Capítulo 37.
{¡Mierda eres virgen!}
William.
Había pasado dos meses desde la carrera. La primavera estaba cerca, los exámenes eran demasiados duros. Me habían ofrecido nadar para una marca muy importante, lo cual implicaba muchas horas más de entrenamiento.
Lo cual hacia reducidas las horas que pasaba con Yull y Azucena. Pero eso no evitaba que nos viéramos aunque fuera unas horas al día.
Podría decirse que entre nosotros las cosas estaban saliendo cada vez mejor. En el colegio ya habíamos dejado de ser el centro de atención. La mayoría no tenía tiempo para fijarse en nosotros. Ya que entre los exámenes, los cursillos para la facultad y el tener que elegir qué carrera vamos a seguir. Nadie tenía tiempo para banalidades.
Aunque nos veíamos en el colegio con Yull, pasábamos los recreos junto a Javier. Burlándonos de su relación toxica con Tatiana, luego riéndonos de los intentos de Javier de querer conquistar a Cata la amiga de Yull.
Y aunque no podíamos pasar tiempo fuera del colegio, siempre tres veces por semana cenábamos juntos en mi casa. Y los domingos almorzábamos juntos, para luego ir al parque con Azucena. Quien ahora está viviendo de forma permanente con Yull.
Al fin ella se dio cuenta de la increíble madre que es. Que tiene todo para darle la vida que se merece. Y que no está sola. Ya que tanto su tía, como yo y mi familia. Estamos para ella.
Justamente esta noche tendremos una cita, y mi hermano Kevin, se ofreció a cuidarla. Ya que con Yull, nunca tuvimos una cita los dos solos. Siempre salíamos con Azucena y antes no teníamos citas.
Salgo de la ducha, con la toalla en mi cintura.
— Ya te separe lo que te podes poner — dice una voz de hombre.
Pego un grito, nada varonil, por acto de reflejo me llevo una mano al pecho intentando que el corazón no se me salga del mismo.
— ¡Pero qué te pasa! ¿Cómo has entrado a mi cuarto? — le pregunto indignado a Javier.
Este suelta una carcajada, que hace que se tire de espaldas a la cama riéndose.
— Y por la puerta da — bufo. — y tú eres el listo.
— Cállate.
— Nop — dice el muy maduro. — Vengo como la hada de la moda. Ya que es tu primera cita oficial. Sin tu hija — comenta.
No puedo reprimir la sonrisa que se pone en mis labios cuando él dijo “Tu hija”. Había hablado de este tema con Javier, pensé que me señalaría de idiota y de estar cometiendo tonterías por amor.
Pero lo que hizo me sorprendió, suspiro aliviado y dijo “Me alegro tanto, es que ya me vi como el tío favorito. Y nadie puede sacarme de ese pedestal.”
— Eso es verdad — comento. — ¿Qué has elegido? — pregunto mirando lo que dejo sobre mi cama.
— Como eres un rubio con piel tostada. Elegí una remera blanca simple— me muestra la prenda. — Una campera de jeans, mira hasta tiene un logo que dije “Stop”. Muy cool y con clase — me muestra entusiasmado la campera. — Un bóxer negro y sin huecos.
— ¡Oye! ¿Revisaste mi ropa interior?
— Claro que si — dice obvio. — Reforzamos la amistad.
— Por Dios…
— Bueno sigamos — pide. — Y un jeans celeste medio rasgado.
— ¿Pero no es que Jeans con Jeans no va?
Él me mira como si fuera estúpido.
— Voy a hacer de cuenta que no escuche eso — dice. — Luego, te pondrás estas medias negras y te prestare mis convers negras.
— Esto de que estés soltero, te deja mucho tiempo libre ¿No es verdad?
— Puede ser… Es que me voy a preocupar por mí y no por ninguna chica. Iré a la facultad y seré un gran abogado.
— Al fin te decidiste — comento feliz. Mientras me voy cambiando. — Me alegro ¿Iras a la UNC?
— Claro, hasta ya me anote para hacer un tour por la facultad — dice contento. — ¿Vos que vas a hacer?
Esa pregunta me viene atormentando desde hace una semana. Tenía la oportunidad de nada para uno de los Sponsor más codiciados del país, pero eso implicaba sacrificios, uno de ellos no ir a la universidad. Aunque sea el primer año.
Y a verdad siempre pensé seguir estudiando. Pero esta oportunidad solo se da una vez en la vida y no quiero desaprovecharla.
—No lo sé. Tengo tiempo para decidirlo.
— Igual, sea cual sea la decisión que tomes. Todos te vamos a apoyar…. Pero si te vas con el sponsor, conocerás chicas lindas y me las podrías presentar.
— ¿Qué paso con lo de estar soltero y enfocado? — pregunto poniéndome la campera de jeans.
— Y si se me da la oportunidad de salir con una chica sexy…. Dije que iba a estar enfocado, no que me volvería cura.
Ambos soltamos una carcajada. Eran geniales estos momentos con Javier, siempre supe que él era más que un amigo.
Voy hacia el espejo. No quiero sonar narcisista, pero me veo muy bien y el corte que me hice en el pelo. Me queda estupendo. Acomodo mis lentes y me roció perfume.
— Para loco, me voy a morir con tanto perfume — tose Javier— Ah y lleva condones…
Ruedo los ojos.
— No sé si pasara eso, esta noche.
— Ratón, sé que eres listo. Pero avecés eres muy tonto.
— ¿Por qué lo dices?
— Tendrás una cita, sin hijos, Azucena se queda a dormir acá, seguro van al apartamento de Yull….
Abro los ojos sorprendido. No había pensado en eso.
— No había pensado en eso. Si nos besamos y avecés hay roses demasiado buenos… Pero nunca lo hicimos.
Ahora es Javier quien abre los ojos demasiado sorprendido.
— No te creo.
—Pues créelo.
— Amigo, eso es amor. Estar más de cinco meses con alguien y no tener sexo. Aparte de tener las pelotas azules, es que hay algo más que solo calentura.
Le doy una sonrisa algo apenada. Ya que aunque es así como él dice, tampoco presione a Yull o ella a mí para tener relaciones.
Ya que no quiero que piense que soy como los idiotas con los que estuvo.
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Editado: 26.01.2022