Mi muerte eres tú

Capitulo XXIV-segunda parte

Dedicado a: Damaris Rentendia Rodriguez.

 

 

 

 

 

 

 

 

Despertar desnuda en la cama de un desconocido era lo que menos esperaba.
 


 

Momentos atrás lo unico en lo que pensaba era en la oscuridad del cuarto y en cuanto gire mi cuerpo, entre las sabanas, hacia la derecha un Alan muy serio me observaba desde la penumbra del cuarto, tenia un cigarrillo en la boca.
 


 

Me sente sobresaltada y cubri mi cuerpo como si eso impidiera que su mirada fuera tan fria, trague duro, no sabia si salir huyendo o encararlo. No recordaba la noche anterior.
 


_lindo anillo_su voz era grave, más de lo normal, toque mi cuello y sentí el frio del metal de la cadena, mi anillo sobresalia de las sabanas.

_g-gracias_aclare mi voz al ver que mi voz habia salido agudo, Alan vestia de una remera blanca y unos jeans negros, sus zapatos no se veain desde donde yo estaba.

_no me digas, no recuerdas nada_la sonrisa de Alan apareció, su mirada fria y calculadora fue reemplazada por una de diversion y hasta su sonrisa salio a luz.

Negue con la cabeza, afirmando que tenia razon, no recordaba nada excepto por el echo de como habia conseguido mi anillo y mi decepción con Marcos.

_lo recordarás con el tiempo..._Alan se levanto y salió del cuarto dejandome sola, respire con calma y volvi a fijarme en el cuarto. ¡¡Estaba en su cuarto!!¡¡no,no,no!! No puede ser.

Me tape la cara con mis manos, estaba avergonzada de mi misma y de que habia cometido un error fatal por el cual agradecía no recordar, fue entonces cuando note que mi flequillo no estaba, toque mi cabello y este estaba recogido en un rodete muy flojo.

Me levante tirando la sabana sin importar mi desnudez y me dirigi al espejo que habia en la puerta del cuarto. Entonces me di cuenta que Alan no me observaba solo para reirse de mi, no.

La unica razón por la Kate me habia echo un corte tan común fue para tapar mi rostro y ocultarlo, para que nadie sospechara de mi, ahora...Alan podria sospechar de mi o tal vez simplemente ya lo sabe.

Mis ojos seguian siendo del color celeste que Kate tenia, eso era algo.

Busque mi ropa en medio del suelo y me lo coloque en medio de mi desesperación, si Alan lo sabía se lo diria a Bill o tal vez solo me entregaria a él una vez salga del cuarto.

Mi unica salida era huir, volver a casa ya no era una opción me encontrarían facilmente, salir y enfrentar a Alan seria estupido.

Mientras decia que hacer o en como actuar la puerta se abrió...

Narra Gabriel

_señor, sus heridas no han sanado del todo_el doctor y los enfermeros seguian tratando de detenerme pero yo ya habia tomado la desicion de irme.

_estare alli en veinte minutos_le conteste al oficial al otro lado de la linea. Cruce la entrada del hospital y subi al primer taxi que se detuvo.

Mi herida del cuello ya no sangraba y parecia cicatrizar rapidamente, mi brazo seguia roto y mi cuerpo adolorido pero necesitaba hablar con el hombre que habia retenido los papeles.

Al cabo de veinte minutos un edificio lleno de ventanales estaba frente a mi, me imaginaba que La Señora jamás confiaria en cualquier ente del gobierno para cuidar sus bienes, no, ella habia contratado a su propia guardia personal.

Me presente en el edificio, les di mi documento y todos los datos pertinentes que me pidieron para retirar los papeles. Me enviaron a una sala de conferencias y alli me hicieron esperar, me dijeron que alguien necesitaba hablar conmigo.

_buenas tardes señor...Gabriel_me saludo un hombre de cabello rojo y pecas, en su mano tenia los papeles_perdone por nuestra insistencia en hablar con usted pero quien nos contrato dejo expresamente escrito que si alguien atentaba contra la vida de su hija o de su familia y cercanos, o sea usted, debia entregarle una carta_dejo los papeles en la mesa para que los tomara y de su chaqueta saco un sobre, pequeño y de un color amarillento.

_¿lo escribio ella?_el hombre asintio

_la conoci por poco tiempo pero era una señora muy amable_me entrego el sobre y se alejo.

_¿esto es todo?

_si, aún que...creo que deberia decirle que un hombre llego aqui con la intencion de llevarse los documentos, traia una identificacion falsa pero cuando intentamos detenerlo simplemente desaparecio...

_¿y descubrio de quien se trataba?

_señor, ese es nuestro trabajo...aunque el hombre no tiene absolutamente nada, es decir, es un fantasma practicamente no existe para nosotros...

_pero...¿usted descubrió de quien se trata o no?_insistí. Angelica corria peligro y no podia quedarme con más dudas.

_lo llaman Bill y estoy seguro que le interesara saber su verdadero nombre...

_¡¡solo digalo!!_estaba desesperandome.

_su verdadero nombre es...










 




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