KEI
La vida me cambió de un segundo a otro. Y no lo digo solo porque viajé del pasado al futuro en un abrir y cerrar de ojos, sino porque en un momento creí ser solo un marido arrepentido en busca de su esposa fugitiva y al siguiente me había convertido además en padre.
Era cierto que faltaban unos meses para que naciera nuestro bebé, que por cierto me enteré de que era solo uno y varón (¡¡Yuhu!!), pero así como crecía la panza de Chary, también crecían mis preocupaciones. Tenía claro que seguir atendiendo el restaurante no era una opción de vida viable para nosotros.
La solución vino de quien menos lo pensé y de una forma que nunca imaginé, pero me fascinó.
_ Quería proponerte algo Kei _ me llamó a un lado Musashi.
_ Dime, soy todo oídos _ estaba intrigado por la proposición.
_ Bien sabes que tengo un Dojo en donde enseño artes marciales. He tenido la fortuna de tener excelentes aprendices que se han hecho buena fama a nivel nacional e internacional en las diferentes disciplinas que han aprendido, sin embargo, eso me ha reportado mayor trabajo ya que han aumentado el número de alumnos que nos han llegado y eso a su vez me consume más tiempo que he estado restando de mi familia y no quiero que eso siga pasando. Quiero disfrutar con ellos lo más que se pueda. Por lo mismo, quería ofrecerte trabajar conmigo como maestro. Tu técnica y experiencia fue famosa en el pasado y seguro no hay nadie que la enseñe en el presente como podrías hacerlo tú mismo. De esa forma nos repartiremos el trabajo y nos dejará tiempo suficiente para desfrutar a nuestras mujeres e hijos. ¿Qué piensas de ello? _ me sorprendió la propuesta de Musashi, pero a la vez me hizo muy feliz. Era la salida que necesitábamos con Chary a nuestras inquietudes.
_ Por supuesto que acepto, Musashi. Será todo un honor transmitir mis conocimientos junto a uno de los más grandes espadachines en la historia de Japón. Cuenta conmigo _.
Cuando lo hablé con mi Azulita, estuvo completamente de acuerdo. Solo faltaba determinar lo que haríamos con el restaurante. Para ello hablamos con Mark y Takako y les ofrecimos la idea de venderles el restaurante y el departamento, después de todo, ambos estaban haciendo planes de matrimonio y seguro estarían felices con la idea de tener un comienzo ya armado desde antes.
Cuando se los propusimos, estaban felices con la idea. Fueron al banco e hicieron los trámites necesarios para pedir un préstamo que les permitiera efectuar la compra. No fue fácil para Chary deshacerse de lo que había sido su sueño desde siempre, pero ahora sus prioridades habían cambiado y ella quería enfocarse 100% en ser esposa y madre.
Con respecto a nuestra residencia, no solo tuvimos que establecerla en Osaka en vista del nuevo proyecto que estaba comenzando, sino que también en el mismo terreno que los Yamamoto. Grace y Chary no soportaban estar en la misma ciudad sin estar juntas, así que les compramos la mitad de su terreno, que era de por sí enorme y ahí construimos nuestro hogar.
Sin embargo había algo que se me estaba escapando. Todo estaba bien según yo, pero al ver a Chary a los ojos sentía que no estaba tan feliz como creía. ¿Estaba haciendo algo mal? ¿Estaba fallando de alguna manera? No tenía otra alternativa que preguntarle directamente.
_ Azulita …… ¿te sucede algo? _ le dije realmente preocupado.
_ No, no me pasa nada _ me respondió agachando su cabeza y usando un tono de voz lastimero que me obligaba a seguir preguntando lo quisiera o no.
_ Si hay algo que he aprendido en este mundo, es que cuando una mujer dice “nada”, siempre es algo y no creo que tú seas la excepción a la regla, mi amor _ me sonrió con picardía mientras pasaba su dedo índice por todo mi pecho y lo seguía con su mirada evadiendo mis ojos.
_ Es que …… ya sabes …… en unos tres meses va a nacer nuestro bebé y antes de eso quiero hacer un viaje _ me confesó cerrando sus ojos al decirlo no queriendo ver la expresión de mi rostro ante la noticia.
_ ¿Y se puede saber hacia dónde quieres ir? Si no es muy lejos quizás podemos programarlo para este fin de semana _.
_ En realidad es muy, pero muy, pero muy lejos _ la miré entrecerrando mis ojos mientras ella se divertía moviendo sus cejas de arriba abajo _.
_ Ay no, no me asustes. Dime de una vez _.
_ Grace tuvo la oportunidad de estar con Faith después de haberla creído muerta. Disfrutaron de una última vez juntas, pero yo no tuve esa chance y realmente la extraño. Yo también quisiera despedirme de ella. ¿Me llevarías al pasado para verla? _ Realmente pensé que se había vuelto loca, pero en cierta medida entendía su pena y por Dios que esa mujer me haría hacerlo aunque no quisiera.
_ ¿Pero cómo podríamos? ¿No se supone que la aplicación ya no funciona? _.
_ Se supone, pero el padre de Musashi, Aki, aún tiene en su poder los dos últimos celulares que poseen la aplicación activa. Solo funciona una vez, por lo que podríamos viajar ida y vuelta sin problemas. Usamos uno para ir y el otro lo guardamos en caso de emergencia, total, ya sabemos que con un celular pueden viajar dos por el precio de uno_ se rió mirándome con burla. _ El asunto es que tendríamos que hacerlo antes de que nazca el bebé, de lo contrario, después será más difícil. Solo debemos decirle a Grace que ella nos traiga los celulares ya que está con su familia de visita en casa de su suegro. ¿Qué dices? ¿Le concederías ese antojo a tu mujer embarazada? ¿Síííííí? _.