Mi nerd

Capítulo 38. {Es fuego sobre fuego.}

Capítulo 38.

{Es fuego sobre fuego.}

 

William.

Salimos del restaurante agarrados de la mano. Decidimos caminar por la calle, ya que la noche estaba espectacular. El cielo estrellado, el viento fresco. La combinación perfecta.

—Mira — le digo llevándola de la mano hacia una vidriera de una librería.

Estaba cerrada, pero tenía luces iluminando los libros.

— ¿Libros nerd? — pregunta riendo.

La miro con mala cara, ella me saca la lengua. Por suerte es muy madura.

— Obvio que libros, mira  esta Carry On.

— ¿El libro de tu escritora favorita?

— Exacto, ese libro es épico. Si te gusta Harry Potter y  fantaseaste con un fanfick desde Draco y Harry. Ese es tu libro.

— ¿Me dices enserio? — pregunta sorprendida.

—No, va sí. Eso comenta el fandom. Yo  todavía no lo leí. Cuando cobre me lo voy a comprar, es el único que me falta de ella.

— Me voy a sentir celosa de ella.

— ¿Por qué?

— Creo muchas historia que te  encantaron — dice haciendo un puchero. — Y siempre hablas de ella.

Suelto una risa al mismo tiempo que con mis manos tomo su cintura, haciendo que quede frente a frente conmigo.

Beso sus labios, ella me devuelve el beso.

— Entonces crea conmigo una loca y épica historia de amor. De la cual jamás me cansare de contar.

Ella sonríe de una forma genuina y perfecta. Puedo ver en sus ojos que ella es feliz y si yo le doy felicidad. Siento que estoy haciendo todo bien.

—  Entonces lo hagamos.

Ella me toma de la mano. Haciendo me correr por la calle por suerte no está transitada sino nos hubiéramos llevado puesto un montón de personas.

Corremos por  lo largo de la cañada. Mientras el viento golpea nuestra cara.

No puedo evitar reírme, haciendo que ella ría conmigo.  No se hacia dónde vamos, pero estamos yendo juntos.

— Aquí es.

Nos paramos frente a un local de tatuajes abierto 24 horas. Un poco dudoso, pero es  normal en el centro.

— ¿Qué quieres hacer aquí?

— ¿No es obvio?

— No… Va si… ¿Enserio?

Ella se pone frente a mí. Tengo que inclinar un poco nomas mi cabeza para mirarla a los ojos.

— ¿Te acuerdas cuando dijimos esa metáfora del eclipse?

Hago memoria y me llega el recuerdo. De cuando llego por primera vez a mi casa.

— Si, lo recuerdo.

— Te dije que era la luna y que mi frialdad te opacaría. Yo trataba de decirte que nada que tuviera que ver conmigo era bueno. Nadie podía estar cerca de mí, porque corría peligro. Por eso te alejaba, por eso aleje a mi hija — dice con la vos temblorosa. — Me deje llevar por todo lo que los demás decían o dicen de mí,  pensando que tenían razón que yo era un desastre y nadie debía quererme. Y todo lo que me pasaba me lo merecía.

— Pero no te mereces nada de eso ¿Lo sabes?

— Lo sé, ahora lo sé. Dijimos que los eclipses forman algo hermoso a la vista. Pero nunca dijiste que el sol calentaba a la luna, con sus rayos. Eso hiciste vos por mí. Me hiciste entender tantas cosas — las lágrimas caían por sus ojos. Me atreví a abrazarla mientras ella se calmaba. — Dios santo, estoy llorando  — se ríe. — me estás haciendo muy feliz. Me hiciste parte de tu familia, nos hiciste parte. Nunca podre agradecerte por todo lo que hiciste por mí.

“Te amo William. Fuiste la casualidad, el capricho, el deseo que jamás espere. Pero que siempre necesite.

Contigo entendí que amar es tan bonito y sincero. También entendí que soy capaz de hacerlo y que tengo más oportunidades. Y no me voy rendir, porque todo lo que logre será por ti, por Azucena y por mí.”

Sentía un nudo en mi garganta. Estaba a punto de llorar.

— Me dejaste sin palabras, pero quiero que sepas que te amo. Te amo con todo lo que soy, quizás no empezamos de la mejor forma. Pero fue perfecta para todo esto que comenzó.  Sé que no soy el hombre perfecto, hasta eh sido un mentiroso. Pero  quiero ser el mejor por ti y por Azucena — acaricio con mi mano su mejilla. — Seré sincero cuando digo que somos la mejor historia de amor jamás vivida.

— Somos  eso que muchos nunca encuentran y pocos cuidan.

— ¿Almas gemelas?

— Exactamente Will, somos almas gemelas. Y es un gusto coincidir contigo.

Nos volvemos a besar. Perdí la cuenta de cuantos besos nos hemos dado en esta cita. Pero ojala sean infinitos.

— ¿Entramos? — pregunta ella con una sonrisa.

Hacernos un tatuaje. Es algo atrevido y alocado. Nunca pensé en hacerme uno.

— ¿Duele? — pregunto.

— No lo sé nunca me hice uno — comenta. — Seria la primera vez de ambos.

— Entonces lo hagamos.

— De acuerdo.

Tomados de la mano entramos a la tienda. Nos recibió una chica de casi la misma edad que nosotros. Tiene el cabello rojo y muchos tatuajes sus brazos.

Nos pidió nuestra identificación. Y luego nos hizo esperar al tatuador.

— Estoy nervioso — admito. Mirando nuestras manos entrelazadas.

— Yo igual, mejor pensemos en que vamos a hacernos.

— ¿Y si nos hacemos un eclipse?

— Sí, tengo una idea — comenta ella.

Busca en su bolso. De allí saca una libreta, en donde tiene muchos dibujos. Siempre digo que me hace acordar a Clary Ferchaild, de cazadores de sombras. Ya que tiene muy buenos dibujos.

La veo sacar una lapicera negra y hacer trazos sobre el papel.

— ¿Qué estás haciendo?

— Espera y te muestro.

Termino de dibujar y me lo mostro.

— Es perfecto.

— ¿Tú crees?

— Si Yull.

— Entonces lo hagamos.

 — Hola, soy Edi y les hare su tatuaje —un hombre de unos treinta años nos saluda. Tenía un estilo de hippie moderno con tatuajes y barba rara. — ¿Tienen alguna idea lo que quieren hacerse?

 — Hola, esto tenemos en mente —Yull le tiende la hoja que acaba de dibujar. El hombre eleva sus cejas en  gesto de sorpresa.




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