Eva Taylor:
Ya pasó la semana de break y mi madre no ha llegado de su gran viaje, hoy vuelvo al instituto. Me arreglo y bajo con cara de muerta, ni ganas de maquillarme tenía y eso es extraño en mi.
— Buenos días o malos tal vez — dice Killian viendo mi cara.
— Malos, definitivamente odio despertarme temprano — me siento en la mesa y Kennedy me trae el plato, por lo menos no son malos conmigo. — gracias Kennedy, eres tan tierno conmigo.
— No hay de qué corazón — empiezo a comer de mis tostadas y Kenneth me mira fijamente, si las miradas matarán el me hubiera incinerado.
Termino de comer de última, Kayden se va solo dejándome, luego Killian y Kennedy se van, quedó sola con Kenneth que parece querer matarme si me descuido. Lavo mi plato y salgo apurada pero chocó con él.
— Oye, voy tarde — digo rodeándolo pero él me sujeta de la muñeca.
— ¿Qué te pasa? — pregunta.
— Estas loco o sufres de esquizofrenia — sacudo mis manos y el me suelta.
— Niña ridícula — dice y se va, yo corro tras de él y le doy un golpe en el ojo.
— Eres un... — no logro encontrar una palabra corta y que no tenga que decir todas, porque todas las groserías lo define — un imbécil, eso es lo que eres — grito y me da un beso callandome pero se separa ahí mismo.
— Esa es la única forma que puedes quedarte callada — le doy una cachetada.
— Imbécil — vuelvo a decir y me monto en mi camioneta dejándolo solo en la entrada de la casa.
Llegó al instituto y esas malditas miradas las odio, las odio y las odio. Estoy estresada, el me estresa y lo odio por hacerme enojar, las dos primeras horas de clase me aburren, casi lloro porque no puedo creer que esté cursando mi último año aquí en este lugar.
— Eva — me llaman pero yo estoy en mi casillero luchando por abrirlo.
Debí decirle a mi padre que estoy muy pero muy mal aquí en este lugar tan horroroso. Le doy un golpe al casillero y nada, no se habré, pego mi frente y respiro tratando de ignorar todo a mi alrededor. Me vuelven a llamar y está vez si volteo, es Kayden que viene corriendo hasta que llega a mi.
— Oye, ¿Que tienes? — pregunta y niego.
— Nada — respondo, no quiero agobiarlo con mis problemas.
— ¿Segura? — asiento y él me ayuda abrir mi casillero, era realmente fácil abrirlo pero por mi rabia no lo pude hacer.
Mis últimas clases son más interesantes porque es idioma y física, son mis materias favoritas aunque la gente piense que estoy loca. Al llegar a casa veo a mi madre y al señor Dante con el pequeño Kade. Los saludo y sigo a mi habitación, no me detengo a mirar quién más está.
Entro y me tiró en mi cama, esta semana a sido de locos, y espero que esta no sea así. Me desvisto y tomo un baño, al salir veo que Kenneth también viene para hacer lo mismo, mientras me visto se me ocurre una idea, me coloco mi pijama y salgo observó que no hay nadie en el pasillo, aún escucho el agua caer en la ducha y entro con cuidado, cojo su toalla y su ropa, lo dejo sin nada con que taparse y huyó de la escena.
Kenneth Anderson:
El agua me relaja, siento paz al bañarme y más cuando en mi casa está viviendo una niña gritona y llorona que no aguanta nada. Me terminó de bañar y al salir no encuentro mis cosas, ¿pero si yo las había traído conmigo? ni mi ropa sucia está, salgo y asomo mi cabeza para ver si hay alguien pero no, busco lo primero que encuentro y es una planta, ¿Eso servirá no? decido mejor bajar sin nada porque se que esto es obra de la mocosa irritante. Salgo con las manos tapando mi entrepierna y bajó las escaleras.
— ¡Oh por Dios Kenneth! Hay mujeres en casa — grita mi padre tapándole los ojos a Kade.
La mocosa irritante solo se ríe en mi cara, esto es guerra ella acaba de cavar su propia tumba.
Me voy a mi habitación y ahí encuentro mi ropa, esta chiquilla irritante me las pagara. Bajo de nuevo las escaleras y me siento a comer, ella me mira fijamente mientras como, yo la ignoro pero es imposible después de lo que pasó aquel día.
— ¿Cómo están los abuelos? — miro a mi papá cuando pregunto.
— Están perfectamente, ellos cada vez se ven mas joven y yo me veo mas viejo — bromea y sonrió. — veo que no hicieron fiesta esta semana.
— Ya no estamos para eso — digo y todos comienzan a reír. — estoy hablando enserio, tenemos a una niña viviendo con nosotros y no podemos hacerlas porque después nuestros amigos van a querer enamorarla por así decirlo, Eva se ve tan ingenua.
Ella me mira con ganas de matarme y sonrío, me levanto y agarro sus cachetes, esto es una mini parte de mi venganza.
— Kenneth tiene toda la razón — concuerda su madre y mi papá.
— Tenemos que tratar bien a esta princesa — le apretó más sus cachetes y ella sonríe forzadamente. — su padre se moriría si le pasa algo a su princesa. — la suelto y me vuelvo a mi sitio.
— Eres tan tierno Kenneth — dice ella con su falsa sonrisa, mi papá y su madre pensaran que nuestra relación es buenísima.
Termino de comer y mi padre se va seguido de Ava con Kade, quedamos los chicos y ella solamente. Ella está mirando televisión y se me ocurre una idea.
— ¿Qué tal si vemos una película? — pregunto y mis hermanos aceptan, ella nos mira pero no dice nada, se acomoda en el mueble para que podamos entrar, me siento a su lado y ella solo respira para no gritar.
Coloque el conjuro 3 y sonrió al ver como ella mira el titulo de la película. Ella en cada escena gritaba asustada y se abrazaba con Kayden, esa no era la idea; al terminar la película ella se va a la cocina, subo a hurtadillas a su habitación y dejo mi teléfono abajo de su cama para que se escuche una canción tenebrosa y me escondo en el armario, veo como ella se acuesta y se tapa de pies a cabeza, la música empieza a sonar y no aguanto la risa.
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Editado: 17.07.2023