UNA LARGA SEQUÍA

Después de todo el dolor que sentí luego de haber terminado con Leidy. Pasaron 4 largos años en la que estuve solo, de una manera u otra busqué tener otra relación, pero nunca se dio.

Ya en ese tiempo, vivía solo con mi madre, ya que la belleza de mi padre se fue con otra. Y dejo abandonada la familia.

Desde ese tiempo he sido un escudo, un guarda espalda, un bastón y un hijo muy amoroso, para mi madre, porque yo sabía muy bien que era la soledad.

Faltándome varios semestres para graduarme de arquitectura, tuve que parar la carrera y buscar ingreso, ya que mi madre no se daba abasto en los gastos de la casa, más los gastos de la universidad.

Solo 3 semanas dure buscando trabajo, hasta que por fin encontré algo para mí, gracias a Nilson un amigo del barrio, logre trabajar en una sala de internet, en ese lugar me sentía muy bien y lo mejor de todo que trabajaba medio tiempo y podía volver a estudiar.

Lo único que no contaba era que Yeimi. La señora que me contrato, se enamoró de mí, pero yo no le prestaba atención.

Después de 4 años sin tocar a una mujer. Y con una larga sequía, esta situación era perfecta, lo malo era que la señora no me gustaba y sinceramente prefería renunciar al trabajo antes de hacer cualquier cosa con ella.

Bueno, como ya lo había dicho antes, las cosas se complicaron cada vez más con esta señora y renuncie al trabajo.

Por más que quería estar con una mujer, definitivamente Yeimi no era de mi agrado.

Después de unos días, conseguí trabajo en una mueblería como vendedor.

Desde ese momento empecé a darle más dinero a mi madre y después de un tiempo volví a estudiar en la universidad. La cual me sentó muy bien volver por ese camino.

Trabajando todo el día en la mueblería, no me quedo de otra que estudiar de noche, la verdad es que estaba muy estresado aquellos días, porque en el trabajo tocaba lidiar con mucha gente que entraba con muy mal genio.

Mi jefe se escondía de las personas que entraban así debes en cuando. Y a mí me tocaba enfrentar, y luego calmar los ánimos de las mismas personas que venían a reclamar por un producto dañado.

Pero toda esa dificulta iba a pasar, el día que conocí a la clienta Esmeralda...