Mi odiado y amado jefe

Capítulo 9

Un mes ha pasado desde que empecé a trabajar y me enteré de que sería tía.  Desde aquella noche, Saya comenzó a vivir con nosotros y como lo dijimos, no la dejamos hacer los deberes de la casa, pero después de largas discusiones llegamos al acuerdo de que haga cosas ligeras como: cocinar, lavar los platos, poner la mesa, etc.

Con mi trabajo estoy más que feliz, desde aquella vez no me he encontrado con el jefecito de arriba y en mi puesto he progresado mucho, ya me encargan más trabajo y eso me encanta, además una semana después de que entre a trabajar conocí a Jennifer Tell, es una agradable chica que al poco de conocerla se ha ganado mi confianza, pero, aunque mi vida parece ir muy bien, desde hace un mes y medio no he podido estar tranquila.

—Edi ya me voy, aquí están los papeles que me pediste y me llevare algunos para revisarlos y que no se te olvide que dentro de 1 hora tienes que ir a comer con uno de los accionistas, aquí está la dirección. — le deje en su escritorio las carpetas y el papel con la dirección del encuentro.

—Está bien, gracias como siempre Ali, Suerte en la universidad. — salgo de la oficina y subo al ascensor, llego al estacionamiento y me dirijo a la universidad.

Desde hace una semana llevo lo necesario en mi auto para irme directamente saliendo del trabajo, después de 15 minutos ya estoy estacionando mi auto y camino hasta mi salón. Me ha funcionado de maravilla y evito estar apurado.

—Buenas tardes. — saludé a algunos profesores que me cruzaba en el camino, cuando ya estaba en la puerta del salón, cerré mis ojos y tomé aire. Segundos después entre y fui a donde siempre me siento, y como era de esperarse ahí estaba ese sobre amarillo.

Tome asiento y luego agarre el sobre, lo mire por todas partes para encontrar una firma, pero nada, lo abrí y lo que contenía siempre hacía que mis manos tiemblen un poco, el sobre siempre tiene fotos mías; en las clases, cuando salgo a caminar, cuando cómo y ahora también del trabajo.

—Parece una película de terror. — susurre. Suspire y después busque la nota que siempre deja, y cuando la encontré la leí sintiendo una opresión en mi pecho.  

"A donde quiera que vayas brillas, y tu brillo es quien me guía para encontrarte y evita que caiga en engaños" 

Busque por toda la tarjeta una inicial o firma, pero es inútil.

—¿Ali? — estaba tan metida en mis pensamientos que me olvide de todo lo de mi alrededor.

—Alejandra. — la mire un poco nerviosa.

—¿Pasa algo?

—No, nada. — sus ojos bajaron a las fotos, rápidamente las guarde y me miro curiosa.

—Son muchas fotos, ¿no lo crees? — desvíe la mirada un momento mientras pensaba en que decirle.

—Si. — conteste sonando lo más normal posible. —Estoy planeando hacer un álbum y regalárselo a Richi, con eso de que se ira de viaje en las vacaciones. — sonreí. —Y no quiero que se olvide de mí. — Ale para mí suerte se lo creyó y rio.

—De verdad que son muy buenos amigos. — me reí con ella para no romper el ambiente. —Me guastaría tener una relación como la de ambos.

—Pero te pido que no le digas nada, quiero que sea una sorpresa

—Está bien, pero mi silencio no será gratis. — le sonreí.

—¿Qué te parece un café después de las clases?

—Claro.

Debo de tener más cuidado, Ale se sentó a mi lado hasta que se terminaron las clases y como quedamos fuimos por un café acompañado de un pastel, ella pidió de chocolate y yo de queso. Cuando terminamos la lleve a casa, y poco después ya estaba afuera de mi casa. Baje del auto y mi celular vibro, se trataba de un numero desconocido que me ha enviado un texto.

"¿Estaba rico el pastel?" 

El mensaje venia acompañado de una foto mía con Ale en el café del que salimos hace rato, sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo y las piernas comenzaron a temblarme, Miré hacia todos lados, pero no encontré nada, además ya era de noche, y aterrorizada entre a casa y cerré la puerta.  

—Ali, bienvenida, La cena estará dentro de poco.

—Está bien, solo me cambio y bajo. — Saya camino hacia mí y me miro confundida. —¿Pasa algo?

—Creo que soy yo quien debe preguntarte. — fruncí el ceño y por suerte logré mantenerme serena. —Estas pálida, ¿qué paso? — oh era lo que creía.

—Nada, solo un gato me asusto al dar un brinco sobre mi auto.

—Bueno, sube a tu habitación y cambiante. Yo te prepararé un té que es bueno para los sustos. — asentí y subí a mi cuarto, cuando entre le di de comer a Pinki y me acosté en mi cama.

—Maldición. — maldije mientras me abrazaba y trataba de controlar mi temblor. Yo Alisha Johnson estoy siendo acosada por un loco que me vigila día y noche. —Quiero un flan.

En realidad, quiero llorar.

Todo empezó hace un mes y medio cuando encontraba un pétalo azul en donde me siento en la universidad, pensaba que se trataba de una broma de mal gusto y no le tomaba importancia, pero una semana después de que empecé a trabajar los pétalos se convirtieron en sobres que contenían fotos mías adentro, como los de esta mañana.

Desde ese día siempre estoy alerta y trato de todas las maneras posibles de que nadie se entere, en este momento todos están muy ocupados con lo de la boda y el estado de Saya es delicado, por esa razón no hay tiempo para ponerle atención a mis problemas, además siempre he arreglado mis asuntos yo sola, así que creo que puedo controlarlo y si es necesario usare la violencia, no por nada asiste 2 años a clases de defensa personal junto con Richi, pero ahora lo que me preocupa es saber cómo consiguió mi número.

—¿Ali? — escuche una voz fuera de mi cuarto. —¿Puedo pasar?

—Si, ¿Qué pasa Jean?

—Eso dímelo tú, Saya me dijo que estabas pálida y que era porque te asusto un gato, ¿es verdad?

—Si, cuando baje del auto un gato salto y me asunte. Eso fue todo. — Jean me miro seriamente.




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