CAPÍTULO DOS

Salgo de la oficina del Sr. Crawford y me acerco al escritorio frente a ella.

—Hola—le digo a Vivienne.

—No puedo creer que no hayas tomado el dinero. ¿Cuánto dinero más quieres?

—Disculpe, ¿cómo sabe que me ofreció dinero?

—Solo quieres trabajar aquí para poder seducir a Jason y sacarle más dinero—dice, ignorando mi pregunta. Me sorprende que lo llamara por su nombre de pila. Deben estar muy cerca.

—No, no es por eso que quiero trabajar aquí. ¿Por qué harías tal acusación?

—Te lo voy a decir ahora mismo, no va a pasar. Jason ya tiene suficientes romances de oficina. Tu plan de seducirlo no va a funcionar—dice, ignorando mi pregunta nuevamente.

—No planeo seducir al Sr. Crawford. ¿Puedes dejar de lanzar acusaciones, por favor?—. Estoy empezando a enfadarme.

—Cariño, puedes fingir todo lo que quieras, pero no te preocupes. El día que intentes seducir a Jason, te rechazará y te echará. Y estaré sonriendo y diciéndote: 'Te lo dije'—dice con una sonrisa malvada en su rostro.

—No planeo seducirlo. Déjame decirte algo sobre mí: no salgo con chicos de su edad. Es demasiado viejo para mí—digo, honestamente. El Sr. Crawford puede ser un hombre atractivo, pero es más de una década mayor que yo. Si agregas algunos años más, tendrá la misma edad que mi tío. Sería extraño y espeluznante seducir a alguien tan viejo como el hombre que me crió.

Ella deja escapar una risa falsa.

—Ninguna mujer en este mundo no querría salir con alguien tan atractivo como Jason. Puedes mentir todo lo que quieras, pero no te creo. Y no bajaré la guardia a tu alrededor. Te estaré observando de cerca.

Sospecho que el Sr. Crawford y Vivienne ya son más cercanos de lo que deberían ser un director ejecutivo y su secretaria. Tendría sentido con la forma en que ella ha estado hablando de él. Uno pensaría que el Sr. Crawford es su novio y estoy tratando de robárselo.

—Por mucho que me gustaría seguir discutiendo contigo sobre mis verdaderas intenciones, no creo que nada de lo que diga te haga cambiar de opinión. Entonces, ¿por qué no seguimos adelante y puedes informarme sobre mis deberes?

—Es una buena idea; al menos eres inteligente—dice, poniendo los ojos en blanco.

—Gracias.

—No fue un cumplido. Sígueme. Te llevaré a tu primera tarea del día.

No digo nada mientras la sigo. Nos alejamos unas cuantas puertas de la oficina del director ejecutivo antes de detenernos. Vivienne abre la puerta y es una oficina más pequeña. ¡Voy a tener mi propia oficina! Estoy sorprendido porque incluso Vivienne no tiene una oficina, pero tengo una. O eso pensé. Las siguientes palabras de Vivienne hacen que la sonrisa en mi rostro se convierta en un ceño fruncido.

—Esta es mi oficina. Quiero que muevas todo lo que viste en mi antiguo escritorio aquí.

—Está bien—digo, triste porque la oficina es para Vivienne y tengo que ayudarla a mudarse.

Hago lo que Vivienne me pide y muevo todo de su antiguo escritorio a su nueva oficina. Me lleva aproximadamente veinte minutos. No tenía muchas cosas en su escritorio, pero era estresante caminar de un lado a otro con archivos en las manos. Incluso me hizo llevar su computadora y se negó a encontrar a alguien que me ayudara. Voy a trabajar en la recepción ahora. Estoy feliz de que finalmente tengo un trabajo de verdad.

Paso el día haciendo mandados para Vivienne y contestando llamadas. No hice nada difícil. Todos los mandados que hacía para Vivienne ni siquiera estaban relacionados con el trabajo. Eran todos mandados personales suyos. Puedo imaginarla haciendo que mi tiempo en la oficina sea muy difícil porque piensa que estoy detrás del Sr. Crawford. No voy tras él, aunque eso es lo que ella piensa. El Sr. Crawford no me pidió que hiciera nada hoy. Hizo como si yo no existiera.

***

Estoy de camino a casa después de un largo primer día en la oficina. Todavía no puedo creer que quisiera tirarme dinero en la cara. Llego a casa después de caminar desde la parada de autobús. Cuando entro a la casa, un aroma increíble llega a mi nariz. El tío Jack debe estar cocinando. Camino rápidamente a la cocina para averiguar qué está cocinando.

—Tío Jack, ¿qué estás cocinando?—pregunto ansiosamente tan pronto como entro en la cocina.

El tío Jack trabaja como ayudante de cocina en un fantástico restaurante. Creo que debería ser nombrado jefe de cocina, pero su jefe piensa lo contrario.

—Hola a ti también. ¿Cómo estuvo su día?—pregunta, sonriendo mientras revuelve algo en la sartén sobre la estufa. Podría pasar por la hija del tío Jack por lo mucho que nos parecemos. Tenemos los mismos ojos azules y cabello rubio. Las mismas caras redondas con narices puntiagudas. Es un hombre guapo y, por supuesto, yo tampoco soy malo.

—Mi día fue horrible, tío Jack—digo, dejando caer los hombros exhausto. Me acerco a la estufa para ver qué está cocinando. Está haciendo pasta cremosa, uno de mis platos favoritos.

—¿Por qué? ¿Es difícil trabajar con tu jefe?—pregunta mientras me prepara un plato.

—Podrías decir eso—digo, tomando un bocado de mi comida—. Esto sabe increíble como siempre—. Sigo comiendo y le cuento al tío Jack todo lo que pasó en la oficina.

—Sabes que te amo, pero no puedo culpar al hombre por dudar un poco de ti, pequeña. Su abuelo te puso en el hospital durante una semana y te negaste a aceptar un centavo de él.

—Es posible que Carson me haya golpeado con su automóvil, pero solo sufrí heridas leves. Es en parte mi culpa de todos modos.

Tuve un accidente hace unas semanas. Carson fue quien me golpeó. Después de que me recuperé, nos hicimos buenos amigos. Estaba tan estresada y deprimida ese día por no encontrar un buen trabajo que cruzaba la calle más lento de lo que debería haber sido. Las luces ya se habían puesto en verde, y Carson no me vio y me golpeó con su auto. Fue un golpe menor porque agarró el freno rápidamente. Solo estuve en el hospital una semana, pero no tuve heridas graves. Cuando trató de llegar a un acuerdo conmigo, me negué a cobrar el dinero porque yo tenía la culpa. Pero Carson se negó a dejarlo pasar y me consiguió un trabajo en la empresa que su nieto dirige para él.