Todo a nuestro alrededor se silenció, nadie decía nada, Ari y Coty estaban en shock como yo. Damián ya se había tranquilizado, Nathan no decía nada y yo también estaba en shock.
Nathan reacciona y me jala del brazo hacia un aula vacía, forcejeo con él para intentar que me suelte, pero él no lo hace, Damián intenta seguirnos, pero lo detienen las chicas.
—¡Suéltame Nathan! —él me ignoraba y seguíamos avanzando y cada vez me sostenía más fuerte que creo que me va a dejar unas marcas en el brazo—¡Nathan!
—¿Cómo es eso que no me amas? —dijo en tono duro y enojado—. ¿Es porque no estuve contigo ayer en nuestro aniversario?
—Por eso y por muchas cosas más. Cada vez que te pido que salgamos tu pones cualquier pretexto o en veces pones a tus amigos primero que a mí.
—¿No tengo derecho a divertirme? No empieces de tóxica.
—¿Tóxica yo? —me señale irónicamente—. Si tú eres el tóxico, ves cómo te pones solo porque me viste cerca de Damián.
—¿Que no ves cómo te ve? Es obvio que le gustas y tú eres mía.
—¿Tengo un cartel con tu nombre?
Dio unos pasos hacia atrás jalando se el cabello castaño que tiene, se pasó las manos por la cara tratando de tranquilizar se.
—Perdóname, no sé lo que me pasó, es cierto la cagué dame otra oportunidad te prometo que ya no voy a cometer el mismo error —me agarro de las manos—. No podemos mandar a la mierda toda nuestra relación por un error.
—No Nathan, ya no. Ya no te amo y no quiero hacerme más daño estando contigo —soltó mis manos bruscamente.
—¿Estas escucho lo que estás diciendo? —señalo sus sienes agresivamente—. ¿Estás pensando lo que estás diciendo?
—No, no pensé lo que dije al aceptar ser tu novia —a esta altura mis ojos se estaban empezando a llenar de lágrimas.
—¿Tu piensas que te vas a deshacer de mi tan fácil? Tu eres mía, tu nombre me lo dice. ¿Tú crees que te voy a dejar libre para irte con el otro?
—¡Damián y yo no somos nada entiende!
—Si ¿y tú piensas que yo nací ayer? Te voy a dar unos días para que pienses muy bien las cosas —se acercó amenazante—. Tú no te vas a deshacer de mi tan fácil, tus padres están en mis manos ¿O quieres que pierdan el único patrimonio que tienen?
—¡A mis padres no les hagas nada!
—Eso depende de tus acciones.
Agarro su mochila y salió del aula, me deslice por la pared para quedar sentada y esconder mi cabeza entre mis rodillas y soltar todas las lágrimas que estaba conteniendo.
Escucho como la puerta se vuele abrir, pensé que era Nathan, pero no, era Damián. Traía el labio partido con un poco de sangre de seguro por el golpe. Dejo su mochila en el suelo y se sentó alado mío.
—¿Estas bien? ¿Te hizo algo? —se notaba la preocupación en sus ojos azules como el cielo.
—Si estoy bien, no me hizo nada. ¿Tú estás bien? —dije tocando su labio—. Perdón por todo esto, no quería que pasara esto.
—No tienes por qué disculparte, no es tu culpa.
—Muchas gracias por defenderme, no tenías por qué hacerlo.
—No tienes nada de que agradecer, obviamente no iba a dejar que ese tipo te faltará el respeto a ti y a tus amigas.
—Lo sé, pero... —las lágrimas volviendo a salir, me sentía tan vulnerable, Damián me abrazo para darme consuelo. Admito que se sintió reconfortante el hacerlo—. Tengo miedo de que Nathan le pueda quitar la casa que les costó con tanto esfuerzo a mis padres.
—Tranquila, él no les puede hacer nada, solo lo está diciendo para intimidarte.
—Me dio unos días para pensar, pero yo no tengo nada que pensar, ya no quiero estar con él, pero él no entiende.
—No estás sola, tienes a Ariadna y a Coty, también a mí y no te vamos a dejar sola.
—Muchas gracias —nos separamos un poco—. Gracias por todo.
—De nada ojitos.
—¿Ojitos? Es un bonito apodo.
—Si, así como tú.
Ambos nos quedamos mirando fijamente, primero me miró a ambos ojos y luego miro a mis labios. Tenía que admitirlo, Damián era muy atractivo, sus ojos azules como los míos, su cabello castaño oscuro, sus labios rosados que en veces daban ganas de besarlo. Cuando lo conocí, ya estaba saliendo con Nathan, pero eso no impidió que fuéramos amigos.
Estábamos muy cerca de nuestros labios, pero ninguno tomaba la iniciativa, hasta que por fin el junto nuestros labios. No era un beso desesperado, pero tampoco lento, no sabré describir lo que siento en este momento; emoción, alegría o pasión, no lo sé.
Abro los ojos y veo que tiene el ceño fruncido, tal vez le duela la herida, trato de llevar el beso más lento, él me toma por la nuca para profundizar más el beso, yo empiezo acariciar el cabello y despeinar lo un poco.
Unas voces interrumpen el beso, eran Coty y Ari. Nos separamos de inmediato y nos levantamos. Las chicas entran al salón, ambos tenemos la respiración agitada, espero y no se hayan dado cuenta de lo que estábamos haciendo.
—Aquí estás —dijo Coty—. ¿Te hizo algo ese hijo de puta?
—No, estoy bien gracias.
—Tu dinos para irle a partir su cara de "galán" que tiene —dijo Ari haciendo comillas en galán.
—No estoy bien.
—Bueno creo que debemos de irnos antes de meternos en problemas —dijo Damián sonrojado.
Me imagino que ambos debemos estar igual de rojos, todos tomamos nuestras cosas y nos fuimos a nuestros salones.
Durante todo el día no vi a Nathan ni tampoco me llamo, al parecer si cumplo con el tiempo que me dijo, pero yo no le voy a dar una segunda oportunidad.
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protagonista villano, mafia obsesión, karma justicia y venganza
Editado: 23.09.2025