Cristopher
Escucho el despertador y me levantó para ver la hora; 6:00 a.m.
Me voy a dar una ducha y salgo 15 minutos después, comienzo a vestirme, después bajo y desayuno un café y un croissant, terminado me cepillo los dientes y cuando estaba por salir recuerdo algo, y regreso a mi habitación.
—Oye. — le dije a la mujer que está en mi cama dormida. —¡¡Ey!! — cómo no respondía y no recordaba su nombre comencé a moverla.
—Mmm, ¿qué pasa? ¡¡Déjame dormir!! — contesta la mujer. —Nada de dormir, levántate que ya me tengo que ir. — la chica me obedeció, se levantó, se vistió y caminamos hasta la salida.
—Fue una noche muy agradable, si quieres repetir llámame. — me dio un pedazo de papel y se alejó caminando de una manera muy provocativa.
—También me la pase bien, pero lamento decirte que he estado con mejores. — tiré el papel y me subí a mi auto, mientras conducía comencé a recordar todo.
Ayer regrese de París al haber cerrado un negocio, llegue en la tarde a New York y como la noche apenas estaba iniciando, solo llegue a mi departamento para cambiarme y me fui a una discoteca donde conocí a aquella mujer. Bailamos, tomamos, tuvimos sexo y ahora estoy llegue a la empresa.
Estacione mi auto, baje y al llegar a la entrada, el guardia de seguridad me saludo amablemente y yo hice lo mismo, cuando ya estaba adentro pude alcanzar a ver como una persona entraba a el elevador y subía al piso 25 que es donde está mi oficina, llame al elevador y espere. Al llegar al piso y las puertas del elevador se abrieron, esa persona se giró y descubrí que se trataba de una mujer.
Se quedo inmóvil, solo mirándome.
Me acerque a ella y cuando la tenía a pocos centímetros la mire de arriba hacia abajo, es una mujer joven, piel blanca, su pelo es lacio y color castaño, lo lleva suelto el cual le llega hasta la cintura, sus ojos son color marrón oscuro, viste una camisa blanca de maga larga la cual esta fajada con una falda negra pegada que hace resaltar sus hermosas curvas y por último su cuerpo que no está nada mal.
En pocas palabras es una mujer hermosa, pero es la primera vez que la veo por lo que me controlo y la miro a los ojos
—¿Quién eres? Y… ¿Qué haces aquí?
<Alisha>
¡¿Que debo de hacer?!
El hombre aún sigue mirándome y yo no sé cómo salir de esta, piensa Alisha, piensa. Y como si el foco en mi cerebro se encendiera después de unos segundos, me dan ganas de golpearme por mi torpeza y recuerdo que soy nueva lo cual me da una gran excusa.
Miro al hombre y comienzo hablar.
—Perdone soy nueva, hoy es mi primer día de trabajo y como llegue antes comencé a conocer la empresa por mí misma. — el hombre me siguió mirando, yo solo quería que esto terminara rápido.
—Ya veo. — dijo y después hizo una mueca. —¿Tu nombre?
—Alisha... Alisha Johnson. — el me vuelve a mirar de arriba hacia abajo y eso me pone incomoda, pero después parece recordar algo y otra vez me mira.
—¿Johnson? ¿Eres familia de Denis Johnson?
—Si, ella es mi hermana mayor. — respondí a la pregunta de aquel hombre al cual de la nada se le dibujo una hermosa sonrisa en la cara dejando ver sus dientes que relucían de blancos.
—Eres igual de hermosa que tu hermana, no, de echo eres más hermosa que ella.
¿Pero qué demonios dice este tipo?
—Bueno... muchas gracias, pero no exagere, sin duda ella es más linda que yo. — le dije mostrándole una sonrisa falsa.
—No digas eso, una mujer hermosa no debería de decir eso de ella misma. — empieza a acercarse y yo sólo me quede parada pensando en que decir ya que esto me tenía muy incómoda.
—¿Y usted quién es? — le pregunte para dejar el tema de quien es la más bonita a un lado, el hombre se detuvo.
—Yo soy Crís... — el de la nada se calló y parecía estar pensando en algo, segundo después volvió a sonreír, pero esta vez era una sonrisa diferente, como la de un niño planeando una travesura.
—Mi nombre es Erick ñaz, trabajo en diseño gráfico. Ya que eres nueva, puedes pedirme ayuda cuando tengas problemas. — vaya, este hombre no es tan malo después de todo.
—Muchas gracias Erick, a partir de hoy trabajaré aquí, cuento con tu ayuda. — esta vez mi sonrisa era sincera, pero saque con rapidez mi celular y mire la hora; 7:10 a.m.
¡Mierda!
Me maldije por dentro.
—Lo siento Erick, tengo que irme. — salí casi volando hacia el ascensor, apreté el botón y espere a que llegara, pero escuche a Erick que dijo mi nombre, me gire y él ya está cerca, muy cerca.
—Te deseo buena suerte en tu primer día. — Erick extendió su mano y yo le sonreí pensando que sin duda es una buena persona. —Muchas gracias y yo te deseo un lindo día. — le di la mano. —¡Espero volv...! — de repente sentí un impulso que me atraía hacia Erick para después sentir algo que presionaba mis labios.
Todo sucedió tan rápido que me costó un poco asimilarlo, el impulso que sentí fue de Erick, quien me jalo del brazo y ahora me está besando. Después de unos segundos de luchar con su fuerza, pude apartarlo y al instante lo golpe con el puño cerrado. Yo no soy de esas mujeres que suelen golpear con la mano al aire, si yo le pegó a alguien lo hago como debe de ser y cuando lo hago es porque estoy furiosa y en este momento estoy echando humo por todas partes.
—Tienes pesada la mano. — dijo mientras se enderezaba y trataba de tocarse en donde lo golpe.
—¡Te lo tienes merecido! — con una de mis manos talle mis labios.
—Que mala, hacer eso enfrente de mí. — pero que descarado, sin lugar a duda este hombre se ha vuelto la persona que más odio en el mundo, a pensar que hace algunos minutos lo veía como un ángel, cuando en realidad es un demonio.
—¿Por qué lo has hecho? — le reclame con un tono muy molesto.
—Lo siento, acabo de regresar de París y es normal saludar o darle la bienvenida a alguien con un beso.
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Editado: 26.12.2021