Capítulo 4 || A solas

Decidí llamar a Damián y platicar un poco sobre esta situación, hablar con Damián me tranquilizaba un poco y me hacía sentir segura.

—Hola —escucho su voz a través del celular.

—¿Interrumpo algo?

—No, ¿pasa algo? —se escucha tranquilo.

—No solo que me sentía un poco sola y no tenía con quién hablar, me dijeron que viniste a mi casa a entregar el cuaderno.

—Si, lo quería entregar directamente, pero me dijeron que no estabas y se lo entregue a tu mamá.

—Si, me fui a pasar el fin de semana con Coty —mentí—, a despejar un poco mi mente con todo esto que está pasando con Nathan.

—Eso es bueno, ¿te ha seguido molestando?

—No, no me ha hablado.

No le quería decir que había regresado con él, se iba a molestar y no quería eso

—Espero que acepte tu decisión.

—Eso espero —suspiré—. ¿Estabas haciendo algo importante? —cambie de tema.

—No, estaba recostado en mi cama, pensándote.

Eso hizo que el calor de mis mejillas aumentará.

—No sé si eso sea bueno o malo—comente nerviosa—, espero que sea bueno.

—Me imagino que sí —hubo un silencio entre nosotros—. ¿Qué vas a hacer después de que te quedes soltera?

—No lo sé y tampoco hay que cantar victoria.

—Tampoco es que siempre estés con él, algún día van a terminar.

—Espero que sea pronto.

—Yo también —al parecer se dio cuenta de lo que dijo—, que diga que ojalá que Nathan no te siga molestando —se corrigió.

Me empecé a reír, no sé por qué, pero me pareció tierno eso, él soltó una risa nerviosa.

—¿Damián Fox nervioso? Eso sí que es nuevo —sabía que ese no era su apellido, pero nos gustaba molestarlo diciéndole así.

—¿Quieres que te mate ojitos? —me siguió el juego.

—Pensé que ya no me ibas a decir así.

—Si a ti no te molesta te puedo seguir llamando así, solo que Nathan no lo escuché porque se le mete el diablo.

Volví a empezar a reír, creo que fue buena idea llamar a Damián.

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Cuando salí de mi casa lista para irme al colegio, Nathan estaba afuera de mi casa recargado en su coche al parecer esperándome

—¿Qué haces aquí?

—Tenemos que llegar al colegio junto, cielo, recuerda que tenemos que hacer que olviden la pelea —me dio un corto beso y me empezó a empujar hacia el auto—. Vamos.

Durante el camino intento hacerme plática, pero le contestaba fríamente.

Llegamos al colegio y todos se nos quedaban viendo, otros susurraban cosas, estoy segura de que deben estar hablando mal. Vi a Coty y Ari y ambas tenían expresión de decepción.

—Voy a ir con mis amigas.

—Está bien amor —me dio un beso en la mejilla y se fue con sus amigos.

Yo me acerqué a las chicas y sabía que las dos me iban a regañar.

—Pelotuda me dejaste esperando toda la puta tarde, ¿dónde estabas? —dijo Coty sacando su acento argentino.

—Perdón, no pensé que Nathan llegara a mi casa a llevarme a pasar un fin de semana con él.

—¿Me imagino que regresaron? —dijo Ari.

—Si —me dio vergüenza confesarlo

—Dios mío dame paciencia y culo de resistencia para no matar a esta pelotuda —dijo Coty agarrándose los párpados—. Pero que tiene ese man para que no termines con él.

—Pues... —Damián llegó con nosotras y me impidió continuar.

—Hola ruidosas —llegó alegre.

—Hola Damián —lo saludamos las tres.

A lo lejos pude sentir la mirada fría de Nathan que me veía de lejos.

—Si me disculpan, tengo que ir al baño.

—Está bien —dijeron los chicos.

Me fui directo al baño y ahí estuve hasta que comenzaron las clases, evité la mirada de Damián y la de Nathan durante todas las clases

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Llegó la hora del almuerzo y a Coty le iba a tocar comer sola ya que Ari y yo íbamos a comer con nuestros novios, desventaja de ser la soltera del grupo.

—¿Y entonces con quién voy a comer? Si vos tampoco vas a estar —se quejó Coty

—Puedes comer cerca de la basura así se hacen compañía —dijo Ari bromeando.

—Jajajaja, que chistosa—rio sarcástica.

—Damián también está solo —comente—, puedes comer con él.

—Está bien, me voy ya que ustedes no me quieren —dramatizo.

—Adiós —le respondió Ari.

Nosotras nos acercamos a la mesa donde los chicos ya estaban ahí, Ari se sentó a lado de Dominik, su novio y yo al lado de Nathan, él tomó me la cintura para acercarme más a él.