Ojos de vergüenza, fue lo que le vi a Samira, cuando me vio parado cerca del restaurante donde ella salió.
No entiendo y nunca entendí, que fue lo que sucedió, si todo iba muy bien entre nosotros.
En ese instante, mi amigo trata de levantarme el ánimo, pero entre más él hablaba, más me sentía mal. Después de varios minutos, llegue al barrio y de inmediato hable con Karina su mejor amiga.
Karina no se guardó nada. Y me dijo que su mejor amiga fue embaucada por sus padres, que de un día para otro le presentaron a ese muchacho, "aparentemente de buena familia" y de una manera u otra, sus padres la engatusaron.
De inmediato le dije a Karina que todo eso era mentira, que Samira tiene un carácter fuerte y no se iba a dejarse manipular por sus padres.
En ese momento, sentía que me estaba engañando a mí mismo, no encontraba una explicación, Samira nunca me dio cara, nunca me dijo nada, me saco de su vida en un abrir y cerrar de ojo.
Llegué a mi casa y directo me fui a mi habitación, no me entraba la comida y eso era grave, pues yo nunca había dejado de comer. Y mi madre comenzó a preocuparse por eso.
El golpe fue muy duro y la soledad me asecho. Arropándome por mucho tiempo.
Por primera vez en mi vida me sentí tan solo que lloré por mucho tiempo. Vaya, nunca había llorado tanto en mi vida. No pude contener tanto dolor y me desbordé tocando fondo.
En ese tiempo un chico inexperto en el amor como lo era yo, no estaba acostumbrado a esas cosas del amor, a no poner todo el corazón a buenas y primeras, porque te pueden herir tu corazón.
Samira fue mi primera ilusión, una ilusión verdadera que duro muy poco y fue la causa por la que tome la decisión a mis 15 años, de decir quedarme solo.
Si, la opción de terminar mi colegio y quedarme solo, era la mejor elección. La verdad, cuando estaba con ella no podía concentrarme en lo que verdaderamente era importante en mi vida. Bueno, "a quien voy a engañar, casi muero por ella".
Para no alargar esto, yo me dedique totalmente en mis estudios y por mucho tiempo luche mentalmente, para olvidarme de ella.
1 año después, por situaciones económicas y del ambiente pesado del barrio, mis padres decidieron vender la casa, para comprar en otro barrio.
Este gran cambio me asentó muy bien, ya que iba a estar más tranquilo y no tenía que verle la cara a la mujer que me dejo herido. Y en la peor soledad...
Editado: 27.01.2020