CAPITULO I - Segunda parte

Se encontraba frente a mi...un hombre vestido de negro, pero no mire su rostro ya que lo que invadía mi vision era esa brillante pistola frente a mi, apuntando directamente hacia mi entre ceja.

Me quedé quieta, mis ojos querian salirse de su lugar, mi mente quedo en blanco, mi brazo, al igual que mi cuerpo, comenzó a temblar y no pude sostener la lágrima que resbaló por mis mejillas, un sin fin de emociones bloquearon mi mente.

El arma no dejaba de apuntarme y yo no dejaba de observarla, era imposible escapar, por lo que al menos tenia que dar todo de mi para seguir conservando mi vida.
Lo importante en estas ocasiones,  en donde tu vida peligra, es correr, más aún si no tienes nada con que defenderte, ademas de recordar el entorno que te rodea, tus puntos de salida o escape, y observar un despiste o signo de debilidad de parte de tu adversario para saber en que momento dar el pasó-en mi caso, es ahora.

Sin siquiera dudar, sujete mi almohada más cercana y le golpee con ella el arma, un disparo se efectuó-sin ser audible para los demás-la lampara se rompio en pedazos en cuanto la bala impacto en ella, di un salto fuera de la cama y me dirigí a abrir la puerta, pero en cuánto tome la perilla me di cuenta de que estaba con el seguro puesto, el hombre no me dio tiempo a quitarlo y me tiro contra el escritorio, al menos no tenia el arma para acabar conmigo, tome la laptop y le golpee en el brazo derecho-que uso para cubrir mi golpe dirigido a su rostro-me empujó con su brazo izquierdo y mi espalda dio contra la pared, hice el amago de tirarme hacía él y en vez de eso, salte sobre la cama y volvi hacia la puerta, esta vez quite rapido el seguro y salí hacia afuera.

El hombre era rapido, ya que de un momento a otro me encontraba en el suelo, y mis retratos por el suelo, mi brazo me ardía, tenia unos cuántos cortes en mi cuerpo, la luz del recibidor se prendio y el sujeto me tomó del cuello, lo mire de frente y observe que fui derrotada por un muchacho, posiblemete de mi edad, aún en el suelo su mirada fria no cambiaba...no hasta que vio las fotos esparcidas en el suelo, dejó de apretar mi cuello y yo respire ese aire tan preciado que necesitaban mis pulmones.

Tocí y volví a inhalar oxigeno, el chico tomo una foto y la observó con detenimiento, mientras tanto tomé un pedazo de vidrio, con la intención de que en cuánto se acercará a mi se lo clavaria directo en el rostro, eso me daría tiempo a salir y llamar a la policia ...además de alertar a Gulpi y a los demás.

_¿conoces a ésta niña?_la voz gruesa de aquel muchacho interrumpio mis pensamientos, pero no solo fue eso sino...que esa voz me parecía conocida.

El hombre de cabello azabache me mostró la foto del dia en que mis padres me adoptaron.

_responde_la voz era autoritaria, tenia muy poca paciencia al parecer.

_soy yo...

_¿te llamas Angélica Slim?

_si..._respondí, seguía esperando a que se acercará para no fallar en clavarle el vidrio, pero el seguía parado mirando hacia el suelo, en donde me encontraba.

_esta niña se llama Elizabeth Maria Casas...y tú eres...

_¿como sabes mi anterior...nombre?_pregunté interrumpiendolo.

_¿Lizzy...eres Lizzy?_sus cejas se enmarcaron más y me miraba perplejo.

_¿quien eres tú?

_¡¡Marcos, soy...ya se!!_no termino de hablar cuando de su cuello sacó una cadena y en ella un anillo, al cual reconocí de inmediato, pues ese anillo me pertenecía, el muchacho, ahora, tenia una media sonrisa

_mi anillo..._dije atónita

_¡¡Lizzy!!!te he buscado por mucho tiempo..._dijo abrazandome, mientras que yo tome un retrato del suelo, era mejor mantenerlo vivo para responder mis preguntas en cuanto lo atraparan, pero entonces el se alejo un poco de mi, clavando sus ojos marrones con los mios.

Pero aun asi, eso me bastó para efectuar el acto. Le golpee, con el marco de uno de los retratos, en su rostro y trate de dirigirme a la salida, pero en cuanto quise levantarme una mano me sujeto, pero el golpe no llego nunca, esta vez el chico ya no me observaba con frialdad-me miraba con...nostalgia?

_creo que ya estamos a mano...