Mi Obsesión... Mi Salvación

Capítulo 36

Capítulo 36

Sabine

Hoy era un día tranquilo. Bueno todos los días desde que fuimos con mis papás, habían sido días tranquilos, con Dorian y yo pasando esos días sumergidos en una felicidad enormemente grande.

Planeábamos cosas para el bebé como la cuna que compraríamos, nombres de niña y niño, colores para la habitación… hasta hablábamos de rutinas y horarios como si fuésemos expertos en bebés. Realmente era tan feliz, nunca pensé que podría lograr esta clase de felicidad.

Hoy me encontraba en el refugio, trabajado, aunque era más como una figura decorativa, no estaba haciendo nada que requiriera un esfuerzo físico más haya de caminar. Dorian se había encargado de decirle a Clara que no me dejara hacer absolutamente nada pesado. Por el bebé, lo había dicho con ese tono mandón que solo él sabía usar, posiblemente asusto a Clara.

Y no podía molestarme por eso, entendía que estaba muy nervioso y no quería que nada malo pasara. Pero lo cierto es que estaba aburrida. Muy aburrida. Mi única tarea era revisar inventarios, revisar las hojas de solicitudes de adopción y catálogos, y ninguno lograba mantener mi atención por mucho tiempo.

Justo estaba hojeando un catálogo de ropa de maternidad, con imágenes de modelos que lucían más glamorosas que embarazadas, cuando de repente mi teléfono vibró.

El nombre de Leslie apareció en la pantalla.

La sonrisa que se formó en mi rostro por instinto, se quebró tan rápido como había aparecido. Después de nuestra discusión, no habíamos hablado. Ni un mensaje, ni una disculpa… nada. Hasta ahora.

—¿Hola? —contesté con una mezcla de curiosidad y molestia.

—Sabine… — dijo pero su voz, estaba temblorosa, como si estuviera a punto de llorar. —¿Puedes venir a… a mi departamento? N-necesito hablar contigo, por favor.

Me enderecé en la silla, alarmada por su tono.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?

—No… terminé con Conor… definitivamente. —dijo entre sollozos esta vez. —Y necesito a mi amiga. Te debo una disculpa. Por todo. Pero por favor, ¿puedes venir? No sé con quién más hablar…

Su voz me rompió. A pesar de todo lo que había dicho antes, de cómo había reaccionado ante mi embarazo y todo lo hiriente que dejó después, seguía siendo mi mejor amiga. Y ahora sonaba… asustada… Desesperada.

—Está bien. Dame unos minutos. Voy a pedir permiso aquí en el refugio y paso a verte en cuanto pueda.

—Gracias. Por favor… no tardes. —dijo en un susurro antes de colgar.

Me apresuré hacia donde estaba Clara alimentando a los cachorros.

—Clara, ¿crees que pueda salir por el resto del día?

Ella me miró con la ceja levantada.

—Si, pero ¿Pasa algo?

—Una amiga necesita ayuda. Tiene problemas… y necesita que valla.—dije para evitar dar detalles innecesarios.

—Por supuesto, Sabine. Ve tranquila.

Mientras salía, le escribí un mensaje a Dorian. No le conté todo. Si lo hacía, lo más probable es que insistiera en acompañarme o . No quería alarmarlo. Solo necesitaba resolver esto por mi cuenta.

S: Dorian, voy a ir a ver a Leslie. Vamos a hablar y esperó arreglar las cosas.

Su respuesta llegó casi de inmediato.

D: ¿Estás segura, solecito?

S: Sí. No te preocupes, voy con los chicos. Además es en su departamento. No pasará nada.

D: Está bien. Me escribes si pasa cualquier cosa. En serio, cualquier cosa. Si vuelve a decir otra tontería, me tienes que decir y veré cuál es su maldito problema.

S: Está bien, pero no te alteres.

Ya afuera les dije a Camilo, Alex y Víctor que me acompañaran al departamento de Leslie. Al principio no estaban del todo convencidos, pero aceptaron en cuanto les dije que Dorian sabia del cambio de planes y que si querían le llamaran.

Pero en lugar de eso nos pusimos en marcha, pero estoy segura que Camilo en le camino le mando un mensaje a Dorian.

…………………....

Cuando llegamos, me bajé del auto y les pedí a los chicos que me esperaran ahí abajo. Quería hablar a solas con ella y no quería que se sintiera incomoda por su presencia. No estaban tan convencidos pero al final aceptaron quedarse.

Subí por el elevador con una extraña sensación en el pecho. El ya en la puerta de su departamento note que el lugar se sentía… demasiado silencioso. No se escuchaba música, ni el típico murmullo de fondo de la televisión. Era como si la vida se hubiese detenido allí.

Toqué el timbre pero estaba desconectado, eso era raro, pero aún así que toque la puerta.

—¿Leslie? Soy yo. —dije en voz baja.

Tardó unos segundos en abrir, y cuando lo hizo… sentí un nudo en el estómago.

—¡¿Qué te pasó?! —exclamé, dando un paso hacia ella.

Tenía un enorme moretón alrededor del ojo izquierdo, de un intenso color morado, la piel el contorno de su ojo la tenía inflamada, casi cerrándole el párpado. Su rostro estaba pálido y sus labios agrietados, pero lo que más me sorprendió fueron sus ojos… estaban apagados.




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