Mi reflejo sobre el espejo mi rostro que mostraba cansancio delatado por las ojeras debajo de mis ojos.
Esas pesadillas que en algún momento pensé que desaparecerían estaban allí perturbando otra vez mis sueños.
<< Tu rostro demacrado Dacia >>
Y solo unas vivas imágenes sobre esa noche, los brillantes ojos azules de esa serpiente y el joven muriendo quemado.
Volví a mojar mi rostro con agua con la intención que el agua pudiese refrescar mi rostro. Salí del baño y me dirigí hacia el campo de futbol donde se realizaría el partido.
Al llegar mire a mi alrededor las gradas estaban repletas de repletas de estudiantes y familiares que iban a alentar a sus hijos.
Baje las escaleras tomando lugar en los primeros asientos que estaban a metros de donde iniciaba el césped.
Mire hacia el campo de juego y de un lado se encontraba el grupo donde jugaba Einar y del otro grupo estaba Brais como capitán.
<< Debes alentar a los dos >>
Me parecía algo justo pero considerando que ambos no se llevaban bien me ponía en una línea delgada entre los dos.
El equipo de Einar llevaba camisetas rojas y el equipo de Brais azules, divise a Einar entre sus compañeros que al verme sonrió a lo que yo levante mis brazos.
Bastaron unos minutos para que iniciara el partido el futbol que se jugaba no era como el de antes que todos se chocaban unos con otros, este era menos violento y se necesitaba velocidad y fuerza, para realizar un punto debían realizar una jugada y con los menos golpes posibles.
Todos corrían de un lado a otro los dos equipos tenían buenos jugadores por lo tanto hacia el partido más entretenido.
Hasta que los de azul anotaron un punto y el jugador había sido Brais que ya me había visto anteriormente celebre tímidamente al no ver si Einar me estaba viendo o no.
Einar corría… era el partido… de repente alguien aparece y lo golpeaba bruscamente… no reacciona… esta inconsciente sobre el césped…
Me puse de pie en mi lugar buscando con la mirada a Einar que no podía localizarlo.
<< Que no se haga realidad >>
Deseaba que no fuese asi pero mis visiones casi nunca fallaban.
Hasta que lo encontré pero demasiado tarde el había sido impactado y cayó hacia atrás.
Sali corriendo de donde estaba entrando al campo de juego.
—¡Oye no puedes meterte al campo de juego! —grito uno de los azules que se acercó enojado hacia mí.
—¡Golpearon a mi amigo! —exclame ignorándolo por completo y siguiendo el camino.
Corrí mas hasta llegar a donde estaba Einar tirado en el suelo. No se había movido ni nada todos estaban a su alrededor.
—¡Lárgate! ¡Los médicos se encargarán de eso! —el mismo chico de los azules se acerco a mí y me tomo del brazo.
—¡Déjala! —grito Brais apareciendo y empujándolo con fuerza.
Me volví hacia Einar que aún no reaccionaba.
— ¡Einar despierta! —dije moviéndolo y dándole golpecitos en su mejilla.
Mire a mi alrededor y los médicos no aparecían.
¿Dónde estaban los doctores? Y la desesperación se hizo presente.
¿Qué iba hacer? Mire a Brais que estaba con el ceño fruncido discutiendo con lo demás.
—¡Reacciona! —mi vista se volvió borrosa.
Podía hacer algo, solo lleve mi mano a su pecho y deje que la energía se fuera a la palma de mis manos.
—Dacie —dijo el sonriente abriendo sus ojos.
Ambos nos abrazamos otra vez la misma visión volvía a reproducirse en mi mente pero no era tan impactante como la primera vez.
Levante mi cabeza y Brais se encontraba de pie a nuestro lado mirando sin ninguna expresión.
—Los doctores se encargarán de el… —hablo el dándole paso a los médicos.
Los dos doctores ayudaron a Einar a salir del campo de juego llevándolo a los cambiadores.
Lo acompañe hacia el vestuario donde se sentó sobre un banquillo. Einar estaba cabizbajo con la mirada sobre sus manos.
—Era mi primer juego y casi muero —dijo el dándole algo de humor.
Siempre hacia eso cada vez que de verdad se sentía desilusionado de sí mismo.
—No digas eso será la próxima —trate de darle ánimos.
Me sente a su lado el me miro y extendió su mano con intensión de posarla sobre la mía a lo que yo reaccione quitándola.
<< Exageras Dacia >>
Aprete mis ojos y tome mis manos juntando mis dedos y entrelazándolos.
—Aun no quieres que nadie te toque Dacie —comento de manera triste— pensé que habías cambiado eso…
Yo también pensé que lo tenía todo bajo control.
¿En que momento había cambiado todo? No lo sabia exactamente fue algo progresivo al igual que las pesadillas.
Pero no iba a decirle eso a Einar el no tenia conocimiento sobre mi habilidad y sobre otra realidad existente.
—Lo mejor será que me vaya a casa —él se puso de pie y tomo su bolso con molestia.
—Einar… —otra vez me sentía triste.
—Déjalo así hablamos después —sin volver a mirarme salió de allí.
Baje la mirada a mis manos y recordando lo débil que aún era.
<< Maldita seas Dacia >>
—Vaya que afortunado soy… —Brais apareció detrás mío.
—Eres un idiota ¿lo sabias? —dije mirándolo seriamente— Einar es mi amigo…
—Él no te ve como una amiga —el tomo una de mis manos y la llevo a su mejilla— muéstrame tu visión.
Rápidamente quite mi mano y tape su boca.
— ¡Cállate no puedes hablar de eso aquí! —dije mirando hacia todos lados— y sabes perfectamente que no puedes ver nada.
El aparto mi mano y empezó a reír hasta que poco a poco fue perdiendo su gracia.
—¡Eres un idiota! —lo empujé hacia un costado para salir de allí.
Mire hacia el cielo como era de costumbre solía apreciar bastante la naturaleza que me rodeaba, la luna llena que alumbraba y el cielo repleto de estrellas.
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Editado: 16.08.2022