Mi noche latina

Capitulo 22- ¿Quien eres?

Dimas°

Después de que Sayra se calmó, me acompaña la casa de mi padre para guardar sus cosas, desde que ocurrió todo esto ella no ha vuelto a casa y no me gusta que los cazadores están muy cerca casi pisando los talones, pedir fuerzas mayores sería una vergüenza para nuestra reputación entre las manadas.

Caleb debe de estar bien por ahora, un alfa es más agresivo cuando se trata de su omega y debe de estar con Misael en su casa.

Lo único que encontramos en esa desolada casa fue el arma de mi padre y sus pertenencias las pocas fotos que tenía con él, que se tomaron hace muchos meses atrás, no me había dado cuenta cuan solitaria fue la vida en esa casa.

 

Sayra°

No quería creer que el Señor Pancho había muerto, se veía tan bien, pero esas píldoras ese chico “Dion”, nose si decirle Dimas de eso.

Pero al ordenar la casa y guardar sus cosas, encuentro un cofre pequeño, color blanco, intento abrirlo, pero este no se abre, lo dejo en la sala, Dimas que ayudaba ordenar todo tenia que irse, no llego hasta la noche donde yo y el dormimos agarrados dela manos descansando uno junto al otro.

Recogimos las ropas del Señor Pancho donde Dimas se encargaría de quemarlas, es normal hacerlo, ordenamos los muebles de la habitación, cubriéndolos con sábanas blancas, Dimas tenía que irse otra vez, aunque recibía visitas donde nos daban el pésame, Dimas siempre regresa más exhausto durmiendo juntos agarrados de la mano.

Una rutina que duro tres días mas, las cosas estaban siendo guardadas en un pequeño cobertizo, la habitación fue cerrada para que nadie pueda entrar, pero después me fijo en el cofrecito blanco, olvidado en la sala, Dimas salió por lo que cuando intento abrir al final cede, destrozar la cerradura no es nada bonito pero bueno quedo algo maltratado, al abrirlo está forrado de color rojo con una canción, era una cajita musical, deseando nunca haberla abierto...

 

Narrador°

Sayra recive constantemente llamadas desde que empezó a vivir en esa casa, de Luciana y la Señora Lorena que se encontraban de lo mejor, Lucina había establecido una relación con Daniel, pero cuando quisieron hablar con Dimas este recibía constantes amenazas en especial de Luciana.

Solo unos cuantos días, Sayra olvidando el cofrecito, decide ir con su hermano, las cazas había cesado un poco, y la muerte de ambos lados disminuyo considerablemente, llegar a un acuerdo era lo que los lobos querían, tanta sangre era completamente innecesaria.

Misael y Sayra se encuentran en la casa de Caleb, aunque Misael sin marca, estando muy aburridos encerrados deciden salir, convenciendo a un par de guardias que los acompañen, llegando a la zona costera donde las arenas del mar los hace sentir libres y frescos, caminan en la orilla, y detrás la camioneta donde los guardias vigilaban, durando su caminata hasta la zona donde el verde boscoso y selvático separa al mar, adentrándose, y con los guardias ahora siguiéndolos.

Ivy en su locura, con los hombres bajo su poder, se encarga de vigilar a Misael como su padre le explico, "Para sacar al lobo voluntariamente, lastímalo donde más le duele", la oportunidad nació, habían Misael salido, y casi anochecía un plan completamente perfecto.

Sayra con temor siente el olor a sangre y otra muy familiar, cuando volvían con los guardaespaldas ellos también corrían a su dirección, caen, otros dos hombres más grandes los habían noqueado, Sayra cubre a Misael, y con el deseo de no arrepentirse le señala en la dirección donde el olor de sangre venia, Misael corre y Sayra lo cubre, hace esfuerzos para sostener a ambos hombres, aunque es inútil.

Misael corre, el olor es horrible, pero tropieza no cae completamente, pero al querer estabilizarse, frente a el un hombre alto moreno con cabellos negros lo apuntaba con su escopeta, viéndose perdido cierra los ojos pensando en Caleb.

Un disparo, luego otro, pero Misael no se siente herido, está limpio, se toca el cuerpo en busca de una herida, ve al hombre y luego atrás, habían dos hombres muertos.

-¿Quién eres?- Misael lo ve confuso.

-Vete- le habla con una voz ronca y fría, Misael pasa del hombre viéndolo por última vez para luego correr más adentro donde los arboles lo ocultarían.

Los disparos no cesan, pero uno hace que suelte la escopeta y se presione el hombro izquierdo.

-Johan Monte- dice Ivy, con la furia en sus ojos, viendo como fue traicionada, Sayra estaba siendo arrastrada por el suelo por uno de los hombres de Ivy, Luchando pora liberarse, pero cae, constantemente- Eres un mald**o trai...- no termina de decirlo cuando escucha un disparo, Ivy que aun apuntaba a Johan se inspecciona, cuando este caía al suelo junto a una pequeña arma.




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