Capítulo: 15
{Lagrimas, risas y calor.}
William.
Estoy muy aturdido y confundido. Nunca en sido de esos chicos que van por la vida golpeando otros. Solo por querer mostrar su virilidad o querer parecer más rudo.
No soy rudo, no golpeo, no engaño a chicas y les rompo el corazón. Pero todo eso cambio desde que empecé a hablar con ella.
Ahora golpe a chicos, aunque no fue por que sí. Zack se lo merecía. Nadie tiene derecho a hablar así de una chica. Y mucho menos utilizar chantaje emocional para hacerla sentir mal. Aunque creo que mi ira detono cuando escucha llamarla puta. Que palabra tan estúpida.
Aunque me duela mucho mi cara. Sé que mañana voy a tener todo morado. Pero eso no es lo que me está molestando. Sino el hecho de que estoy corriendo por calle como un loco de la mano de Yull.
<<¿Qué sería lo molesto?>>Me pregunto a mí mismo.
Lo molesto es que estoy disfrutándolo. Disfrute nuestro beso. Disfruto el calor de su palma contra la mía.
Ella se saca el saco de encaje. Al parecer se agito un poco mientras corríamos.
Me percato de algo que no había visto antes o no le había prestado la suficiente atención. Ella tiene los brazos morados, moretones en una tonalidad oscura. Bajan por su hombro hasta la altura del ante brazo.
— ¿Quién te hizo eso? — pregunte en un susurro.
¿Zack la golpeo?
Un millón de preguntas se empezaron a formular en mi cabeza. Pero ninguna podía ser respondida sola. Me quedo mirándola esperando algo de su parte.
Pero ella esta muda. Su cara está totalmente petrificada.
— Nadie, me caí.
<<Si claro y yo me chupo el dedo. >>
— No mientas Yull. Es claro que eso no es producto de una caída — digo serio mirado sus brazos. — ¿Que te paso?
Ella me mira con cara de pocos amigos.
— No me paso nada — rueda los ojos molesta.
Me acerco hasta ella. Pongo mi mano sobre su hombro con cuidado. Ella hace un gesto de dolor cuando presiono.
— Esto no es nada — menciono. — Si alguien te hizo daño…
— Si me hicieron daño. Pero ese no es tu problema — me interrumpe bruscamente. — Solo no quiero hablar de esto ahora. No hagas preguntas. No quieras indagar o jugar a ser el héroe.
— Lamento ofender preocupando me por ti — suelto indignado.
Ella me mira sorprendida. Acabo de darme cuenta de lo que dije.
¿Acaso me preocupo por ella? ¿Ella me importa?
Si me importa, pero me importa porque es una chica que esta mañana estaba de diez y ahora esta golpeada. Y mi sentido me indica que algo no anda bien.
Y si ella no me quiere decir que pasa, es que esta asustada. Y eso es grave.
Claramente me voy a preocupar ella. Solo es algo por lo que cualquiera se preocuparía.
— ¿Te preocupo? — murmura más para sí misma que para mí.
— Si Yull — respondo sin dar tantas vueltas. — Me preocupas.
Ella se acercó a mi e hizo algo que no pensé que haría. Me abrazo.
Sus delicados brazos me rodearon por la cintura y me abrazo con fuerza. Le devolví el abrazo con suavidad, ya que no quería lastimarla.
— No entiendo como alguien como tú. Podría preocuparse por alguien como yo.
Por alguna extraña razón sus palabras removieron algo en mi interior.
— Nadie merece ser lastimado.
Ella suspira pesadamente en mi pecho. La estrecho en mis brazos, esta helada.
Y claro, solo tiene esa diminuta ropa.
— Tienes razón nadie merece ser lastimado. Pero muchas veces uno no puede evitarlo.
Sus palabras me dejaron pensando. ¿Cómo alguien no puede evitar ser lastimado?
Es algo por instinto. Como cuando te quemas con el fuego o cuando te pinchas con una espina. Reaccionas rápidamente saliendo de eso que te está lastimando.
Pero había olvidado un detalle importante. Muchas personas se quedan aunque las lastimen.
— ¿Fue Zack? — pregunte.
— No, claro que no. Él solo habla, creo que jamás me lastimaría con sus manos.
Su respuesta me deja intranquilo.
¿A qué se refiere?
Si no fue Zack ¿Quién fue?
— Antes de que pregunte. No te lo diré — pronuncia separándose de mi pecho. Sus ojos azules me miran de forma seria. — Pero ten por seguro que nunca más me veras lastimada. Esto — murmura señalando sus hombros y brazos. — Es algo que no me merecía, pero paso. Y no me voy a tirar en tus brazos a llorar por mis heridas o porque el chico que fue mi mejor amigo dijo cosas horribles de mí.
“No buscare que seas mi héroe nerd — resopla. — Yo misma liberare mis batallas. No busco que alguien me saque del vacío. Cuando ya no tengo forma de salir de él.”
Me quedo callado sin saber que decir.
Sinceramente no entiendo a Yull. No entiendo nada que tenga que ver con ella.
— Esta bien, pero quiero ayudarte. No quiero que te lastimen de nuevo o te hieran diciéndote cosas feas.
Sé que no puedo curar esos moretones. Tampoco puedo revertir las palabras que Zack dijo, pero puedo estar ahí para ayudarla.
— Te han lastimado por mi culpa nerd— su fría mano se posa en mi cara. Siento un pinchazo en donde me toco. Intento no hacer una mueca pero fallo. — No quiero que pienses más en esto. Yo no lo hare, entonces tu no lo hagas.
— Pero…
— Pero nada Will — me corta de forma abrupta. — Ahora déjame devolverte el favor y te llevare a tu casa.
Me limito a asentir. Sé que por ahora no puedo hacer nada.
Pero no me quedar de brazos cruzados. Algo está pasando con Yull, algo fuerte. Y voy a descubrirlo si de esa forma puedo ayudarla.
***
Escuchamos la música que salía de la radio de su auto. Habíamos decidido ir hasta su casa. Por más casando que estuviera, no quería se quedara sola tan rápido.
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Editado: 26.01.2022