Mi nerd

Capítulo 36. {Todos somos el lobo malo. Cuando es caperucita la cuenta la historia.}

Capítulo 36.

{Todos somos el lobo malo. Cuando es caperucita la cuenta la historia.}

 

Yull.

— Su — digo, debo admitir que ese apodo enserio me gusta. — Apúrate,  tenemos que ir temprano.

Ella está sentada en la sala, dibujando. Tiene el pantalón de su pijama puesto, ya que no pude convencerla de ponerse el lindo enterito rosado.

— No quedo — responde.

Alzo mis cejas en un gesto sorpresivo.

Termino de ponerme mis aros. Acomodo mi cabello, el cual esta peinado en una cola alta.

— Azucena Marian, tienes dos segundos para venir acá y cambiarte — dije en un tono de voz firme.

Al parecer funciona, porque viene hacia mí.

— Acá toy mami.

Al instante cambio mi gesto serio y me derrito ante tal escena. Hace un adorable puchero, el cual puede volverme loca de amor.

— Ahora te pondrás la ropa linda, así vamos a ver al nerd nadar — le digo  con una sonrisa.

Ella aplaude contenta.

— ¡Sí! Vamos con ned — chilla.

  Inmediatamente  se quita sus pantuflas y se saca el pantalón de pijama. Me quedo viéndola, se traba intentando quitarse la remera de  ositos.

— ¿Te ayudo? — pregunto conteniendo la risa. Una no debe burlarse de su hija.

Ella  me mira como si dijera “Si chica boba”. Ignoro su mirada de chica sabionda, me inclino a ayudarla-

En cinco minutos, estamos ambas listas. Tengo varias llamadas de la Carolina, quien me ayuda con la beneficencia, estoy ansiosa necesito que  todo salga bien.

Es el primer evento que organizo yo sola. Es mi oportunidad de demostrar a la junta directiva, que soy capaz. Que no es necesario tener veinticinco años para ser responsable.

Tocan la puerta de mi departamento. Seguramente debe ser mi tía Marta.

— Te quedas aquí — le ordeno a Su. Quien está jugando con una muñeca.

— Sí.

Voy hacia la  puerta.  Abro sin fijarme por la mirilla.

Primer error.

Al abrir la puerta me encuentro con Sebastián, el chofer/ matón/mano derecha de Damián. Trago en seco, miles de pensamientos cruzan por mi cabeza.

Ruego, le rezo  a ese ser que nunca me escucho. Pero espero que hoy haga algo por mi pequeña.

Ruego porque no se le ocurra salir de  la pieza.

— ¿Qué hace usted aquí?

Pongo mi mejor cara de póker. Esperando que  no se note el miedo que inunda mi cuerpo.

— Su padre quiere que sepa  que estará de viaje durante unas semanas. Solo espera que usted no haga ninguna estupidez.

— Dile a Damián, que no me interesa. Que ojala se muera o se pudra en cualquier lugar que se encuentre.

Eso es lo que quise decirle. Pero todo lo que pude decir fue…

— Esta bien.

En ese momento Marta hace su aparición. Quien ve sorprendida a Sebastián. Ya que sabe  quién es.

— Si me disculpan, señoritas — dice y se retira.

Mi tía me observa, la hago pasar. Una vez que cruza la puerta, la abrazo con fuerza. Sollozando en sus brazos.

¿Cuándo se acabara todo esto?

***

— ¿En dónde está la familia de tu novio? — pregunta Marta. Mientras los busca entre las gradas.

— Creo que — busco con la mirada. Hasta que veo la cabellera rubia de Valeri, y a los dos mellizos miran entretenidos a las chicas que compiten.

— Ahí tan — señala Azucena.

—Si son ellos — afirmo. —Que inteligente que sos.

Ghasias  mami.

Avecés siento que mi corazón no puede amar tanto a esta pequeña. Pero me sorprendo como cada día muero de amor por ella.

Las tres nos dirigimos hasta donde se encontraba la familia de Will. La primera en soltarse de mi mano y salir corriendo es Azucena, quien corre y abraza a Kevin.           Quien primero mira con cara de culo, pero al darse cuenta de que es Azucena. Su rostro cambia a una sonrisa gigante y la abraza.

— Tío — lo saluda.

Kevin la mira con una sonrisa. Luego sus ojos se topan con los míos, me da un asentimiento con la cabeza. Las cosas entre nosotros van un poco mejor que antes.

— Hola, Val — la saludo con un beso y abrazo fuerte.

— Hola cariño, te ves radiante — me alaga.

— Gracias. Igual que vos.  Mira te presento a mi tía Marta, tía ella es Valeri la mamá de William.

— ¡Ned! — chilla Azucena haciendo reír a todos.

— Un gusto conocerla — saluda mi tía. Quien se sienta al lado de ella.

— El gusto es mío.

— ¿Y Benja? — pregunto buscando al otro mellizo.

— Se fue a comprar una gaseosa — responde  Valeri.

— Ah, bien denle un saludo de mi parte. Me tengo que ir con los organizadores.

— Suerte con todo — dice mi tía.

— Te ira muy bien,  como todo lo que te propongas — me alienta Valeri.

—Muchas gracias, a ambas — digo.

Le doy un beso en la cabeza a Azucena y le digo a Kevin. Que no la deje sola o que se la dé a mi tía. Pero el respondió “Es mi sobrina, yo la cuido”.

Camino hasta donde se encuentran los directores de las otras fundaciones.  Veo a Cata, quien al verme  corre a abrazarme.

— Te ves hermosa.

— Vos también amiga— la alago. — ¿Me perdí de mucho?

— Solo de saludar a tu novio, por cierto. Nadie me dijo que iba a ver tantas tabletas de chocolate —  dice sonriendo. — Estos nadadores. Hacen ver a Fer como si fuera santa.

Suelto una carcajada. Fer o mejor conocido como Fernando es el novio de Cata. Llevan años juntos.

— ¿Viste a Will en su traje de baño? — pregunto en un tono bajo. Abanicándome con la mano, para darle un gesto mas dramático.

— Si amiga— golpea mi costilla con su  codo. — Nunca imagine que tu nerd, aparte de ser lindo y bueno. Tuviera una tableta de chocolate blanco en su abdomen.

Ambas soltamos una carcajada.




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