Era un día más.
Nada fuera de lo común en la oficina, todos se encontraban en su puesto haciendo sus trabajos concentrados. La verdad no llevábamos mucho tiempo, apenas y se había cumplido la hora de llegada .
Lo único que diferenciaba este del resto de días, era el especial alboroto susurrado de todas las mujeres del departamento.
Incluyéndome
Y no era para menos.
Según Keity ,nuestra amiga de recursos humanos .
Hace una semana habían contratado a un hombre para ocupar el puesto de Jamie, un compañero que había decidido irse .
Y pues, según Keity el reemplazo de Jaime era un "papito divino que estaba para darle como un cajón que no cierra , duro y con ganas"
Palabras de ella, no mías.
La mayoría del equipo somos mujeres a excepción de Jorge, nuestro jefe de departamento, Marco y bueno antes Jaime. Y los dos primeros felizmente casados .
Así que el fulgor y emoción femenina no se hizo esperar.
Todas observamos las horas en nuestros ordenadores, teléfonos, relojes o cualquier aparato que nos mostrará el tiempo que faltaba para lograr apreciar el rico espécimen, según Keity.
Chantall, mi amiga y compañera de trabajo, que estaba del otro lado y yo, nos lanzábamos una que otra mirada de expectativa .
Durante toda esta semana nos las hemos pasado especulando cómo será el recién llegado y no solo nosotras. Sino que realmente todas .
Después de que Keity le dijera a Sandra, ella nos contó a nosotras y no tardaron mucho las apuestas de que tan cierto era eso.
Un grupo creía que eran exageraciones de Keity .
Otro, que tal vez si era simpático pero tampoco para tanto .
Y luego, estábamos el otro grupo . Que no perdía la fe y esperanzas, de que el recién llegado sea un colirio para estos ojitos.
Así que nuestro entusiasmos no era solamente por que tanta razón tendría keity en lo bueno que está. Sino que también el dinero que representaba .
Nuestra agonizante espera, parece acabar con la llegada del ascensor
Todas ansiosas, nos acomodamos en nuestros sitios para ver directo hacia el ascensor .
No pasa mucho antes de abrirse y de este salir unos impecables y pulcros zapatos de vestir negros. Acompañado de un pantalón sastre gris, que combinaba con el saco del mismo color y que estaba sobre una camisa de vestir blanca que se amoldaba de tal forma a ese pecho .
"Santa madre de Dios y todos los pecados concebidos".
"¿Acaso eso a lo que se ajusta era un torso trabajado y duro, señor ?.
¿Se nos cumplió el milagro ?"
Y mi pregunta es contestada cuando subo por su perfectamente anudada corbata que se encuentra alrededor de un muy lamible y delicioso cuello.
Termino de subir la mirada y al igual que mis compañeras creo tener un breve órgasmo visual por esos ojazos azules, que te penetraban el alma con gusto .
!virgencita de todas las madres ! .
¡Que me ahorque, amarre o que me haga lo que quiera con esa corbata! .
¡Que con esos ojazos me someta a su voluntad! .
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Editado: 16.12.2023