¡Bienvenidos a los juegos interestatales de este año vigente!
Toda una multitud de adolescentes aplauden y gritan ovacionando. Del lado este del campo está Seattle Private School, no toda esa escuela asistió ya que la capacidad supera y por lo tanto es muy limitado, se los puede distinguir porque todos andan con un mismo uniforme color negro con franjas azul francia en las solapas de las chaquetas, la chicas están de chaqueta y falda y los hombres de chaqueta y un pantalón de vestir negro o azul. En cambio nosotros estamos del lado oeste del campo; los concursantes están hacia el sur —incluyéndome—.
Escuchamos las palabras del director de nuestra escuela ya que es el anfitrión, da palabras de aliento para todos por igual, deseando que pasemos esos cinco días llenos de armonía y unión. La directora de la otra escuela también lo hace, es una mujer que se ve calmada, parece joven y al parecer se cuida bien o realmente es muy joven.
Cuando terminan sus discursos, comienzan a presentar los equipos y sus animadores. La otra escuela se ríen al ver que el equipo de natación no tiene animadores y que los de hockey sobre hielo sólo tiene a dos, en cambio ellos son siete.
—No dejes que te intimiden —murmura Laurent dedicándoles una falsa sonrisa—, sus pasatiempos favoritos es hacernos menos.
Sí, y eso no me relaja. Más presión para mis hombros. Pero una idea surge en mi cabeza.
—¿Por casualidad hay otra pista de hielo en la ciudad que podamos ir?
—Agatha, fue suficiente entrenamiento y tienes que usar hasta doble media para que no se noten tus marcas en las piernas —gira a su cabeza viéndome con obviedad, en cambio yo niego sonriéndole—. ¿Qué quieres hacer?
—Simple, cambiar las reglas del juego —ella parece confundida pero yo no me quedo a escuchar más los comentarios de la otra escuela—. ¿Y si hacemos historia?
—Pero —camino de vuelta hacia la escuela donde yace casi vacía—, ¡tres días tenemos contando hoy!
—Temes a perder —ella de pronto queda sería y su actitud cambia a una altiva.
—Yo nunca pierdo —hace a un lado su cabello a paso apresurado por delante de mí, un grupo de los estudiantes de la otra escuela se quedan viendo su andar por no decir que le ven su marcado trasero—. ¡Que los juegos comiencen!
Ahora sí sacaré provecho.
👑👑👑
Gracias a los encantos de mi amiga, logramos reunir a un grupo considerable de estudiantes, algunos cantaban, otros tocaban diversos instrumentos, y con la ayuda de Lucy pudimos encontrar a tres amigos que les gusta todo lo que tiene que ver la moda.
—Lo que menos tenemos es tiempo —dice Lucy golpeando un dedo en la mesa—, conseguiremos más recursos para los accesorios y la tela, de seguro en la sala de arte y teatro habrán retazos que podremos reciclar.
—Me encargaré —digo de repente atrayendo todas las miradas—. Yo buscaré eso, no se preocupen.
—Que los chicos te ayuden, ellos saben cómo organizar —señala a las dos chicas y al chico del medio que es más alto que todos nosotros.
—Perfecto.
—El resto a componer, algo que sea apto para las animadoras —ellos se miran pensativos y asienten algo indecisos—, ya saben la coreografía de todos la han visto...
—Ese es el punto —interrumpo a Lucy que lentamente gira la cabeza, dedicándome una mirada llena de sorpresa y entendimiento—. Cambiaremos una coreografía.
—¿Agatha, te escuchas? Con suerte se podrá ensayar dos días —señala de manera obvia, el resto asiente en silencio dándole la razón.
—Lo sé.
—Pero tiene razón —Laurent se sujeta el mentón, pensativa—. Con suerte llegaremos a medias con la coreografía armada.
—Pero es poco tiempo, más para alguien nuevo que no lo ha visto antes —Lucy me dedica una rápida mirada—, sin ofender.
—Entiendo —hago un ademán con la mano, restándole importancia—. Es verdad que soy nueva y me cuesta, no estoy acostumbrada hacer coreografías con una estructura específica, soy de dejarme llevar.
—El primer día hiciste perfecto los pasos —Laurent me da la razón, mientras que el resto me observa con curiosidad—, pero en este tiempo no lograste adaptarte a esta nueva estructura y es entendible, no patinas mal, sólo que has llevado otro ritmo antes.
—Así es —no he sido de intimidarme con tantas miradas ya que crecí con tanto público encima mío, pero en este momento ellas parecen ver más allá de la fachada que he construido y eso me preocupa—, aún así estuve dispuesta ayudar, pero acabo de darme cuenta que no servirá para enfrentarnos a la otra escuela, si no hay tiempo para el resto de los equipos en poder cambiar, por lo menos podemos dar una mejor impresión el último día. ¿No creen?
Desvío la mirada escapando de los ojos de todos, soy consciente que me expongo después de haber sido un blanco de burlas, pero no miento en cuanto querer ayudar. ¿Debería culpar a mi madre por haberme enseñado eso?
—Hagamos el intento —una voz femenina y tímida se escucha cerca, es una de los diseñadores—, si Lucy fue capaz de tenernos en cuenta para ayudar entonces sólo queda dar lo mejor.
Una sonrisa se dibuja en mis labios, la veo con agradecimiento por el apoyo.
—Vamos, es hora de trabajar —otro de ellos hace una seña con su mano y cada grupo se divide.
—Yo trataré de hablar con el resto de las porristas —hace una mueca de disgusto, un caso complicado.
—Te apuesto a que aceptarán —las tres nos giramos a donde proviene esa voz masculina.
Chad nos observa apoyado en la pared, con las manos a los bolsillos y un cigarrillo apagado que sostienen sus labios. No he visto antes que fumara, llama mi atención eso, de igual manera no pregunto. Su mirada está clavada en los ojos de Lucy que parecen desprender chispas.
—No pienses que irás a tirarte a la estúpida de Sasha sólo para que acepte mi propuesta.
—¿Quién dijo que habría sexo de por medio? —arquea una de sus cejas pobladas, una pequeña sonrisa burlesca tira de sus labios.
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Editado: 26.07.2025