Ya había adelantado todo lo que me perdí en el día y me había comido lo que mamá me trajo de almuerzo, últimamente ella tenía demasiado trabajo, por lo que llevaba mucho tiempo esperándola para irnos a casa y eso solo estaba haciendo que la anticipación de lo que íbamos a hablar y el sentimiento de culpa me hicieran sentir mal y estaba cansado de eso, no quería sentir más esto.
-Cariño, vamos a casa.
-Si ma. -Me subí al auto y todo estaba en silencio, ya estaba cansado de este sentimiento, por lo que decidí apagar la parte racional y que me estaba haciendo sentir culpable para dar paso a escuchar mi parte rebelde-
La escuche durante todo el camino a casa y llegue a la conclusión de que si quería dejar de sentirme así debía culpar a alguien más, y esa era mamá, irónico lo se, iba a culparla por hacer las cosas bien, por no darme una razón para comportarme mal, Camilo tenía una razón, una mala, pero la tenía, yo por mi parte me deje llevar por algo que en su momento me pareció divertido, pero si soy totalmente sincero nunca me lleno, y ahora estoy buscando la forma de justificarme, aunque no la haya.
-Manasés, ya llegamos hijo.
-Mm, ah si.
-Ve a la sala por favor.
-Grr, voy.
-Perfecto, volvió su parte rebelde-No necesitas gruñir.
-Si, como sea. -Me senté en el sofá y espere, aunque para ser sincero pensé que me pediría ir a su oficina, que dijera la sala significa que no va a pasar de una al castigo, hay algo que quiere saber primero, pero mi parte racional estaba apagada como para entender que era el momento de decir la verdad, de decir que estaba arrepentido, pero no, claramente no voy a hacer eso-
-Tesoro, quiero hablar contigo, quiero entender que te ha llevado a hacer todo esto durante la semana.
-No hay una razón, al menos no una buena. - Pensé para mis adentros y eso solo me hizo sentir más furia, quería que hubiera una justificación y el no tenerla solo me daba más ganas de echarle la culpa y fue así que sin pensarlo dije lo primero que se me vino a la cabeza- Tú.
-¿Yo?
-Si mamá, tu.
-Pero..
-Estoy harto de que quieras controlar todo, si hago o no hago, con quien estoy, donde, le pediste a Cris que me cuidara, al abuelo que fuera a vigilarme, tu no confías en mi, me asfixias, siempre tienes algo que preguntarme, me dejas sin salir, que revisar los cuadernos, alistar la maleta, estas encima mío todo el tiempo.
-Yo solo..
-Te odio mamá, ¿entendiste?, odio todo eso, odio que seas así, solo quiero tener el control de algo por una vez, dejame en paz. -Vi lágrimas formarse en sus ojos y fue el momento en que me di cuenta lo que había dicho, mis manos fueron de una vez a taparme la boca, todo eso era una vil mentira, amaba cada una de sus demostraciones de afecto, así fueran tan pequeñas como preguntar por mi día o que me ayudara a organizar la maleta por las noches, pero yo acababa de decir que lo odiaba, y lo peor dije que la odiaba a ella, quería disculparme pero ya era muy tarde, ella había salido al patio cerrando la puerta con llave para que no pudiera ir con ella, estaba sentada de espaldas a la puerta y solo podía verla llorar-
En el patio
Dentro de la cabeza de Nat
-Estarás feliz, conseguiste las respuestas que querías.
-¡Cállate!
-En el fondo lo sabíamos ¿no?, siempre somos el problema, no importa cuanto intentes hacer las cosas bien, siempre fallas, o eres demasiado buena, o muy fría, bueno creo que es momento de ser fría.
-Nooo.
-Siiii, es tiempo de que me dejes hacerme cargo.
-No se lo merece.
-¿Enserio?, no se tu pero yo escuche muy claro el hecho de que odia todo lo que le das.
-No puede estar hablando enserio, ¿o si?
-¿Quieres quedarte a averiguarlo?
-No.
-Bien, entonces deja que me encargue.
-Esta bien, dejaré de reprimirte.
-Dijo que esta cansado de todo esto, esta pidiendo un cambio a gritos, pues bien, si es lo que quieres voy a complacerte.
Fuera de la mente de Nat
Vi a mamá levantarse, se seco las lágrimas, abrió la puerta y pasó por mi lado sin decir nada hasta llegar a su oficina, entró y se encerró ahí, no sabía que hacer o como actuar por lo que decidí tocar la puerta.
Toc toc
-Pasa.
-Mamá yo..
-Ya dijiste lo que tenias que decir Manasés, y tranquilo me quedo muy claro, no volveré a meterme.
-Pero..
-Tengo trabajo que hacer Manasés, ve a hacer lo que quieras.
-No sabía como reaccionar ante esto, no podía disculparme si no me dejaba hablar, y era obvio que no quería escucharme, pero tampoco quería dejar las cosas así- Mami, ¿puedo..?
-Si Manasés, cualquier cosa que fueras a pedir es si, haz o ve a donde quieras, no me interesa, necesito trabajar.
-Mis lágrimas empezaron a caer, literalmente acababa de decir que no le interesa, eso es algo que ella normalmente no diría y eso me destruia, ni siquiera me había regañado por lo que pasó hoy- BUAAAA.
-Shh, no llores peque, tranquilo. -Empecé a abrazarlo y acariciar su espalda, tal vez vaya a cambiar algunas cosas, pero pase lo que pase estoy aquí para él, si el desea venir a contarme algo, necesita consuelo o simplemente compañía se lo voy a dar, pero la yo que tomaba la iniciativa de preguntar, de intervenir, ya se acabo-
-Apreté el abrazo y no la solté, quería decir un montón de cosas, pero de mi boca no salió nada, de a poco me calme y mamá me soltó, me dio un beso en la frente y me sacó de la oficina, eso me dejó en shock, ya no se sentía conexión, aunque me siguiera calmando era como tener un muro puesto entre nosotros- ¿Mami?
No recibí respuesta, eso me dejó triste, me subí a mi cuarto y empecé a hacer las tareas que no había entregado y cartas de disculpas para los profesores que insulte, solo espero que el enfado se le pase pronto a mamá y vuelva a ser la misma de siempre, solo ha pasado 1 hora con ella siendo fría y ya siento un vacío enorme.