Mi noche latina

Capitulo 31- Por... nosotros

Misael°

Subimos al auto, después de que el Señor Leandro terminara de hablar por teléfono.

-Misael Monte, no te preocupes- bajamos en un edificio, soy dirigido a una de las habitaciones

El Señor Leandro me dio la libertar de asearme y cambiarme, rastros de lágrimas se mantenían en mi cara, después de terminar, me pongo algo cómodo.

El Señor Leandro me esperaba

-Debemos continuar- dice en castellano es muy grave- Sé que esto es difícil ahora, pero debes protegerte, nosotros te mantendremos a salvo, la última palabra la tienes tú.

Toco mi barriga, llevo la vida de mis cachorros, aunque no sé cuántos son, su olor es muy denso, dos o tres, no está Caleb no está Dimas... no está Sayra, no están conmigo, los quiero ver de nuevo... abrazarlos, y que Caleb los mire crecer a nuestros bebes, formar sus familias, vivir conmigo, Sayra y Dimas serán muy buenos tíos, lose. Quiero regresar, pero ahora están en peligro.

-Por mi,.. no..., Por nosotros- abrazo mi barriga, miro por la ventana, las horas pasaron lentamente muy lentamente.

Nos adentramos a un bosque, que oculta una propiedad.

-Mi sobrina nieta esta por transformarse- dice algo cansado pero alegre, pero ¿Sobrina nieta?, talvez no domina el castellano correctamente- mira llegamos a tiempo- Salimos del auto a la parte de atrás de una gran casa al bosque. Lo sigo, se va donde otro hombre rubio y este al verlo lo abraza, hay una chica vestida de blanco, supongo que es la que se transformara...

Esa chica es una loba negra, vuelve a su forma humana, un chico se acerca y ella le muerde, era una alfa pero para ser omega ese chico es muy grande.

Mis ojos casi se salen la chica tiene una mordida en su cuello, es imposible son alfas.

El señor Leandro me llama a lo que me acerco a él, pero entonces noto que hay miradas sobre mí, por instinto cubro mi barriga, no quiero que sea lastimado. Camino lento detrás de todos ellos, son con los únicos que puedo estar por ahora, es muy frustrante, que me odio por esto.

La risa de la casa llama mi atención gritos chillidos, es una fiesta, muy animada al parecer.

La mirada de dos jóvenes me está aturdiendo demasiado, a lo que aparece una mujer y me abraza con alegría, posa su mano en mi barriga no me incomoda más bien se siente bien en un acento fuerte dice- son cuatro querido- lo que me deja atónito.

Pero dos jóvenes se acercan gruñendo uno tiene cabellos negros es alto y el otro es rubio, pero más bajo, haciéndome asustar, ella empieza a gritarles en su idioma, yo no entiendo para nada, ellos se retiran furiosos.

Esa mujer me lleva junto al señor Leandro, intercambian unas cuantas palabras.

-Ven conmigo- dice el señor Leandro- Él es Ángel- me presenta a un hombre muy bello y junto a él aparece de la nada un Alfa que me hace temblar, se nota que es mayor que el chico, trago seco. - … Te quedaras con ellos- no recuerdo cuál es su nombre, rayos estaba aturdido.

-¿Qué?...- me sale casi en un jadeo.

-Estarás en buenas manos- dice el señor Leandro, miro otra vez y el mayor me mira cual me hace temblar.

-No te preocupes chico- dice ese Señor con voz muy ronca- No les pasara nada, ni a ti ni a tus cachorros.

A pesar de que me hacía temblar, hace que me sienta seguro y de que confié en ese hombre.

- Soy Abner Cervenka- lo conozco, es el ex alfa de alfas- Mi pareja y yo estaremos al tanto de ustedes- dice sorprendiéndome aún mas, mis lágrimas quieren escapar, Por... nosotros, todos ellos nos ayudan, no me siento feliz sentirme inútil y ser una carga.

-Gracias- digo.

Ellos asienten con una sonrisa en su cara, la fiesta sigue, noto que es elegante, las parejas se van formando de a poco, un brindis que no participo solo con agua por mi estado, pero no entiendo nada.

La comida más personas, no es como el Latino América es diferente, el alcohol, la euforia, los coros...

Aquí son músicas suaves, unos niños se me acercan, hablan y hablan, pero no entiendo nada, al final me sacan a la pista improvisada, se agarran de la mano formando un circulo conmigo de cómplice, dan giros suaves y de un lado a un otro según el ritmo, sacándome unas sonrisas.

No puedo confiar en nadie, ese es mi instinto, pero cuando estoy rodeado de ellos, siento que mi familia estará segura, es lo que siente mi lobo, y como una alegría infinita se apodera de mí, seguridad... familiaridad. Sonrisas, una paz que no sentía hace mucho tiempo, sé que puedo descansar del miedo porfavor que no sea perturbado porfavor.

Las luces son apagadas, entonces entran luces a la habitación me sorprende mucho, deben de ser las 4 de la mañana, y la mitad de los invitados se retiraron, los niños sonríen, y salen al patio a correr con las demás luces son como bolas de fuego flotantes... deben de ser espíritus eso me contaron solo brujos de tierra los pueden convocar, todos son rodeados por unos cuantos, y estos muestran sonrisas.




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