Mi Nota de Suicidio.

Capítulo 1.

Ahí estaba yo... Un pequeño bebé recién nacido.
Era el día 7 de septiembre del año 1998. Mi madre Margaret me tenía en sus brazos débiles.
Yo no pensaba, no tenía idea de lo que pasaba, pero ahí estaba. Llorando de confusión y de dolor de la nalgada que me dio el doctor.

-¡Felicidades señora Price! -Escuché decir- ¡Está sano y fuerte!

No entendía por qué mi mamá reía mientras me cargaba, se supone que yo estaba llorando, no debería de hacer eso.

Pasaron los días, los meses y ya podía entender un poco más qué pasaba. Mi padre me cargaba todos los días, escuchaba a mí mamá decirle "Jhon". Pero yo solo le decía "Papí".
Los días pasaban volando, ¡Buah! Aburrido. Todos los días pasaba lo mismo:
Despertar, biberón. Jugar con mis cochecitos, biberón. Hacer popo, biberón. Acostarme, biberón eh incluso dormir con un biberón en la boca.
El día era pesado, mucho por hacer.
Cuando intentaba decir algo pero no lo lograba, mis padres reían y a fin de cuentas yo también.
Varias veces me caí por intentar pararme como ellos, incluso hubo un tiempo en el que decidí ya no intentarlo pero... Les tenía envidia por no arrastrarse en el suelo como yo.

Un día miré a mi madre llorar mientras me abrazaba. Papá le gritaba muy fuerte, de hecho, casi siempre lo hacía.
Otras veces, simplemente mamá y papá se escondían bajo las sabanas y movían mucho la cama. Parecía que hacían ejercicio pues su respiración era muy agitada, varias veces oí a mamá hacer ruidos extraños, como si papá la golpeará, pues gritaba. Aunque no corrían ni salían debajo de las sabanas.

Ya era la cuarta vez que me hacían una fiesta, con pastel y globos.
Ya entendía por qué mamá lloraba... Mi papá la golpeaba con su cinturón, parecía mareado cada vez que lo hacía, y a veces casi hasta se caía. Mi madre decía que era la culpa de una tal Alcohol que mi padre veía a diario en la cantina, que era como un Kínder, solo para Papás y Mamás.
Ya me habían hecho otras 2 fiestas cuando mi madre me dijo que tenía que ir a otro kínder más grande llamado escuela. Ahí iban niños más grandes y también ahí comenzó mi problema.
Había un niño de quinto grado que todos los días me golpeaba y me quitaba mi comida. Muchas veces llegaba y con las tijeras me cortaba el cabello o incluso la piel. Yo lloraba pero me decía que si le decía a alguien, me iba a pegar más. Otro día, llegaron él y otros 3 compañeros y me agarraron y sostuvieron mientras con un cuchillo pequeño me hacían una cortada en toda la palma de la mano y después me echaban alcohol, esa fue la primera vez que la conocí, lloré y lloré mientras no sabía qué hacer para que Alcohol me dejara en paz. Ardía mucho.
Al llegar a mi casa, mi madre me vendó y me curó. Le mentí diciendo que me corté en una valla que estaba por la escuela.
En otra ocasión, los 4 niños de quinto me golpearon saliendo de la escuela porque no tenía dinero. Me pateaban en el suelo.
Fue así como expulsaron a 2 de ellos, para ese entonces ya había tenido otro año más. Ya había cumplido mis 7 años, para ser exacto, fue el 11 de noviembre cuando me golpearon.
Íbamos en el coche devuelta a casa mamá y yo.

-¿Por qué no me habías dicho Robert? -Me gritó muy enojada.
-¡Me dijeron que si te decía me iban a golpear más fuerte! -Le dije mientras lloraba.
-¡Ten en cuenta que...!

Mi madre no alcanzó a terminar de decir, cuando por ir tan enojada, no miró que venía un tráiler por el lateral derecho. El vehículo nos impactó, haciendo volar nuestro coche por los aires. Después vi todo negro.

 

 



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En el texto hay: tristeza, tristeza y dolor, suicidio

Editado: 07.10.2020

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