Mi NiÑo Mi Angelito

Sueño profundo

Por alguna razón no quería irme para nada de su lado de mi mamá quería estar allí para ella quería estar con ella cuidarla y estar ahí para ella. No me moví, la enfermera entendió mi intención y se fue, me arrodillé y tome su mano de mi madre estaban fría, diría que por el clima, la tomé de la mano y le hablé:

-mami, mami, ¿cuándo nos iremos a casa? Ya no quiero estar aquí, mami despierta mami vámonos a la casa mami, despierto te necesito, abrázame mamita, despierta mami, quiero que vayamos al parque mañana quiero tomemos helados juntos vamos a casa mami, ya no me compres nada de juguetes ni vayas a trabajar, quédate en casa conmigo mami para ver películas, no te pediré más nada mamita, pero despierta mami te necesito mamita, me siento solo sin ti, mami te extraño despierta, háblame mamita, juro que me portaré bien y que seré un buen estudiante, ya no hare renegar mamita, despierta mami vamos a casa mamita por favor despierta te necesito mami, despierta por favor, papá no ha llegado, papá no vino a verte, papá no ha regresado, dijiste que vendría pronto, pero no, no está aquí, mami, mami, mamita despierta te extraño mamita háblame mamita.

Solté las lágrimas y la seguí llamando “mami, mami, mami! Quería oírla, escucharla, quería que me dijera que soy su “angelito su niño”. Pero nada, mi madre no despertaba y mientras seguía llamándola vi que mi mami derramó una lágrima deslizándose por su mejilla, sólo las lágrimas la brotaban y no decía nada aún cerraba los ojos y la boca, no se movía, yo me acerqué:

-¿mami? Despierta  mami, por favor mamita despierta mami, te extraño, ¿mami?

Aún llamándola mi madre no despertó y dejo de llorar, la seguía llamando hasta quedarme sin aliento, las enfermeras estaban en la puerta llorando en silencio, pero de repente mi madre empezó a agitarse y las enfermeras reaccionaron y gritaron:

-está convulsionando ¡llamen al doctor!-una de las enfermeras corrió a llamar al doctor.

Yo me quedé ahí parado alejado, nunca había visto a mi mamá así agitarse, me alejé sorprendido sin poder hacer nada, el doctor entró y una de las enfermeras me saó fuera de la habitación y me dijo que esperara afuera, yo me quedé quieto, mis manos empezaron a temblar, lágrimas me caían, me invadió las nostalgia fui terco en obedecer a la enfermera y me asomé a la puerta agarré la manivela de la puerta y abrí la habitación poco a poco, y ahí estaba el doctor comprimiendo el pecho de mi madre y otro médico que le daba electricidad a mi mamita haciendo que su cuerpo se agitara con fuerza pero nada, mi madre no despertaba, hasta el doctor bajó la vista sacudió la cabeza negativamente vi la reacción de las enfermeras mirándose unas a otras, la enfermera Thalia se dio la vuelta y vio que estaba en la puerta y se sorprendió y vino haca a mí. Yo cerré la puerta y corrí, corrí  y seguía corriendo la vista se me empapaba con las lágrimas salí del hospital la tormenta aún permanecía fuerte y violento, corrí con mis pequeños pies sin importar la lluvia y el viento, mis lágrimas seguían cayendo, no paraba de llorar corrí hasta perderme y seguía corriendo, mientras que en mi cabeza recordaba aquellos momentos con mi mamá y seguía corriendo me tropezaba y caía y lloraba más y me levantaba y seguía corriendo corrí pasando por el parque donde solía ir con mamá y seguía corriendo llegué al departamento donde mamá y yo vivíamos me entré, corrí a la cama y abracé y me acurruqué en la foto de mi madre, el retrato donde estaba conmigo cuando era más niño. Lloré y lloré toda la noche y el cielo aún lanzaba sus rayos y sus gotas de agua. No paraba de llorar, no lo podía creer, no podía y no quería saber que esto estaba pasando, solté más lágrimas de la puedo recordar, esa noche el cielo también lloraba, al parecer el cielo ya sabía más antes y por eso lloró más antes que yo, tal vez el cielo ya sabía que mi madre ya se iría con ellos, llamé a mi papá una vez más a ojos sollozos:

-¿Papá dónde estás? ¿Papito dónde andas? Papá te necesito papá estoy solo, ¿dónde estás?, papá ¿por qué no vienes? ¿por qué no cuidaste de mamá? ¿Papá dónde estás?

Lo repetía una y otra vez, pero nada pasaba, me encontraba solo llorando y angustiado, la noche no terminaba de llover, parecía una noche muy larga, tan larga que me quedé dormido. Escuché la puerta golpear, era Kasandra llamando para abrirle la puerta, no respondía al llamado, no quería ver a nadie, no quería hablar con nadie, me quedé en el silencio de la habitación, Kasandra seguía ahí llamando a llantos, sabía ella por lo que estaba pasando, puede que tal vez quería consolarme pero mi agonía me duró por 4 días seguidos, 4 días seguidos sin salir de la cama sin comer, no tenía hambre, solo dormía y despertaba y volvía a dormir pensando que algún día despertaría de ésta pesadilla, seguía esperando el sueño para salir de la cruel realidad viendo que mi madre no estaba ahí conmigo y esperando despertar para ver que era una pesadilla y que mi mami estuviera ahí esperándome despierta sonriente para decirme “buenos días mi niño, mi angelito”  esperé por horas para dormir y esperé más para despertar que era una pesadilla. Kasandra no volvió, tal vez pensó que no estaba en el departamento y fue a buscarme a otros lados, eran las 15:30 pm del día, me levanté y miré a mi alrededor, como siempre, mamá no estaba, la habitación estaba sucia, y un apetito voraz hizo que me fuera a la cocina, todo estaba intacto, el polvo se llenó en el departamento, mamá limpiaba para tenerlo limpio, aún estaba la taza de café para mi mami y mi vaso de leche y la cocina sucia que dejé al hacer el desayuno para mi mami y para mí. Me acerqué al balcón del departamento y vi las calles, todo estaba igual, como si mamá no se había ido, todo estaban felices menos yo, extrañaba a mamá. Deseaba que todo esto era un mal sueño o que mi mami estuviera justo ahora.  Entre mis pensamientos y mi nostalgia dirigiendo la vista al departamento mascullé en mi mente –“mamita, desde que no estás, la casa se volvió silenciosa, la cocina aún está sucio por el desayuno que preparé para ti y para mí, te extraño, papá aún no llega, no sé cuánto tiempo más debo esperar tengo hambre mami, ¿dónde estás ahora? No tengo ganas de salir, sólo quiero que estés aquí”- en ese instante golpean la puerta oigo la voz de Kasandra llamar, esta vez decido abrir la puerta, y ahí que Kasandra me abraza fuerte, el abrazo era similar a de mamá, un abrazo tierno y seguro un abrazo que me hacia sentir tan bien, que todas mis penas se iban, era como de mamá, Kasandra me miró y dijo:



#29821 en Otros

En el texto hay: drama y suspenso

Editado: 11.03.2019

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