Mi Otra Realidad ~corazón vacío~

Cap 10

Estaba yo… corriendo por el bosque… alguien me estaba persiguiendo… los ojos rojos… rayos…

Me senté en la cama con la respiración agitada, mis mejillas húmedas, el sensor de luz había detectado mi movimiento haciendo encender las luces de la habitación.

— ¿Qué sucede? —pregunto Uxia con molestia.

— ¿Dacia te encuentras bien? —pregunto Cloe levantándose de su cama.

— Si solo una pesadilla… —dije limpiándome las lágrimas.

— Todo estará bien —Eider me miraba desde su cama— siempre tiene pesadillas…

Después de hablar con Cloe ella volvió a dormirse y yo me levante. Recorrí los pasillos hasta llegar al pasillo de las habitaciones de los chicos.

Me di la vuelta y cerca de allí se encontraba el balcón. Me asome y el cielo estaba lleno de estrellas.

Recordé la noche en el parque con Einar y mis ojos se llenaron de lágrimas. Las veces que el me pidió explicaciones y su rostro al no recibir respuestas.

— ¿Despierta a estas horas? —sonreí pero borre mi sonrisa al recordar que estaba enojada con Brais.

Gire en dirección a la voz pero mi rostro cambio al ver que no era Brais.

— Yo volveré a mi habitación —dije bajando mi cabeza.

— Eres poderosa Dacia pero no sabes utilizar tu poder —dijo el profesor Seth— hoy todos vieron como atacaste a tu compañero.

— No lo ataque el me ataco a mi —él sonrió.

Me hice hacia atrás el pasillo estaba oscuro no había ninguna luz.

— Pero tu quedaste como la villana —volvió a decir— ¿tienes miedo de ti misma?

— No sé de lo que me está hablando profesor —dije frunciendo el ceño.

La ira corría por mis venas al oír lo que el profesor trataba de insinuar. Él no me conocía lo suficiente para tratarme de la manera que lo estaba haciendo.

— Tus poderes no aparecieron hace un año atrás… naciste con ellos —mi mirada expresaba aún más confusión— tu expulsión de una de las escuelas a las que ibas por atacar a un niño… no impediste que agredieran a tu amiga y lo habías visto… tus visiones estaban bajo tu poder… te quedaste sola.

Mis ojos estaban llenos de lágrimas los recuerdos de los acontecimientos pasaban por mi mente una y otra vez.

— ¡Basta por favor! —dije entre sollozos.

Cerré mis ojos fuertemente cayendo al piso. Unos brazos me envolvieron.

— Tranquila —decía Brais mientras me abrazaba— ¿Qué sucedió?

Mire a mi alrededor y el profesor ya no se encontraba ahí.




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