Mi partida de Ajedrez (#01 Saga Miller)

I| Eventos Paralelos

Narrador Omnisciente. 

Azul Miller se encontraba distraída jugando con su sobrina en el jardín delantero de su hogar, pero en el hogar de al lado desde la ventana alguien la vigilaba como halcón apuntando en una pequeña libreta lo distraída que ella estaba, algo merodeaba su cabeza y esa persona se propuso descubrir que era aquello que la distraía tanto. 

—Ey —volteó y observó a su amiga que se encontraba apoyada en el marco de la puerta —¿Conseguiste algo? —preguntó aquella chica. 

—No —negó — sigue sin darse cuenta de nada y espero se mantenga así, nada se va a escapar de mis manos. 

—Ella no se va a dar cuenta —aseguró confiada —pero y ¿el chico? 

Bufó. 

—Nathaniel está jugando al detective investigando a Axel y tiene sus propios problemas que arreglar, no va a notar nada y si lo hace ya será muy tarde —se encogió de hombros. 

—Ten cuidado, sabes que esa familia es peligrosa —advirtió ella. 

—Lo sé, pero yo lo soy más y nadie me va a impedir cumplir mi propósito. 

Su amiga no estaba muy confiada con toda esa investigación, dudaba un poco de cuanto le preocupada su misión, dudaba de su concentración, pues llevaba demasiado tiempo en ello y su mayor preocupación era que saliera mal, pues los Miller son una familia muy peligrosa y aunque no son letales, ni mucho menos criminales, nadie se podía meter con ellos si querían seguir con vida. 

Los Miller eran intocables en Portland y en todos lados, pues una sola llamada de parte de alguien llamado Miller podría ser terrible y más si fuiste tú quien se metiste con ellos. Los Miller son intocables. 

Pero aquella persona que vigilaba a Azul lo tenía muy en claro y sabía que debía ir con pasos pequeños para no dejar ni un solo cabo suelto, no podía permitir que ninguno de los Miller se diera cuenta de que vigilaba a la castaña. 

*** 

Anthony Miller se dio cuenta del cansancio mental de su hermana, todos se dieron cuenta en la mansión, Azul estaba distraída con muchas cosas en la cabeza, ellos desconocían que tenía su hermana, pero eso no les evito preocuparse por ella, al contrario, estaban constantemente preguntándole si estaba bien o si necesitaba algo, pero ella no hacía caso, siempre con sus audiófonos e ignorando todo.  

Nathaniel era otro que estaba metido en su mundo, investigando lo más que pudo sobre Axel Bryce, no había resultados que a él le gustaran y aunque tenía muy metido en la cabeza que el novio de Azul escondía algo, la idea de que no había nada por descubrir a veces asomaba en su cabeza, pero lo descartaba rápidamente. 

A veces Nathaniel pasaba tiempo con aquella joven Maya, le gustaba y ya habían tenido un par de citas que fueron buenas, pero aun el beso que se dio con aquella castaña Miller seguía en su mente, cuando cerraba los ojos durante la noche sin poder dormir, siempre esa imagen de su mejor amiga acercándose lentamente y el recuerdo del dulce sabor de sus labios lo inundaban creando un remolino de emociones en él, nunca había sentido algo así y esa era su mayor inquietud. 

Él no podía permitirse sentirse así, no podía ser capaz de sentir algo más que amor de amigos por Azul Miller, pues estaba 100% seguro que no sería recíproco, mientras él luchaba con ese recuerdo y no dejarse consumir con los sentimientos, ella estaba muy enamorada de Axel Bryce, a pesar de que ya había pasado más de dos semanas desde que él la vio durmiendo con Hall, ella seguía sin encontrar la forma de arreglar aquella situación y Bryce parecía no muy interesado en arreglar la relación. 

Nathaniel sabía por lo que pasaba su amiga, la veía buscarlo y a él lo veía irse cada que ella estaba cerca, al castaño le parecía absurdo y ridículo esa reacción, pues escucho como Azul le dejó en claro a su novio que él jamás iba a ser más que un hermano y aunque fue con una espinita en ese momento, lo entendió perfectamente, tanto que no quiso sacar el tema para no incomodar a su amiga y que indague más en sus recuerdos, sabía que la castaña intentaba recordar si algo había pasado en la fiesta McClaren, pero algo bloqueaba sus recuerdos, frustrándola. 

Todo ese enredo de emociones era muy cansado para la chica Miller, todos a su alrededor de daban cuenta, aunque ella creía que nadie lo notaba, se sentía un tanto solitaria en aquella emoción, encerrada en su cabeza intentando solucionar su pesadez mental, pero, aunque fuera tan analítica la castaña no notaba ciertas cosas. 

Si no hubiera estado tan cansada mentalmente hubiera notado que cada uno de sus hermanos pasaba por algo, hubiera notado la gran ansiedad de Aarón, los secretos de Anthony, los conflictos de Andrew, los miedos de Aracely, lo mal que la pasaba Alessandra y cuando metida en su mundo estaba América, pero no notaba nada de eso y el resultado de ese descuido iba a ser abismal para el futuro de los Miller, pues su sólida base de la estabilidad de todos estaba temblando y nadie iba a ser lo suficientemente fuerte para sostenerla a tiempo. Todo iba a caer. 

El día en el que iban a torturar a los Jones, Azul dejó pasar el que todos se negaron a seguir cuando ella es completamente consciente de que sus hermanos son seres llenos de rencor y venganza, nunca se hubieran negado a divertirse con alguien que le hizo daño a uno de los suyos, pero lo hicieron, esa noche los Miller se negaron a divertirse y eso fue una gran advertencia que ignoró, todos ignoraron por estar cada uno en su cabeza, pues Azul no es la única analítica en esa familia. 

Las pesadillas de Azul Miller habían vuelto a ser más constantes, solo que al despertar no siempre recordaba sus sueños, pero sabía que eran recuerdos que ella guardaba en lo más profundo de su mente, recuerdos confusos y borrosos que solo la consternaban cada que se dedicaba a pensar en ellos. 

—No sé qué hacer—susurro. 

Se removió entre sueños, estando muy inquieta ante aquella aterradora pesadilla. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.