Mi nueva vida

2: Locura en el instituto.

 

Eva Taylor:

 

Salgo de mi nueva habitación que sí, debía admitir que el señor Dante y mi madre habían hecho un buen trabajo por acondicionarla como la habitación de la mansión. Me levanto y salgo para ir al baño pero lo único que veo es una cola de testosterona para entrar en el.

— ¡Madre! — grito horrorizada viendo que solo hay uno.

Los chicos me miran como si tuviera dos cabezas y me pone nerviosa la atención sobre mi.

— Eva por favor deja de gritar — dice madre llegando a dónde estoy.

— ¿No hay más baños? — preguntó en un susurro.

— No y tendrás que compartirlo con tus hermanos — mi cabeza daba vuelta.

La mirada de kade me hizo centrarme en él, sus pequeños ojitos azules me decían que todo iba a estar bien, él se acercó y me abrazo las piernas desnudas ya que tenía puesto una pijama de shorts.

— Eva — me llamó y baje hasta colocarme a su altura, algo en mi me decía que no podía ser cruel con esta criatura.

— ¿Dime? — pregunté y el se acercó diciendo o más bien preguntando:

— ¿Eres una princesa? — sonreí y negué.

— Si fuera una, pudiera hablar con los animales como encantada o pudiera dormir como la bella durmiente o estaría encerrada en una torre como rapunzel — dije y el estaba asombrado con lo que decía —, pero tú, eres un príncipe azul.

— Yo nunca he rescatado a una princesa — niega.

— Pero me acabas de rescatar a mi de un ataque de ansiedad — susurré y él sonrió con la mejor sonrisa que jamás he visto en mi vida, sus pequeños dientes de alante no estaban ya que se le habian caido.

El se fue corriendo escalera abajo  sonriendo detrás de madre y los demás estaban viéndome extrañados.

— ¿Es que tengo un bicho raro o que? — pregunté molesta.

— No, pero si tienes ese pito molesto en la boca — trato de imitar mi voz, Kennedy.

— Idiota — susurré pero lograron escucharme.

— Es que la princesa dice groserías — se burla Killian.

— Juré que jamás por su boca iba a escuchar una — le siguió Kayden.

— Son muy brutos como para saber cómo soy en realidad — digo dándole la espalda.

— Una simple niña rica con buen cuerpo y novio perfecto — dijo Kenneth y voltee con los ojos como plato.

— Eso de novios no es mi estilo — dije y ellos quedaron atónitos.

— ¿Lesbiana? — preguntó Kenneth.

— Cien por ciento corazón — respondí.

— Dios se está desperdiciando ese buen cuerpo — comentó Kenneth y mi mirada destilaba odio.

— Son unos babosos — camine a mi habitación y le pedí a mi madre bañarme en su baño y acepto ya que era tarde.

Me duche y vi mi nuevo uniforme sobre la cama, solo rogaba que madre lo haya arreglado (madre también es diseñadora de moda) antes de dármelo, consiste en una falda de cuadros rojos y negros, camisa blanca y chaqueta de color gris con rojos, los zapatos pueden ser cualquiera porque no veo que haya puesto unos por ningún lado. Me echo mis cremas y me visto, la falda me queda justa como me gusta y me coloco una botas altas negras que combinan a la perfección, me coloco maquillaje básico y cojo mi bolso negro, no sé en qué momento madre logró retirar mis papeles en la otra escuela pero lo que sé, es que hoy es mi primer día de instituto y último porque mañana empieza la semana Break y solo faltan cinco semanas para graduarme.

— ¡Buenos días! — dije y vi como se le caía la cuchara a Kenneth de la boca.

— Estas de broma — dijo Kayden observando mi uniforme.

— ¿Que te sucede? — me senté donde me habían indicado ayer y empecé a comer mi desayuno.

— Va ser el hazme reír de todos — dice Kayden a su padre.

— Kayden, respeta como se viste tu hermana y espero que no la ignores en el instituto — demando su padre.

— Yo creo que hasta la pueden robar — grito casi dramático.

— Eres tonto, no crees — digo terminado de comer y me levanto de la mesa pero antes madre dice:

— Laven su plato antes de marcharse — la mire incrédula y no me tocó de otra que hacerlo.

Salí de la casa primero que todos.

— ¿Y sabes cómo llegar niña? — dice Kayden a mi espalda. —, sígueme.

No digo nada y subo a mi camioneta siguiéndolo en su Bugatti negro, el camino es largo y aquí es donde me preguntó ¿Cómo llegaban sin un auto? por esta zona no pasan autobuses y creo que madre por primera vez a hecho algo bueno. Estacionó a su lado y veo el tumulto de gente en la estrada observando quienes son los que acaban de entrar en dos autos sumer mega lujosos y lo mejor de todo es que son exclusivos.

— Bien niña, hasta aquí llega mi recorrido — dice y yo quedó ahí en silencio en el estacionamiento viendo como el se va pero se devuelve —, vamos.

Lo sigo sin decir nada, todos nos miran como si fuésemos unos extraterrestre y me dan ganas de reír, en cada pisaba suena mi tacón llamando la atención hasta de los profesores, este instituto es PÚBLICO jamás en mi vida había pisado uno y eso me asusta.

Entró en la primera clase y las chicas me miran feo y creo hasta ver la envidia en sus ojos. Llamó mucho la atención pero las ignoró, a la hora de comer Kayden se va con sus amigos y yo quedo sola hasta que llegan dos chicas y se sientan sin permiso.

— Hola, mi nombre es Layla Smith — se presentó la rubia, sus ojos eran color esmeralda.

— Y yo soy Hilary Duff — le siguió la otra chica de cabello negro y ojos del mismo color.

— Yo soy Eva... — susurré, no sabía si al decir mi apellido todos se enteraron quién soy y me daba miedo que me persiguieran.

— ¿¿¿Eva??? — preguntó Layla y me sentí presionada hasta que lo dije.

— Eva Taylor Jones —susurre y ella grito llamando la atención de todos.

— Joder, no puede ser posible — dije Hilary.

Busque por la cafetería a Kayden paro no estaba por ninguna parte y desistí.




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