Capítulo 5 || Maldita foto

—¿Qué está pasando? —pregunta Nathan.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunta una voz femenina—. Se supone que los únicos que deberían estar aquí es la señorita Collins y el señor Jones, los demás vayan a sus clases.

Ari, Coty y Nathan salieron y el último solo me dedico una mirada amenazadora

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Salí del aula y afuera ya me estaban esperando mis amigas.

—Cuéntanos ¿qué te dijo la profesora? —preguntó Ari.

—Más bien ustedes me pueden explicar que estaba pasando, ¿porque no querían que entrara Nathan?

—Pensábamos que ya estabas hablando con la profesora —dijo Coty—, no queríamos que los interrumpiera.

Algo no me cuadraba

—Está bien, digamos que les creo —empecé a caminar hacia la siguiente clase.

—Por cierto —Ari hizo una pausa—, cuando los encontramos ustedes estaban muy juntos —me detuve en seco—. ¿Qué estaba pasando antes de que llegáramos?

—Nada —traté de sonar segura.

—¿Segura? —cuestionó Coty—. Yo también los vi muy juntos como si se estuvieran besando.

—No pasó nada ya les dije —compartieron una mirada—. ¿Saben algo que yo no sepa? —cuestioné.

—No nada —dijeron al mismo tiempo.

—Bien, entonces vámonos a la siguiente clase.

Las tres entramos tarde a la siguiente clase. Lo que faltaba de clases no vi a Nathan. La profesora me pidió que le ayudará a Damián con sus tareas ya que iba un poco retrasado con las actividades, habíamos quedado en vernos en la tarde para estudiar, el problema era decirle a Nathan que me iba a ver con Damián después de clases para estudiar.

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Cuando salí del colegio, Nathan ya estaba afuera esperándome para acompañarme a mi casa, durante el camino nadie dijo nada hasta que llegamos a mi casa y él habló.

—¿Qué estaba pasando en el salón antes de que llegara?

—No pasó nada —mi voz sonó fría.

—¿Para qué quería hablar contigo la profesora?

—Me pidió que ayudará a Damián a estudiar por las tardes, de hecho hoy tengo que ir a verlo a su casa a estudiar.

—Voy a ir a dejarte y voy a traer de regreso a tu casa, tampoco quiero que estés sola en su casa que mejor sea en un restaurante o en una cafetería y desde lejos voy a estarte observando.

No dije nada y me salí molesta del auto.

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Esa tarde Nathan me dejó en casa de Damián y estudiamos unas horas, el ambiente entre Damián y yo era tenso, nadie decía nada sobre lo que pasó y lo mejor era darle vuelta a la página.

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El día fue normal, al parecer Damián sabía que no podía estar cerca de él ya que no nos saludó y eso me afectaba ya que él no tiene la culpa de los celos de Nathan. En la tarde Nathan no pudo dejarme en la cafetería como habíamos quedado así que fui sola y fue mejor para poder concentrarme y no sentir la mirada de Nathan.

—Y creo que eso es todo por hoy.

—No sé en qué momento se me juntaron tanto los trabajos —dijo Damián.

—A todos nos pasa.

—¿Quieres un café o algo?

—Está bien, un café estaría bien.

El mesero se acercó y los dos pedimos un café.

—¿Cómo van las cosas con Nathan? —cambio de tema y no quería hablar de eso.

—Pues creo que bien.

—Ya no eres feliz con él ¿cierto?

—No, pero tengo que estar con él si no quiero que le haga algo a mi familia.

—Estás con él porque te amenazó ¿verdad? —asentí—. Porque no lo denuncias o algo.

—No tengo pruebas y su familia tiene abogados, es obvio que perdería, además no quiero involucrar a mi familia.

—Mi tío es abogado y estoy seguro de que te va a querer ayudar.

—Gracias —le agarré la mano—. Eres un gran amigo.

—¿Solo un amigo? —asentí—. Pensé que éramos más que amigos por lo que pasó el otro día.

El color carmesí se apoderó de mis mejillas, pensé que no lo mencionaría.

—Bueno... —no tenía palabras—. Damián...

—No tienes que decir nada —se acercó—, es obvio que solo somos amigos... —estaba a pocos centímetros de mis labios—. Solo que también los amigos se pueden besar ¿cierto?

No dije nada, tomó mis labios y los estampó contra los suyos, había olvidado ese sentimiento que sentí por primera vez el otro día. Ahora no sabía si solo quería a Damián como solo un amigo o algo más. Él tomo mis mejillas y las empezó acariciar, yo lo agarre del cabello para intensificar más el beso.

Al parecer les gusta interrumpir nuestros besos ya que el mesero llegó con los cafés y nos tuvimos que separar.

Nadie dijo nada después de eso, ambos nos tomamos nuestros cafés y después de ahí nos fuimos a nuestras casas, Damián quería acompañarme, pero yo le dije que no, no quería que Nathan se lo topara o algo.