Mi motor de fe

Pruebas, dolor y esperanza

 

Finales de Noviembre, 2017

 

Me encuentro nuevamente en el hospital, esta vez en la unidad de cuidados intensivos (UCI), estamos en la capital del país porque fui trasladado debido a que los médicos del otro hospital no me podían o les daba miedo atenderme por la complicación de mi historial clínico, sé que llevamos casi un mes de estar aquí, he estado realmente mal, extraño a mamá, a la abuelita Dorita, ella es mi segunda mamá, mi otro ángel quien me cuida mientras mamá trabaja para ser el sostén de nuestro hogar, siento la ausencia de mi compañero de viaje, extraño mucho oír su voz, cuando aunque ya tenemos más de trece años cumplidos, él continúa haciendo voces de niño tierno para hacerme sonreír, junto a Keffrén que ya es un joven muy guapo.

Ellos son más que mis hermanos, son mis mejores amigos y yo soy su eterno confidente, escuchó todas sus conversaciones, lamento no poder decirles con palabras cuanto les quiero y poder ser consuelo cuando tienen miedo, solo puedo sonreírles un poco y expresar con mi mirada llena de emoción el recibirlos con amor cuando regresan de su universidad y escuela secundaria. Espero que ellos realicen todos sus sueños.

Nuestra fe es el estandarte de nuestra familia, no hay un día en que no agradezcamos el estar vivos, nuestra familia siempre ora unida, cada noche le corresponde a un integrante de la familia llevar la oración, yo solo pido que ellos siempre estén unidos, es uno de mis mayores deseos.

Me duele ver a mamá, entregarme a nuestro creador cada vez que mi salud recae a niveles donde las palabras del ser humano pierde la esperanza de salir con vida.

Me dice que no me preocupe, que ella estará bien porque sabrá que ya no sufra más, que lograré descansar mi cuerpo totalmente, dejar la rigidez de mi pierna derecha, dejar de estar en la silla especial que es mi cama, cuando no estoy acostado junto al aroma de mamá, me dice que podré correr, saltar, levantar mis brazos, caminar hacia bonitos jardines. 
 

Pero yo solo deseo que sean ellos los que no sufran más por mí, me duele el alma, no poder decirles que yo estoy bien, que los planes de Dios son maravillosos y que somos instrumentos del Creador para bendición en otras vidas. 
 

Espero cumplir la misión que se me ha sido encomendada, todos somos Guerreros de vida, y la magia de la vida, el secreto o mayor regalo del ser humano está en Vivirla, sea por una milésima de segundo o noventa años de vida, ¿Saben por qué? Porque Dios entregó a su hijo para salvación y perdón de nuestros pecados.

Y la mejor manera de retribuir ese hermoso regalo es disfrutar en paz, familia y amor, lo maravilloso que Dios nos entregó. 


 

*********

Julio, del dos mil veintiuno

 

La familia está preocupada, en el 2019, un nuevo virus llenó el mundo entero, hubo miles de teorías sobre quien fue el responsable de la propagación donde murieron millones de personas y hoy mi tío Eskander fue ingresado a cuidados intensivos por ello, mi abuelita Dorita se muestra fuerte, pero sé que su corazón está sangrando de dolor por ver a unos de sus hijos en esta condición, mi tío como también tiene una enfermedad crónica, su estado de salud es más agravante, a pesar de que en el mes de marzo de este año llegaron las primeras vacunas al país, y aunque mi tío obtuvo su dosis, no fue suficiente a los ojos de la ciencia del ser humano. La familia, por las medidas de seguridad que continúan por el covid, ha imposibilitado estar junto a él en el hospital.

Mi tío es el papá de mis tres primas y del primo Eskander, Nahomy es hija de la tía Johany. 
 

Todos estamos tristes porque no lo hemos podido ver más que unos diez minutos por la pantalla de un celular que el hospital le permite al familiar realizar para saber y ver como está el paciente, tío tiene lágrimas en sus ojos, creo que para él es el momento de partir, ha sufrido mucho. Mi tía y mamá lloran al verlo así. 

Han pasado algunas horas desde la llamada que hizo el hospital, los latidos de los corazones de mi familia están alterados, van a ser las diez de la noche, mi tía Johany acaba de avisar que el tío se complicó y van a entubarlo. Son las 10:20 p.m. mi tío ha fallecido, hoy 22 de julio del 2021, a mi familia se les ha apagado el alma y por segundos sus corazones se detuvieron en un silencio profundo.

 

Escucho gritar a mamá, llamando a mi tío, la abuelita está en silencio, mis hermanos lloran y sus cuerpos están inmóviles desde que el celular timbró y mamá respondió. 

La tía Johany, llora y trata de decirnos palabras de consuelo, está siendo fuerte por todos nosotros.

Por las circunstancias del covid-19, las honras fúnebres serán rápidas y solo la familia podrá despedirse sin abrir el ataúd, fue lo primero que dictaminó el hospital, y que un miembro de la familia fuera a reconocer a mi tío antes de prepararlo para despedir su cuerpo.
 

Mi abuelita, al escuchar eso, dijo yo soy su madre, iré a ver a mi hijo.

Estoy con mi compañero de viaje, Lucas y yo estamos solos en casa, los demás están en el cementerio despidiéndose del tío, Lucas me dice que no hay que perder la esperanza, que si Dios permitió esto, es porque era el momento de que nuestro tío volviera a él, y que dejó en nuestros primos un pedacito de él para recordarlo siempre.

Porque las personas viven y nunca mueren en nuestros recuerdos y corazones. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.