré a ningún lado mi niño, solo que me desperté y quise ir a organizar todo antes de que tus abuelos llegarán, pero ellos me ganaron, además no quería despertarte mi vida.
-¿Los abuelos ya están aquí?
-Si tesoro, están abajo.
-Buaaa, deben pensar que soy muy... Buaaa.
-Ey chiquito calmate, así no te entiendo mi vida. -Hoy mi niño se había levantado en extremo mimoso, si bien otras veces ya al despertarse había tenido comportamientos que lo hacen parecer mucho más pequeño que su edad, y aveces incluso durante el día, nunca había sido tanto como hoy, algo estaba pasando por su cabecita que lo hacía sentir pequeñito, pero en cierta forma me siento aliviada de que el se permita mostrarse así conmigo-
-Es que.. seguro estarán pensando que soy un llorón, y.. buaaa.
-No mi vida, ellos no pensarían eso tesoro, ellos solo quieren verte feliz y seguro lo que esta pasando por su cabeza es preguntarse que te hizo despertar así, y ciertamente es una pregunta que yo también me hago.
-Tu no estabas y se está acabando el año, no quiero que me dejes, que esto se acabe, yo solo me desperté con muchos miedos.
-Aww mi niño, no me cansaré de repetirtelo tesoro, ahora eres mi hijo cariño, haré todo lo que este en mis manos para estar contigo siempre y puedes estar seguro que esto no es un sueño que se va a escapar o te lo van a arrebatar.
-Mamá se había sentado en la cama y apenas lo hizo yo me había aferrado a ella en un gran abrazo que no tenía planeado soltar, sabía que sus palabras eran ciertas, que igual que cada vez que se lo había preguntado durante el año esto en verdad estaba pasando, que mi cabeza no era capaz de crear esta fantasía, ni siquiera en un sueño, pero seguía estando esa parte que me repetía una y otra vez que esto no era real, que tanta belleza no podía estarme pasando a mi, así que no me importaba comportarme como un niño chiquito si eso significaba poder seguir aferrado a ella cada segundo, sentirla a mi lado y empezar el nuevo año apegado a ella- Quiero mimos.
-Lo noto corazón, y los tendrás mi vida, pero ya no llores.
-Quedate conmigo.
-Claro que si mi niño, todo el tiempo que quieras. -Parece que tendré que desistir de mi idea de hacer una búsqueda del tesoro, pero haré cualquier cosa para que mi niño esté tranquilo- ¿Quieres bajar a saludar a tus abuelos?
-Ujum. -Dije mientras mis manos fueron a rodear su cuello para que me alzara-
-Vamos entonces. -Lo alcé y empecé a darle muchos piquitos por todos sus cachetes, le hice cosquillas y así alzado lo baje hasta el comedor, donde ya se encontraba Alex junto a mis papás organizando la mesa para pasar a desayunar, imagino que el grito de Manasés lo despertó-
-Buenos días Nat, Manasés.
-Buenos días Alex.
-¿Te desperté?
-No chiquito tranquilo, ya estaba despierto, solo hacía pereza para levantarme.
-¿Seguro?
-Si peque.
-Manasés, ¿no hay alguien más a quien debas saludar tesoro?
-Hola abu Rodri, abu Kat.
-Hola pequeño, ¿porqué gritabas chiquito?
-No sabía que responder, no encontraba las palabras para explicar lo que estaba sintiendo, además de un gran miedo irracional a que todo esté año vivido solo fuera un sueño, así que solo oculte mi cabeza tras el cuello de mamá y empecé a sollozar-
-Shh, tranquilo corazón, y respondiendo a tu pregunta mamá, lo que pasa es que tenemos aquí a un pequeñín que se despertó mimoso y con ganas de estar pegadito a mamá como un chicle, ¿cierto tesoro?
-Shi.
-Todos- AWWW.
Ninguno pudo evitar enternecerse y reaccionar así, mi niño de 12 se estaba comportando como todo un niño pequeño, lo que lo hacía extremadamente tierno, pero siendo consciente de eso sus mejillas se tornaron rojas de vergüenza y siguió ocultando su carita.