Mi Novia Perfecta

LABIOS DE SABOR A FRESA

Sábado 4:00 pm, invite a Esmeralda a comer helado en un establecimiento recién inaugurado, llamado ICE CUBE.

La maravillosa sonrisa de Esmeralda lo decía todo. Ella se sorprendió al probar los ricos helados que hacían en este lugar y me dijo que nunca los había probado con esa combinación de cremas.

Todo marchaba muy bien, ya me estaba imaginando de qué manera le decía que ella me gustaba. Hasta que el sonido de mi celular lo daño todo.

De inmediato colgué la llamada, pero Esmeralda me pregunto quién era, en seguida me sonreí y le dije que era un familiar.

La verdad es que estaba teniendo la cita perfecta, creo que Esmeralda estaba esperando el momento en que yo le digiera algo, aunque a cada momento me recordaba que esa salida era como amigos.

Después de un buen rato, me lleve a Esmeralda a el parque natural de la ciudad. Y definitivamente con eso, deje esperando a Liceth.

En un descuido que hizo Esmeralda, le mande un mensaje corto a Liceth por vía WhatsApp, diciéndole que estaba en casa enfermo. "Claro, en el fondo yo sabía que lo que estaba haciendo con Liceth no era bueno".

Encantada por todo el paisaje del parque natural, Esmeralda me dice que era la primera vez que venía a este lugar.

En seguida le sujeto su mano derecha diciéndole. Que no debería de perderse de contemplar la maravilla de la naturaleza, que conmigo iba a disfrutar de conocer muchas cosas.

En ese momento, Esmeralda para de caminar y me mira fijamente diciéndome, que si le quería decir algo importante.

En ese instante, me pare al frente de ella y le dije. Que desde que la vi en el local, había quedado perdidamente enamorado de ella. Con lo cual, ella me dijo que era mejor que quedáramos de amigos.

Su mirada me decía que me estaba mintiendo, "bueno, con todas la ganas que le tenía, creo que me estaba imaginando cosas", pero de todas maneras estaba dispuesto arriesgarme por ella

Su mirada me decía que me estaba mintiendo, "bueno, con todas la ganas que le tenía, creo que me estaba imaginando cosas", pero de todas maneras estaba dispuesto arriesgarme por ella.

Yo sentí que no podía dejar esto así, y me acerqué más a ella. Quedando a centímetros de sus rojos y provocativos labios.

Esmeralda puso sus dos manos en mi pecho. Tratando suavemente de alejarme de ella, pero yo quité sus manos y me atreví a besarla.

Fueron 20 segundos maravillosos, de mi parte viviría para siempre en esos labios húmedos de sabor a fresa fresca... 

 




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