-¡Mami mami! ya es tarde para que vayas a trabajar-la despertaba sacudiendo sus hombros.
-Ya hijo un rato más ¿sí?-decía mi mamá sin abrir los ojos y con una voz agotadora.
Me retiré a la cocina y puse agua a hervir, para tomar desayuno, pues solo tenía 8 años sabía bien que mamá trabaja duro día y noche. Mi padre nos abandonó cuando yo aún llevaba en el vientre de mi madre, así que nunca lo conocí. Crecí sin conocer a mi padre y sólo conocí el amor de una madre no sé bien lo que es tener papá, y por si fuera poco, tenía la extrañeza de saber ¿qué es tener un papá? Siempre se lo pregunté a mi madre, -“mamá y ¿mi papá? ¿dónde está? ¿Vendrá algún día?”.- Mamá no me respondía me evadía la pregunta contestando –“Hijo vete a cambiar de ropa saldremos a caminar ¿sí?”- Pero mi madre sabía bien que eso me haría olvidar la pregunta que le hice, y entonces me olvidaba, y yo sumiso iba a cambiarme de ropa para luego salir.
Mamá no tenía mucho dinero pues a donde iba a trabajar no le pagaban bien, apenas cubría para el apartamento y la comida y uno que otro para mi ropa y rara vez para ir a pasear. Mi madre hacía todo lo posible que no me faltara nada y yo debería de dibujarle una sonrisa en un papel para que ella sonriera y yo también pues no me gustaba que ella llorara por las noches, aunque mi mamá lloraba lo más bajo posible, creía que le dolía algo y entonces le preguntaba:
-mamá ¿por qué lloras? ¿Tienes dolor? Te puedo frotar tus piecitos si te duelen-le decía a mi mamá acariciando su brazo
-No mi niño, sólo que de repente me acordé de Dumbo y me puso triste esa caricatura – me decía mientras sonaba su nariz y se secaba las lágrimas que le caían por los ojos.
Yo la abracé y dormimos juntitos, mamá me abrazó más fuerte y entonces cerré los ojos y dormí.
-¡Mamá ya estoy listo para irnos!- le dije a mi madre para irnos a pasear.
-ella se sentó en cuclillas y me arregló mi cabello y los cordones de mi zapato y con un poco de su saliva me limpio la mejilla y me dijo:
-¡ahora sí! ¡Eres todo un galán! ¡Ése es mi angelito!- me día entusiasmada.
Mamá me agarró de la mano y me llevó con ella a pasear por la plaza por los parques aunque yo ya conocía todo me gustaba ir con mamá pues todo era igual, pero menos el helado ni los momentos vividos junto a mi mamá. Siempre la veía levantar la mano y a saludándome con una sonrisa mientras yo resbalinaba con otros niños y corría con otros niños jugando al policía y al ladrón. Cada Domingo siempre salíamos a pasear o a acampar en un algo cerca de la ciudad y por las noches mirábamos siempre caricaturas; Dumbo, Pinocho, Toy Store, Rey León y muchos más. Pero siempre mamá se dormía primero y luego yo me dormía cuando terminaba la caricatura y ambos nos dormíamos con la tv encendida.
Mamá se alistaba al día siguiente para ir a trabajar y cada Lunes era costumbre levantarnos juntos ya que yo iba al colegio y mamá al trabajo, pues era mesera en una confitería de la ciudad la más lujosa y grande, la confitería “Café Express” luego de ahí mamá se iba de noche a un bar a trabajar igual de mesera, pero llegaba muy tarde siempre a las 3:00 am. Apenas venía a casa a las 5:30pm para cocinarme mi cena y luego volver a trabajar, cada día la notaba cansada, agotada y agobiada, podía notar que apenas dormía 4 horas cada día, su maquillaje hacía que no se notara sus ojeras, para mí eso sí era algo mágico. Pues, mi mamá con maquillaje se veía como si hubiese dormido bien y más bella.
Noté que algunas noches dormía sumamente cansada y otras noches dormía agobiada, llorando lo más bajo que pueda y siempre la escuchaba llorar, porque dormíamos juntos, mamá me decía que pronto tendría mi propia cama y que sería junto a la lado de ella, ya que el apartamento constaba una cocina un baño un dormitorio y su sala de estar, prácticamente sería como para una persona sola. Pero eso no importaba con tal de estar juntos, cada año en el día del padre, todos los papás de los niños asistían a la ceremonia del día del padre, mi maestra nos pedía dibujar siempre a nuestros padres de acuerdo a su profesión, todos mis compañeros de clase dibujaban a sus papás como arquitectos, abogados, médicos, chofer y contador. Yo sólo dibujaba a mamá pero con pelo más corto y de mesero. La maestra nos pedía que habláramos sobre ellos lo más bonito posible, todos los niños hablaban que su padres para ellos era su mejor amigo y su superhéroe, y yo, decía que mi padre era el mejor, que siempre estaba ahí para mí que siempre está con mi mamá actuando ambos como superhéroes para mí, mentí, mi maestra sabía que no tenía un padre y lloraba en sí misma guardando sus lágrimas para después, mis compañeros me aplaudían y todos con una sonrisa iban al salón de deporte para mostrar el dibujo a sus padres, ya que ahí todos estarían para convivir con sus hijos, yo me quedaba cerca al marco de la puerta con mi dibujo en mis manos, la maestra se acercaba y me aliento que le diera el dibujo a mi mamá, y que lo abrazara y felicitarle por su día, ya que mi mamá hace el rol de ser padre, y entonces la abracé a la maestra y me retiré a casa, esperé que mi mamá llegara para así mostrarle el dibujo. Ella llegó y corrí hacia ella: