Mi Obsesión

Capítulo 11 || Creo que te amo

Damián y yo juntamos nuestros labios en un beso calmado, ya era una costumbre besarnos y ya no me sentía culpable.

Me gustaba acariciar su cabello mientras nos besábamos, sus manos acariciaban mi cintura y yo profundizaba más el beso tomándolo por la nuca.

Hizo que avanzáramos hacia su cama, me recostó delicadamente y se subió arriba de mi sin aplastarme.

Nos separamos un momento para tomar aire y nos miramos a los ojos, ambos queríamos esto, yo lo quería y él también, nos volvimos a besar con más intensidad.

Sus manos viajaron a mis caderas y empezaron acariciar mi cintura por dentro de la blusa.

Mis manos acariciaban su espalda musculosa, se notaba que hacía ejercicio. Lo ayude a quitarse la chaqueta y él también hizo lo mismo con la mía.

Sus besos húmedos bajaron a mi cuello dejando un rastro de saliva en ello, bajó los tirantes de mi blusa para facilitar su acceso.

Yo incliné mi cabeza hacia tras para darle más espacio. Sus manos iban subiendo hacia mi estómago rozando mis pechos, solté un pequeño gemido.

No había nadie en la casa, pero sentía extraño, ¡Estábamos en su casa!

—Puedes gritar todo lo que quieras, nadie nos va a escuchar, podemos disfrutar nuestro momento—volvió atacar mi boca con sus besos.

Me quitó la blusa que traía y la aventó lejos de mi alcance, yo hice lo mismo con su playera.

Volvió a besarme con intensidad y fue bajando sus besos a mi clavícula y pechos lo que mi sostén lo dejaba. Yo acariciaba su abdomen trabado mientras el desataba mi sostén y hacia lo mismo que con la blusa, lo lanzo lejos.

Gemí cuando su boca empezó atacar mis senos, sus manos recorrían mi abdomen y llegaban a mi pantalón, empezó a desabrocharlo y deslizándolo por mis piernas.

Me daba pena que me viera así, pero él me miraba como si fuera lo más hermoso que había visto y eso se sentía bien.

—Eres hermosa Mía—susurro en mi oído.

Mi mente viajo cuando Nathan se me declaro.

—Bueno si eres hermosa y punto.

—¿Te gustó? —empecé a entrar en shock.

—Me gusta tu comida —esquivo mi pregunta.

—No te estoy preguntando eso, ¿Te gustó o no?

—Me gusta tu personalidad, tu forma de ser y que eres hermosa y todo eso.

—¿Mas hermosa que la muerte?

—¿Por qué me pones a decidir? —suspira dramático—. La muerte es hermosa y reluciente, nada más que la muerte, pero tú rostro, tu alma, todo de ti hasta incluso me pone a pensar que la muerte no es nada comparado contigo.

No dejaré que Nathan arruine este momento.

Él se desabrochó el pantalón y se lo quito quedando en bóxer, no puede ser que lo vayamos hacer.

Él poco a poco fue bajando mi panty estando completamente desnuda frente a él, no era la primera vez que lo hacía solo que Damián me hace sentir como si fuera principiante y dudo que él lo sea.

Se dedicó unos momentos acariciar cada parte de mí y me deje llevar por el tacto, ambos nos quedamos completamente desnudos.

Se alejo un momento y estiró el brazo a su buro a sacar algo de ahí era un preservativo y se lo coloco.

Volvió acercarse a besarme tiernamente, acariciando mi cintura.

—Mía... me gustas —hizo una pausa—, y no solo es atracción física si no también emocional, yo no te quiero para una noche, yo te quiero para toda la vida y si es posible para toda una eternidad.

Me quedé callada y lo bese, él se acomodó entre mis piernas, me volvió a besar y en ese momento deje de pensar y empecé a sentir, mi corazón latía desabocado, sentía un nivel extremo de excitación, después de tiempo me volví a sentir... deseada, que podía volver a provocar deseo en alguien y con la confesión de Damián, no solo elevó mi autoestima, sino mi esperanza de tener algo mágico con alguien.

Tomé su cabello en un puño, junté nuestros labios, mordí su labio inferior, mientras él se movía dentro de mí, reprimí un gemido, aumento el nivel de sus embestidas, su mano apretaba mi muslo, solté su cabello y agarre con fuerza la sábana. Besó mi cuello, gemí en su oído.

Solté la sábana y ahora enterré las uñas en su espalda, jadeo y abrí más las piernas dándole más acceso. Sus besos fueron más allá, fuero descendiendo por el camino de mis pechos, mi vientre, salió de mí y empezó a besar mi sexo, su cabeza estaba entre mis piernas, besaba, lamía y dejaba marcas en mis muslos internos, duró así unos minutos y después se alejó de mi intimidad y me volvió a besar, mi sabor aún seguía en sus labios, su lengua invadía mi boca, hubo una guerra de lenguas.

Me volvió a embestir, solté un gemido alto, esta vez sentía que ya no iba a durar demasiado y así fue, primero llegué yo al orgasmo y después él, por último, nos besamos con más tranquilidad, me sentía agotada, sentía las piernas flaquear, salió de mí, me di la vuelta, sentía vergüenza, cerré los ojos un momento y sin planearlo me quedé dormida, solo sentí como Damián me abrazaba por la cintura.

° • ° ★ ☠️🖤 ★ ° • °

Despierto y noto que todavía es de día, siento un brazo en mi cintura, es Damián que también está dormido.

Trato zafarme sin despertarlo, agarro mi ropa y me voy a mi cuarto a cambiarme, mi celular está lleno de mensajes del grupo de las chicas preguntando por mi

<Novenas>

Coty ✨:

¿Y Mía?

Ari ❤️:

¿Quién sabe? ¿La viste en el descanso?

Coty ✨:

No

Ari ❤️:

¿Mía?

Coty ✨:

Te invocamos

Mía:

Hola, me sentí mal y Damián me acompaño a casa

Ari ❤️:

¿Y porque no contestabas?

Mía:

Me quedé dormida

Coty ✨

¿Ya te sientes mejor?

Mía:




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