Mi odiado y amado jefe

Capítulo 12

<Cristopher>

Hoy invite a Alisha a comer, diosito estaba de mi lado y ella acepto. Bueno, sonaba forzada y eso me dio un poco de gracia.

Las puertas del elevador se abrieron y ella estaba saliendo de la oficina de Eduar, luego me miro y al instante me quede hipnotizado por sus hermosos ojos, mientras caminaba miraba sus labios que tanto deseaba juntar con los míos. 

Ah, de nuevo ese lado atrevido sale de la nada.

Le pregunte si estaba lista y me dijo que si, subimos a mi elevador hasta llegar al aparcamiento, donde fue a ver si su auto tenía seguro, después me llego un mensaje y lo respondí. Cuando oí el sonido de sus tacones lo guarde, la mire y seguimos caminando hasta llegar a mi auto, le abrí la puerta, ella subió luego lo hice yo y salimos de la empresa.

En el trascurso ella solo miraba por la ventana y yo de vez en cuando la miraba de reojo, su vestimenta que es un vestido blanco con flores que le llega hasta las rodillas, unas zapatillas blancas con poco tacón y su pelo suelto, le queda de manera perfecta.

Es hermosa.

La lleve a el restaurante que solo conocemos Eduar, Denis y yo. Al entrar, la cara de Alisha dibujo una enorme sonrisa que la hacían ver más hermosa de lo que ya es, mi corazón dio un brinco al saber que esa sonrisa se debe a mí.

Luego de una pequeña charla nos llevaron a una mesa donde un chico tomo mi orden y cuando estaba tomando la de Alisha, pude darme cuenta de la mirada lasciva que le lanzaba. Tenía tantas ganas de golpearlo, pero en realidad no tengo ninguna razón por la cual hacerlo.

Y tampoco la tengo para estar molesto.

Me arme de valor y le pregunte si podíamos hablarnos de manera informal, ella aceptó y mi corazón dio brincos de felicidad, me sentía como un adolescente. Charlamos por un rato hasta que Ali saco su celular, pensé que era el acosador, pero eso salió de mis pensamientos cuando sonrió, aliviada.

—¿Buenas noticias? — le pregunte descuidadamente.

—Si, hoy será un día tranquilo de los cuales hace mucho no tengo. — me contesto, alegre. —Iré al baño, por favor no toque mi flan. — le sonreí.  

Cuando se fue, mi celular resbalo y cayó cerca de su asiento, me levante para tomarlo y en su bolso pude ver un sobre amarillo y recordé el sobre de la noche anterior, aproveche que los demás estaban en su mundo y tome el sobre, lo abrí rápidamente y dentro estaban fotos de ella.

La ira en mi se encendió, estoy tan enojado por no haberme dado cuenta antes. Ella en verdad sabe mentir. Sabe controlar sus emociones.

Busque la tarjeta y volví a guardar el sobre, luego me senté y ya que aún no regresaba, rápidamente tome su celular, que por surte no necesitaba contraseña, y busque el mensaje que había recibido.

“Hoy no pude estar cuidándote debido a que tuve cosas que hacer, pero espero te gusten mis fotos tanto como me gustan a mí. Recuerda que te amo.”

—Así que ha esto se refería con un día tranquilo. — puse el celular en su lugar y ella regreso, me alivie al saber que no se dio cuenta de nada, comenzó a comer el flan mientras sonreía y eso la hacía ver como una niña a la que tenía tantas ganas de mimar.  

Terminando su flan pedí la cuenta, salimos y regresamos a la empresa.

—Esperó que esto se puede volver a repetir. — dije, mirándola.

—Ya veremos, Cris. — su tono ya no era frío y eso me agrado.

Ella subió al elevador y yo subí al mío, entrando a la oficina saqué la tarjeta y la leí.

"Tu hermosura no se compara ni con la más bella flor, solo falta poco para que vuelvas a mi"

Mi rostro solo expresaba asco, tenis tantas ganas de encontrar a esta persona y golpearlo, pero mis humos bajaron un poco cuando escuche que tocaban la puerta.

—Adelante. — la puerta se abrió y entro Denis.

—Cris, aquí están los papeles para la junta del lunes. — los dejo en el escritorio.

—Gracias, Denis. — ella camino con dirección a la puerta. —Espera un momento. — la detuve y ella giro para mirarme.

—¿Qué pasa?

—Alisha ella… ¿no ha estado actuando rara? —Denis solo me miro confundida.

—No que yo sepa. —contestó. —Pero hora que recuerdo, Saya nos dijo a mi hermano y a mí que Alisha llegó hace una noche muy asustada.

—¿Asustada?

—Si, ella estaba pálida y temblando, pero dijo que un gato la había asustado. Mi hermano hablo con ella, pero le dijo lo mismo.

Ni siquiera a sus hermanos les ha dicho nada, ella ha estado soportando todo esto sola.

Eso me pone más furioso. ¿Cómo carajos no se han dado cuenta?

—¿Sabes algo? — me preguntó Denis.

—No, solo que ayer me encontré con ella y estaba un poco rara.

—Tratare de hablar con ella. — se quedó pensando un poco y después se fue.  

Yo solo pensaba en cómo ayudarla y se me ocurrió una idea, busque entre mis contactos el numero de un investigador privado de la familia Thompson y también busque el número de una agencia de seguridad.

—No permitiré que te pase nada Alisha.

Llame he hice una cita con ellos para mañana. Según el mensaje que esa persona dejo para Alisha, hoy estará a salvo, pero me urge contratar a unas personas que la cuiden día y noche.

 

<Alisha>

 

Ya han pasado tres semanas desde que salí a comer con Cris, desde ese día siempre que no voy a la universidad me invita a comer y yo aceptó. Aun no confió del todo en él, pero nos hemos empezado a llevar muy bien.

—Ali, baja a desayunar. — Saya, como siempre pendiente de nosotros.

—¡Si! ¡Ya voy! — me cambie y baje al comedor. —Buenos días. — salude a Saya y toque su pansa que ya está un poco hinchada por los 5 meses de embarazo.

—Buenos días, Ali. — me dio un plato con dos tostadas.

—¿Y los demás dónde están? — pregunte dándole una mordida a la tostada.

—Jean sigue durmiendo y Denis se fue hace rato.




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